Yo en 2010 estaba en el paro y acepte un trabajo en una empresa que estaba a 135 Km de mi casa.
La empresa era una fábrica de cosa que producía cosa de manera cara, ineficiente y peor que la competencia. Me contrataron como representante comercial para toda la región. Tenía que ir allí dos o tres veces a la semana (solo para vernos las caras todas las semanas un mínimo de 600 km a la semana), dependiendo de los caprichos del Presidente y el Director Comercial. Las reuniones eran para llamarnos inútiles a los comerciales porque no éramos capaces de vender aquella cosa que hacían unos operarios desmotivados, sin incentivos, con un RD de los años 80 y tremendamente sobrepreciada con relación al prodcuto de la competencia.
Lo acepté porque me ponían coche de empresa, pagaban Km y sobre toddo para utilizarlo como TRAMPOLÍN a un trabajo mejor y más cerca de casa aduciendo en las entrevistas precisamente que la central estaba demasiado lejos de mi domicilio y que aunque me encantaba el trabajo y me identificaba plenamente con los valores de la empresa, creía en las bondades del producto, etc era un modo ineficiente de trabajar.
No hay que pillar curros como si fueran lo último que uno va a hacer, sino para crecer y utilizarlos como palanca para progresar.