No creo que desde que el mundo es mundo le enseñaran a la gente que cortarse el regazo es normal, o que mandaran a los hombres a guandoca provisional por una llamada a la policía sin pruebas. Entre otras muchas cosas que están ocurriendo.
En cada tiempo y lugar, los poderosos, que son siempre ateos y, por tanto, locos, están siempre más interesados en crear su propia realidad (esto es, una monstruosidad) que en adaptarse a la realidad existente. Así, reyes que han subido al trono a base de tortas, traiciones y toda clase de prácticas monstruosas se decían en el trono “por la gracia de Dios”. Los poderosos de hoy en día tienen su propio sistema de mentiras.
El caso es que además de toda esa cosa, tienes por ejemplo internet llena de libros que, a diferencia de lo que ocurría en otros tiempos, nadie te prohíbe leer. Ahora tú o yo podemos ir al calabozo por una denuncia falsa. En multitud de épocas anteriores, un sicario te rajaba las tripas y nadie se despeinaba siquiera por ello. En la gloriosa Edad Media, y lo fue en muchos aspectos, si cualquier juglar, o sea, músico, criticaba a cualquier poderoso, este, a menudo, le cortaba la mano o la oreja, o lo hacia dar de baja de la suscripción de la vida, o le metía en una jaula. Considera cuidadosamente eso. Te voy a poner además un detalle de un cuadro medieval con un músico enjaulado, y miembros amputados clavados en la jaula.
Así que, sí, los poderosos nos crean una cosa de mundo, un infierno en la tierra. Pero la tierra no es suya. No se la entreguéis tan fácil, shishi.