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No soy de la religión del amor pero las caricaturas de Mahoma no me parecen libertad de expresión, me parecen una profunda falta de respeto.
También me parecen faltas de respeto quemar banderas que representan a un país, quemar iglesias o intentarlo, y un largo etcétera de cosas que están pasando y nos parecen de lo mas normal sin serlo.
Las personas de sociedades que no han sido programadas para comportarse como esclavos responden a las agresiones, es así de simple.
La directora HDLGP anda que ayudó muchoNo seré yo quien defienda a las feministas, pero esa mujer está sola y le echa narices al asunto. Teniendo en cuenta como está el patio en Paris, desde hace tiempo, esa chica es una valiente.
Miedo a ser profesor en París
Cuando todo terminó, muchos advirtieron que era el desenlace trágico de un drama anunciado. El 23 de septiembre de 2019, la directora Christine Renon, de 58 años, apareció ahorcada en el vestíbulo de la escuela donde trabajaba. Se había quitado la vida. Tres semanas antes, había enviado una carta para expresar su malestar ante la vuelta a las aulas, en la que le aguardaban una carga de tensiones que le resultaba desbordante. Su trabajo se desarrollaba en Pantin, una localidad del departamento de Sena-San Denis, uno de los más violentos de la región de París. Hace unos días, el rector de la Gran Mezquita de la ciudad compartió un vídeo en el que el padre de una alumna de Conflans-Sainte-Honorine, en Yvelines, acusaban a un profesor por haber dado un curso sobre la libertad de expresión. Poco después, Samuel Paty, el hombre señalado, murió a manos de un terrorista islamista, un joven de 18 años que le mató en la puerta de su colegio, sumergiendo a Francia en el duelo y el desconcierto.
«Una chica le había dicho algo, y mi alumno le respondió que iba a dormir esa noche en el hospital», cuenta Sara, el nombre ficticio de una joven de 30 años que fue profesora en varios «lycées professionelles», el equivalente a los centros de formación profesional españoles, de zonas conflictivas de los alrededores de París. «Pasé un buen rato explicándole por qué estaba mal dar de baja de la suscripción de la vida, pero me respondía: ‘’¡Si me ha hablado como un hombre, lo pagará como un hombre!’’. Al final, le tuve que poner un parte. Me empezó a hacer la vida imposible. Dije que si seguía viniendo a mis clases, yo no entraba. La directora me reprochó que no era quién para decidir eso. Y que si tenía problemas con mi clase, era porque no sabía gestionarla», recuerda todavía con rabia.
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Esque la tia no tendria por que estar haciendo este tipo de "activismo" en su propio pais, porque esta gente no deberia estar en su pais, forzar a una gente que no tiene nada que ver con nosotros a que acepte sus cosas progres de "todos mezclados, todos iguales, todos a cachondearnos de la religion del otro". Estan forzando a mezclarnos con gente que no somos compatibles, por sus puñeteros narices