Las extranjeras, tipo sudamericana o asiática, a la hora de convivir son mucho mejor que las europeas del oeste. Son más esforzadas, más cariñosas, más sencillas y están mucho menos aburguesadas. Lo que les falla, al menos con las que he tratado yo, es la inteligencia. No puedes hablar de nada con ellas, salvo de telenovelas y tonterías parecidas.
Mientras estén buenas y no sean espantapájaros indígenas aquí son bienvenidas.
Mientras estén buenas y no sean espantapájaros indígenas aquí son bienvenidas.