Félix hace lo que otros (o todos) deberían hacer, ir a las fuentes originales de información, cotejarlas, analizarlas, etc.
Los datos demográficos de todos los países están a la vista de todo el que los quiera ver; y éstos indican justo lo contrario de lo que nos dicen; nos dicen que vamos hacia los 10.000 millones de habitantes, cuando lo cierto es que, dada la tendencia, vamos hacia el exterminio de la mayor parte de la población, sobre todo, y más rápido, por supuesto, en Europa y resto de países desarrollados con baja natalidad.
Y el mero hecho de que nos engañen de esa manera confirma que hay un plan para seguir manteniendo nuestra natalidad por los suelos.
Lo peor de todo es que ya hemos superado el punto de no retorno en España y casi toda Europa, es decir, que es imposible revertir la baja natalidad debido a varias razones, entra las cuales la principal es que ya no hay mujeres en edad fértil suficientes... Sólo se podría ralentizar-detener el proceso si todas las mujeres fértiles tuvieran a partir de ahora mínimo 3 hijos cada una... y eso no va a suceder, como comprenderás.
Por tanto, el próximo libro de Félix es una llamada DESESPERADA lo poco probable, pero no imposible, una llamada a la REVOLUCIÓN POPULAR, de abajo hacia arriba, una revolución natalista, amorosa, entre hombres y mujeres, para no desaparecer como cultura ni como etnia, ante el convencimiento de que las masas de pagapensiones que llegan no tendrán la capacidad ni la intención de hacerlo, dado que llegan de culturas sin ninguna tradición y espíritu revolucionario, al contrario que los pueblos europeos, sobre todo los peninsulares.
Estamos muy degradados, cierto, pero si alguien tiene alguna posibilidad de cambiar el curso de la historia, somos nosotros; o lo hacemos o no lo hacemos; es nuestra decisión. Hay mucho en juego. TODO.
Lo primero es echar abajo la Ley de Violencia de Género, el gaysismo promovido desde arriba, la ideología de género, etc. ya que todo ello, aparte de otras cuestiones, es antinatalista. También se trata de, mediante movilización masiva, obligar a las empresas que contemplen en los sueldos y plantillas los gastos y tiempo de crianza de los hijos, y a la que no lo haga boicotearla (sobre todo gran empresa, no a la pequeña empresa, que probablemente tenga problemas de subsistencia precisamente por haberse destruido el tejido empresarial en favor de las grandes multinacionales).