Dos apuntes:
- Recientemente ha subido la producción de "otros líquidos" (biocombustibles, ganancias en refinería, etc.). El petróleo "de toda la vida" (crudo más condensado) alcanzó el pico en 2018 y todavía no se ha superado.
- El pico (más exactamente, la "meseta ondulante" que viene después) no necesariamente ha de cursar con precios altos. Muchos autores (Gail por ejemplo) defienden lo contrario.
Más detalles por ejemplo aquí:
La sequía de la que no se habla: El petróleo
El petróleo es un recurso limitado y su pico de producción constituye uno de los mayores riesgos para nuestra civilización. Se avecinan cambios drásticos para los que no estamos preparados.
Tan importante para nuestro modo de vida como la lluvia es la extracción de petróleo de las entrañas de la Tierra, pero es una adicción a un recurso limitado y por tanto supone uno de los mayores riesgos para la civilización industrial de la que dependemos. Casi nadie lo dice, pero cada vez hay menos petróleo disponible para que las cosas sigan funcionando. Aunque más lentamente de lo previsto, se avecinan cambios drásticos para los que no estamos preparados.
1. La sequía de la que sí se habla
Siguiendo la máxima de distraer a la gente con
crisis imaginarias mientras se ocultan las reales, que es la forma de manual de gobernar en democracia, una de las crisis imaginarias con la que nos entretienen a diario es la del cambio climático. Supongo que a muchos os sorprenderá saber que según los datos de la AEMET en la España peninsular la
precipitación entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023 ha sido de 620 mm/m2, lo que viene a ser
el 95% de la media desde los años 60, por lo que el año solo puede ser calificado de ligeramente seco, y tan solo la pasada primavera fue muy seca. Obviamente esto no es lo que nos han estado contando todo el año, pero quien quiera comprobarlo por sí mismo tiene los datos en la
AEMET.
La verdad es que
el cambio climático no ha afectado significativamente a
la precipitación media anual en España, y el utilizar los cuatro últimos años por debajo de la media, en un país donde las sequías pueden durar años, es evidencia clara de
manipulación y mala fe. Las grandes sequías en este país han sido de 1980-86 y de 1990-95. Pero es que este es un país donde la memoria histórica es muy selectiva y estas son cosas que no interesa recordar.
De hecho, es muy ilustrativo mostrar los datos de precipitación media anual por décadas completas.
Figura 1. Precipitación media anual por décadas en España. Datos: AEMET
Como podemos ver, con esos datos no se puede sostener que el cambio climático esté provocando una mayor sequía en España, pero se hace. Al fin y al cabo se nos dicen todo tipo de cosas sin enseñarnos nunca los datos, y ¿quién se molesta en comprobar los datos?
2. El pico de petróleo fue en 2018
Vayamos a la sequía de la que no se habla.
Este blog inició su irregular andadura a finales de 2014, y lo hizo como consecuencia del
desplome del precio del petróleo que tuvo lugar durante el otoño de ese año. Inmediatamente me di cuenta de que el hundimiento del precio del petróleo, de no revertirse pronto, significaba la llegada del pico de petróleo del que tanto se había hablado. El desplome del precio fue la consecuencia indeseada a la solución que se había aplicado al
pico de petróleo convencional que se produjo en 2004-05. Un mundo más globalizado que nunca por la incorporación de China al comercio mundial demandaba más petróleo, y al no conseguirlo disparó su precio, lo que fue una de las causas fundamentales, si no la más importante, de la
Gran Crisis Financiera de 2008. Sin petróleo la deuda no sirve para financiar el crecimiento ilimitado.
Figura 2. Producción (neցro) y Precio (rojo) de petróleo C+C de 2000-23. En gris las recesiones en EEUU.
La solución a la falta de petróleo convencional fue la aplicación a gran escala de los métodos de "
fracking" para extraer petróleo ligero de formaciones compactas en los EEUU. Pero a diferencia de los otros grandes productores, en los EEUU rigen las leyes de mercado, por lo que no fue posible evitar que los productores se cargaran de deuda e inundaran el mercado de un petróleo que, sin sustituir completamente al convencional,
hundió los precios.
El
coste de obtención del petróleo ha ido creciendo de forma acelerada desde que los campos gigantes iniciaron su declive y las técnicas para extraerlo son cada vez más complejas, tanto en tierra como de los fondos marinos, o las zonas heladas. Esto, por sí solo, es síntoma evidente de que estamos llegando al fondo del barril, y lo que queda, es más difícil y más caro de extraer. Solo la expansión de la deuda ha permitido sostener la producción. Yo pensaba que la extracción de petróleo a pérdida no dudaría mucho, y por eso creí en su momento que el pico de petróleo llegaría en seguida. Pero las cosas de palacio van despacio, y el incremento mucho más allá de lo razonable del endeudamiento permite sostener actividades esenciales aunque resulten antieconómicas.
Los anglosajones tienen un dicho:
"All good things must come to an end", que nosotros simplificamos como
"todo lo bueno se acaba". El
pico de petróleo llegó en 2018. Después llegó la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de la
el bichito para confundirlo todo. Independientemente del
origen de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, resulta muy conveniente para disimular y ocultar lo que resulta ser el
problema más grave al que se enfrenta la humanidad.
El petróleo cumple en la economía la misma función que la sangre en el organismo. Lo transporta casi todo. La reducción del petróleo tiene el mismo efecto sobre la economía que la reducción del oxígeno o nutrientes en la sangre. Es como una
anemia que nos priva progresivamente de lo necesario para funcionar normalmente hasta dejarnos postrados. De momento el mundo occidental se las apaña para que la reducción se la coman otros más débiles. Ciertas zonas del mundo se están desplomando, y las islas sin petróleo, como
Sri Lanka, o los países con serios problemas son los más afectados.
3. El futuro del petróleo
Muchos economistas consideran el petróleo como
una materia prima más de la economía, y ello lleva a una creencia generalizada de que la escasez de petróleo, como la de cualquier bien, se resuelve mediante la subida de su precio, lo que lleva a un
incremento de su producción o a su
sustitución. Sin embargo esta forma de ver el petróleo es errónea, porque las fuentes de energía no son un insumo más de la economía. Son lo que hace que todo funcione, y de todas las fuentes de energía, el petróleo es la más insustituíble, porque
el transporte global depende del petróleo. De ahí que la geopolítica del mundo haya girado en torno al petróleo desde los años 30 del siglo pasado. Hitler invadió Rusia para conseguir petróleo, y Japón entró en la Segunda Guerra Mundial para conseguir petróleo. Desde entonces las guerras del petróleo han sido una constante.
La reducción de petróleo conlleva
destrucción y simplificación de la economía, conforme los países y áreas económicas donde se hace un uso menos productivo del petróleo dejan de funcionar. Por tanto la disminución del petróleo conlleva destrucción de la demanda de petróleo. Dado el grado de interrelación en la economía, la
destrucción de la demanda puede avanzar más deprisa que la disminución del petróleo, por lo que nos encontramos que a pesar de haber menos petróleo, su demanda se ve reducida y su
precio es relativamente bajo.
El
pico de petróleo de 2018 no viene forzado por la
geología, sino por la
economía. En el mundo aún queda suficiente petróleo para producir más que en 2018, pero ello requeriría un nivel de inversiones y esfuerzo económico que no van a tener lugar. De hecho las políticas van en dirección opuesta. Los
objetivos climáticos pasan por desincentivar la producción y el consumo de los combustibles fósiles y los
geopolíticos por reducir la producción de Irán y Rusia. La
escasez de hallazgos de petróleo, inferiores al consumo desde hace décadas, la
reducción de inversiones necesarias para mantener la producción, y el
declive natural de los yacimientos en explotación hacen que cada mes que pasa sea más difícil volver a la producción de noviembre de 2018. Tengo muy pocas dudas de que el Pico de Petróleo tuvo lugar hace 5 años y de que constituye
el acontecimiento más importante para la humanidad en siglos.
Figura 3. Producción de petróleo C+C histórica (neցro) y estimada con un declive del 1.2% (rojo). El dato de 2023 en marrón es provisional.
El
declive natural de los campos pequeños en los países que producen poco petróleo y no reinvierten los beneficios en aumentar la producción es del 2%. Los campos
gigantes saudíes tienen un declive natural del 8%, que consiguen reducir a un 2% gracias a técnicas de incremento de recuperación que básicamente acortan la vida del campo trayendo producción futura al presente. Hay también unos pocos países que están aumentando su producción. Fundamentalmente EEUU, Noruega, Canadá y Brasil.
De haber seguido su tendencia de este siglo, la producción debería ser de 86 millones de barriles diarios. En su lugar es de 81, un 6% inferior. A la economía
le faltan 5 millones de barriles diarios. El crecimiento del PIB mundial en 1.000 $ requiere la adición de 0,4 barriles de petróleo. En ningún caso esta relación puede ser negativa. La reducción de petróleo no puede dar lugar a un crecimiento de la economía y constituye un serio obstáculo a que crezca por otros medios.
No podemos saber cuanto se va a reducir la producción mundial de petróleo ni como van a responder los precios. Un
declive de tan solo un
1,2% anual, como el que muestra la figura 3, lleva a deshacer todo el incremento de este siglo en poco más de 12 años. A buen seguro el declive natural sería más rápido, pero cabe suponer que se va a seguir intentando reducirlo. No obstante, factores imprevistos como las guerras hacen que las predicciones sean poco fiables. A pesar de 5 años de tendencia negativa, los organismos internacionales aún predicen un
incremento del petróleo más allá del pico de 2018. Yo no lo veo posible.
Buenas tardes
@Dr. Fleischman,
estoy totalmente de acuerdo con ese artículo, lo he leído esta mañana y algunas frases también las he comentado yo a amigos como lo de que "el petróleo es la sangre de la economía".
Para mí ese artículo resume muy bien algunos de los comentarios que he escrito en este hilo a raíz de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, por ejemplo, que ésta fue un ensayo para ver hasta donde se podía bajar la demanda de petróleo, la cual bajó un 30% aprox. (hasta 70 mm/d) durante la cuarentena y que no fue una crisis sanitaria, sino energética, pero se disfrazó y utilizó como ensayo para implantar más rápido la Agenda 2030 y las privaciones de libertades y bienestar a los que nos hemos sometido desde 2020.
Ese artículo lo tengo guardado porque es un resumen para legos y un comienzo para ver si hay más gente que tiene "un darme cuenta" y reflexiona un poco.
Un saludo.