*Tema mítico* : Esto va a explotar en cualquier momento. Estáis avisados.

Digamelon

NINIs unidos jamás vensidos
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¿Lo de cerrar bares y restaurantes es un paso necesario para la eliminación del dinero físico? La restauración es un sector que mueve mucho dinero en metálico. ¿Cómo lo véis? Eso unido a la demonización del papel moneda como "transmisor" del timovirus.
 

JESUS-VIENE

Himbersor
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EL CHIP RFID ES LA MARCA DE LA BESTIA QUE EL ANTICRISTO IMPONDRA SIN EXCEPCION. Quienes acepten el mensaje del Evangelio durante la Gran Tribulación serán martirizados y decapitados por negarse a poner dicha marca, ya que no adorarán a la Bestia y en cambio reconocerán a Jesucristo como su Señor y Salvador. El resto por no morir de hambre se colocará la marca docilmente, máxime teniendo en cuenta los terribles catástrofe que ocurrirán en ese periodo que requerirá medidas extremas por parte de la población.

MARCA DE LA BESTIA.jpg


EL CHIP RFID ES LA MARCA DE LA BESTIA

Pablo Martin Lazare
 

ESC

Madmaxista
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Ya solo por curiosidad, ¿Cuándo se hizo usted marxista?, porque le ha dado fuerte.

Como por ejemplo, entender la historia de la humanidad como un paso del feudalismo a... "lo que usted entiende como capitalismo" al centrarse en quien posee más capital desde una óptica clasista fácil y un poco burda a mi parecer. Solo se centra en quien posee capital pero deja de lado la propia naturaleza del capital.

Y cuando aborda la naturaleza del capital está obsesionado con su teoría del valor trabajo pero sin llegar a defender un patrón trabajo, claro, porque eso le asemejaría demasiado a los nacional socialistas. Por tanto no para de dar piruetas intelectuales en torno al valor del trabajo humano y cómo llevar este a la lógica monetaria sin llegar a convertirlo en un patrón.

Sin querer faltarle al respeto, se hace muy duro contrastar puntos de vista con usted. Tengo la sensación de que al estar profundamente ideologizado necesita de unos postulados que se ciñan a ciertos márgenes. Por tanto se muestra rígido a la hora de contemplar otros puntos de vista, tengo la sensación de estar tratando con alguien impermeable.

Pues hombre, no hay nada de malo en ser más flexible. Sea consciente de que de no serlo se verá constantemente abocado a... "dárselas de catedrático" o a encajar sus ideologías a golpe de martillo. Cuando las premisas deberían valerse por si mismas.

A ver, disculpe la confianza. Le estoy exponiendo esto porque el enlace que ha compartido me parece insultante y no es mi intención hacerle un ad hominem.

"Con razón Ernest Mandel, basándose en la teoría de Marx, decía que el precio del oro es, en realidad, una expresión del valor del dólar: “El precio del oro es… el recíproco del papel moneda. "

¿Qué reciprocidad hay entre el precio del oro y el papel moneda?. ¿Que uno aún puede adquirir oro con fiat?. ¿Que a pesar del absurdo al que hemos llegado todavía se sigue valorando y apreciando el oro?. ¿Y es por ello que usted sostiene esto?:

Todas las divisas fiduciarias están respaldadas en oro...
Es un engañabobos sostener que como los bancos centrales atesoran cierto oro en sus cámaras, este oro guarda algún tipo de relación con el timo-dinero-fiat que manejamos en la actualidad.

Y si les diese por guardar piruletas, ¿Diríamos que las divisas fiduciarias están respaldadas por piruletas?.

Aquí solo hay autoridad, autoridad, y más autoridad.

Francamente, veo difícil revertir el proceso.

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Quien me mandaría interesarme por los principios básicos sobre los que se rige la economía.

Esto es una locura.
 

melchor rodriguez

Madmaxista
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Recapitulemos:

En 2008 peta la construcción residencial. El Estado quiere suplir la destrucción masiva de empleo con gran endeudamiento público fomentando la obra pública que en 2010 llega a su pico. Pero es insuficiente ya que el crack de la construcción residencial afecta de lleno a la banca patria.

En 2010 los acreedores de la deuda pública se acojonan ya que no hay un nuevo sector tractor que sustituya a la construcción residencial. Es cuando se para en seco la obra pública. En 2012 a punto de la quiebra oficial del Estado que es rescatado por el BCE. Es el rescate bancario europeo. La banca patria empieza a remontar y el turismo foráneo sustituye parte del agujero de la construcción residencial.

En 2020 la esa época en el 2020 de la que yo le hablo paraliza en seco la economía por el confinamiento. El Estado español como en 2008 se endeuda a lo loco para arrancar el coche. La mala gestión de los rebrotes hunde el turismo foráneo. A diferencia de la construcción residencial, el turismo foráneo era un sector tractor sano. Ingresos corrientes en caja. Daba solvencia. La jovenlandesesidad del turismo afecta de lleno a la banca española.

Los acreedores como en 2010 se acojonarán en 2021 si el turismo foráneo no arranque. Volveremos al cuestionamiento del euro. El BCE no puede hacer nuevos milagros.

¿Los que proclamaban en 2020 la ayuda europea pueden ser los contrarios al euro cuando se articule el plan francés: crear una miniestructura federal con unión política y fiscal donde se decide casi todo en Bruselas y no en Madrid?.

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kikepm

Será en Octubre
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"La pregunta entonces es, si el oro no cumple ningún rol monetario, ¿cómo se explica esta acumulación del metal?"

Por supuesto que el oro tiene un rol monetario, pero los bancos no lo acumulan con esa idea, sino como una forma de proteger su balance.

Su objetivo fundamental, que es para lo que fueron diseñados, es el de formar un cártel monetario en conjunto con el sistema financiero y bancario, para evitar las consecuencias indeseadas (para ellos) de la inflación de precios, cuyo fin es disminuir la deuda del gobierno y sostener el negocio bancario de falsificación basado en la reserva fraccionaria.

Otras consecuencias perversas de sus políticas son la creación de burbujas de los activos denominados en $/€, y el trasvase de rentas de los trabajadores y pequeños empresarios hacia el gobierno, sus empleados y sus socios comerciales (bancos y empresas contactadas), que pueden derivar gran parte del dinero creado a sus negocios y actividades, todo aderezado por el efecto Cantillon, que supone que aquellos que reciben primero el nuevo dinero compran a precios aún sin inflactar, y los desgraciados, la masa, que recibe los efectos de la expansión sólo al final, dispone del dinero creado extra ya a los nuevos precios de burbuja.

Como decía, la función primordial de los bancos centrales es producir inflación de precios. Ni la estabilidad de precios, ni el empleo, están entre sus verdaderos objetivos.

Para ello, aumentan la oferta monetaria comprando activos como bonos del Tesoro, otro tipo de deuda corporativa, y acciones (aún no ha llegado el momento en que el banco central compre vivienda, ya que requiere de gestión activa en forma de mantenimiento, y la determinación de su valoración en el mercado es compleja, no es un producto homogéneo, ni sus precios transparentes como los de acciones y deuda, y lo que es más importante, el inmobiliario es un mercado altamente ILÍQUIDO, sería complicado escapar de él con una cartera de millones de viviendas en el momento de pánico).

Pues bien, el banco central paga toda esta deuda creando dinero de la nada, imprimiendo papelitos de colores o por medio de apuntes contables en las cuentas que los bancos comerciales tienen en el banco central, y a los que compra los bonos. Así como los bonos comprados forman parte de su activo, el dinero creado es el pasivo del banco central.

Las burbujas especulativas son realimentadas por el proceso de concesión de crédito mediado por la reserva fraccionaria, lo que multiplica el efecto de la expansión y hace que su magnitud entre en terrenos pantanosos de inestabilidad, provocada por la enorme deuda, pública, corporativa y privada, que es lo que finalmente provocará su colapso.

Así que todo el mundo es feliz y los malos economistas lanzan las campanas al vuelo, transmitiendo la idea de que el mundo ha llegado por fin al nirvana monetario y fiscal, todos somos cada vez más ricos porque el valor de nuestras casas se ha disparado hasta las nubes, y nuestras acciones se valoran a precios desorbitados, cada vez hay más y más rascacielos, se construyen todo tipo de infraestructuras, el desempleo es insignificante y, en definitiva, el mundo en su conjunto camina de la mano hacia la liberación del trabajo que la vida tiene la manía de exigir a la humanidad para su supervivencia.

Pero llega el momento en que toda esta idílica combinación de parabienes llega a su fin.

Aparece la temible DEFLACIÓN, ese entrometido aguafiestas, el que chapa el bar en el momento álgido de la fiesta, y provoca el enfado de todos los correligionarios.

Así como la inflación es sinónimo de expansión del dinero y el crédito debido a la política del banco central, y cuya consecuencia interesada es el aumento de los precios de los activos, bienes y servicios, la deflación es el proceso contrario, el desapalancamiento de la economía, la contracción del crédito, y el pinchazo de las burbujas de activos previas.

Entonces, este proceso de desapalancamiento sigue un mecanismo muy simple. Durante la fase expansiva los niveles de deuda se incrementan aumentando sutil pero sostenidamente el riesgo de insolvencia, mientras los tipos a la baja disminuyen la rentabilidad esperada de las inversiones. Los ahorradores y los fondos de cobertura, deben hacer apuestas cada vez más arriesgadas para mantener una mínima rentabilidad, lo que a la postre es el fin de todos ellos.

Todas las inversiones que fueron grandes negocios durante la fase expansiva, como la construcción de un millón de viviendas anuales o la construcción ilimitada de aeropuertos, se revelan en algún momento del futuro como malas inversiones, fruto de que el capital fue dirigido desde las actividades rentables a las locuras mesiánicas creadas al albur de bancos e instituciones financieras que regalaron el crédito. Las viviendas terminan vacías u ocupadas por legiones de desarrapados sin oficio ni beneficio, los aeropuertos dedicados a aparcadero de aviones, etc.

Ante la primera caida bancaria, ante la primera gran quiebra, el sistema se desmorona como el castillo de naipes que siempre había sido.

Los activos burbujeados implosionan, las empresas quiebran y arrastran a la banca acreedora, y así el sistema en su conjunto se encamina a la purga de las malas inversiones, pero como consecuencia final de todo ello, el balance del banco central se convierte en basura.

Ante este escenario, los bancos centrales COMPRAN ORO, porque es el único y verdadero dinero que mantendrá su valor incluso cuando la burbuja estalle en mil pedazos. Así ha ocurrido en el pasado, y seguirá ocurriendo.
 
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Madmaxista
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"La pregunta entonces es, si el oro no cumple ningún rol monetario, ¿cómo se explica esta acumulación del metal?"

Por supuesto que el oro tiene un rol monetario, pero los bancos no lo acumulan con esa idea, sino como una forma de proteger su balance.

Su objetivo fundamental, que es para lo que fueron diseñados, es el de formar un cártel monetario en conjunto con el sistema financiero y bancario, para evitar las consecuencias indeseadas (para ellos) de la inflación de precios, cuyo fin es disminuir la deuda del gobierno y sostener el negocio bancario de falsificación basado en la reserva fraccionaria.

Otras consecuencias perversas de sus políticas son la creación de burbujas de los activos denominados en $/€, y el trasvase de rentas de los trabajadores y pequeños empresarios hacia el gobierno, sus empleados y sus socios comerciales (bancos y empresas contactadas), que pueden derivar gran parte del dinero creado a sus negocios y actividades, todo aderezado por el efecto Cantillon, que supone que aquellos que reciben primero el nuevo dinero compran a precios aún sin inflactar, y los desgraciados, la masa, que recibe los efectos de la expansión sólo al final, dispone del dinero creado extra ya a los nuevos precios de burbuja.

Como decía, la función primordial de los bancos centrales es producir inflación de precios. Ni la estabilidad de precios, ni el empleo, están entre sus verdaderos objetivos.

Para ello, aumentan la oferta monetaria comprando activos como bonos del Tesoro, otro tipo de deuda corporativa, y acciones (aún no ha llegado el momento en que el banco central compre vivienda, ya que requiere de gestión activa en forma de mantenimiento, y la determinación de su valoración en el mercado es compleja, no es un producto homogéneo, ni sus precios transparentes como los de acciones y deuda, y lo que es más importante, el inmobiliario es un mercado altamente ILÍQUIDO, sería complicado escapar de él con una cartera de millones de viviendas en el momento de pánico).

Pues bien, el banco central paga toda esta deuda creando dinero de la nada, imprimiendo papelitos de colores o por medio de apuntes contables en las cuentas que los bancos comerciales tienen en el banco central, y a los que compra los bonos. Así como los bonos comprados forman parte de su activo, el dinero creado es el pasivo del banco central.

Las burbujas especulativas son realimentadas por el proceso de concesión de crédito mediado por la reserva fraccionaria, lo que multiplica el efecto de la expansión y hacen que su magnitud entre en el terrenos pantanosos de inestabilidad provocada por la enorme deuda, pública, corporativa y privada, que es lo que finalmente provocará su colapso.

Así que todo el mundo es feliz y los malos economistas lanzan las campanas al vuelo, transmitiendo la idea de que el mundo ha llegado por fin al nirvana monetario y fiscal, todos somos cada vez más ricos porque el valor de nuestras casas se ha disparado hasta las nubes, y nuestras acciones se valoran a precios desorbitados, cada vez hay más y más rascacielos, se construyen todo tipo de infraestructuras, el desempleo es insignificante y, en definitiva, el mundo en su conjunto camina feliz hacia la liberación del trabajo que la vida tiene la manía de exigir a la humanidad para su supervivencia.

Pero llega el momento en que toda esta idílica combinación de parabienes llega a su fin.

Aparece la temible DEFLACIÓN, ese entrometido aguafiestas, el que chapa el bar en el momento álgido de la fiesta, y provoca el enfado de todos los correligionarios.

Así como la inflación es sinónimo de expansión del dinero y el crédito debido a la política del banco central, y cuya consecuencia interesada es el aumento de los precios de los activos, bienes y servicios, la deflación es el proceso contrario, el desapalancamiento de la economía, la contracción del crédito, y el pinchazo de las burbujas de activos previas.

Entonces, este proceso de desapalancamiento sigue un mecanismo muy simple. Durante la fase expansiva los niveles de deuda se incrementan aumentando sutil pero sostenidamente el riesgo de insolvencia, mientras los tipos a la baja disminuyen la rentabilidad esperada de las inversiones. Los ahorradores y los fondos de cobertura, deben hacer apuestas cada vez más arriesgadas para mantener una mínima rentabilidad, lo que a la postre es el fin de todos ellos.

Todas las inversiones que fueron grandes negocios durante la fase expansiva, como la construcción de un millón de viviendas anuales o la construcción ilimitada de aeropuertos, se revelan en algún momento del futuro como malas inversiones, fruto de que el capital fue dirigido desde las actividades rentables a las locuras mesiánicas creadas al albur de bancos e instituciones financieras que regalan el crédito. Las viviendas terminan vacías u ocupadas por legiones de desarrapados sin oficio ni beneficio, los aeropuertos dedicados a aparcadero de aviones, etc.

Ante la primera caida bancaria, ante la primera gran quiebra, el sistema se desmorona como el castillo de naipes que siempre había sido.

Los activos burbujeados implosionan, las empresas quiebran, el sistema en su conjunto se encamina a la purga de las malas inversiones, y como consecuencia final de todo ello, el balance del banco central se convierte en basura.

Ante este escenario, los bancos centrales COMPRAN ORO, porque es el único y verdadero dinero que mantendrá su valor incluso cuando la burbuja estalle en mil pedazos. Así ha ocurrido en el pasado, y seguirá ocurriendo.
Estamos ante la síntesis perfecta, es el post definitivo.

Humm, sí.