Los millennials vaticinan una nueva crisis inmobiliaria y cifras récord de desahucios
El acceso a la vivienda era más sencillo para los baby boomers, pero se complica para los millennials
Un informe analiza el acceso a la vivienda de la generación millennial y la del baby boom y concluye que los jóvenes querrían ser propietarios como sus padres.
Inquilinos ‘forzosos’
Atendiendo al gap generacional, el estudio revela que, en general, los jóvenes se enfrentan a un panorama mucho más complicado que sus progenitores, sobre todo, por la inestabilidad laboral y los bajos salarios, que no han crecido al mismo ritmo que el precio de la vivienda. Asimismo, la transformación de los principios y valores, es decir, de la mentalidad y el estilo de vida de estos jóvenes, ha influido en la forma en que se enfrentan a momentos como la emancipación o la compra de una vivienda
Apunta además, que la brecha entre padres e hijos está marcada por el cambio que ha experimentado el entorno laboral, pero también por la transformación que han sufrido los valores. La creación de hogares durante la época de los baby boomers estaba muy ligada a la formación de una familia. Hoy en día, el retraso en la emancipación se traslada a la natalidad, y acceder a una vivienda por primera vez tiene un componente más marcado de movilidad laboral o estudiantil.
Resalta que aunque “aunque las casas están algo más baratas que hace diez años y los sueldos han crecido en esta última década, partimos de unos valores muy descompensados, que exigen un ahorro previo muy fuerte y una capacidad de endeudamiento muy alta”. Y hace notar que el estudio pone de manifiesto que aunque “vivir de alquiler es una opción completamente válida y digna”, la mayoría preferiría “invertir en patrimonio cada mes en vez de solo pagar por un bien”.
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