Ginko
Himbersor
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Negarle su categoría ontológica a la voluntad y a la vida es ser fundamentalmente anticientífico e irracional.ya estoy de vuelta después de disfrutar de una velada de sábado noche con amigos . No sé si mi estado emocional es el más adecuado para responderte con el nivel que mereces pero lo intentaré.
Me cuesta mucho entender que personas manifiestamente cultas, inteligentes y leídas como evidencia tu respuesta, pueda creer en chorradas espiritistas y fantasías demoniacas. Yo siempre fui ateo. Desde niño me parecía incomprensible que los adultos se comportasen de formas tan estrambóticas poniéndoles velas a los santos para pedirles favores o que se sintiesen condicionados por la presencia invisible de dios. Recuerdo que ir a misa los domingos, obligado por mis padres era un suplicio. De hecho hice la primera comunión y la última el mismo día a los 8 años. Nunca creí en dios ni en los reyes magos. Se nace escéptico.
Tampoco he jugado nunca a la lotería, ni tragaperras ni nada por el estilo. Será que nunca esperé nada de nadie y menos de un ente imaginario.
Mi interés por las religiones y doctrinas a pesar de mi radical ateísmo, es precisamente para intentar averiguar qué pasa por la mente de la gente. Siempre me interesó la conducta humana, la ingeniería social y sobre todo la etología que es mi especialidad. Después de toda una vida dedicado intensamente al estudio del comportamiento animal en el ser humano y del comportamiento humano en los animales, puedo concluir que somos el mismo ser con diferentes formas.
Las mismas emociones, los mismos deseos y miedos, las mismas etapas de la vida .
TU COSMOVISIÓN ANTROPOCÉNTRICA DEFORMA TU REALIDAD . Probablemente vives ajeno al mundo animal al margen de algún documental de la dos o el pollo que te comes, pero yo tuve la suerte de nacer en una granja y crecer rodeado de animales de diferentes especies. Entendí que no eran cosas y que sus quejas, gemidos y chillidos no eran sonidos como el de las máquinas tal como declaró Descartes sino el mismo idioma que el nuestro.
Olvidamos todo lo que nos dicen, de hecho olvidarás este post en pocos minutos si es que lo llegas a leer. Las palabras de los humanos son igualmente gemidos y ruidos que se lleva el viento . Solo recordamos como nos hacen sentir.
Todo gira en torno a eso : En el propósito de diferenciarnos de los animales como si eso fuese posible.
No solo somos animales y nos comportamos como tal el 99% del tiempo. La mayoría de las personas son máquina, son partes de un engranaje, de un hardware . No solo cajeras de supermercado cuya vida se limita a ser un autómata, la mayoría de las llamadas profesiones son así. Es necesario que los humanos trabajen y además mantenerlos ocupados y por lo tanto se normaliza una conducta equivalente a la de un caballo tirando de un carro cuando ese animal no ha evolucionado para ese menester. Es por eso por lo que desde niños se les pregunta que quieren SER de mayor, para que asocien su ocupación con su identidad en su experiencia vital.
Algunas personas podemos percibir la realidad, porque estar fuera del grupo te permite observar. Mucho ojo con las identidades falsas, que nos convierten en esclavos de ese personaje.
Otro tema ; cuando piensas en vaginas, imaginas la vagina de una hembra humana, lo que delata tu antropocentrismo una vez más. Todos los vertebrados durante la gestación somos hermafroditas, luego en los primeros meses, las mismas estructuras van desarrollándose de forma diferentes. No solo tenemos berzas los machos de los humanos, también los primates, carnívoros y todos los mamíferos. El clítoris es un mini miembro viril y la bolsa escrotal son los labios vaginales. Esa parte del cerebro que provoca orgasmos en las hembras, se activa en la penetración anal que hace las veces de vagina en la mente de los gays. Por el contrario las lesbianas imaginan que su clítoris es un enorme miembro viril empotrador. Con esto solo quiero decir que las personas no son dueñas de sus actos ni sus deseos ya que vienen dados.
Fueron nuestros antepasados los peces los que diferenciaron los peces e inventaron el orgasmo para sincronizar la puesta de los óvulos y la eyaculación y no se la llevase el agua. Ese baile de cortejo que les coordina, sigue sucediendo durante el coito humano si ambos se desean.
El deseo está dentro de uno, no fuera. La misma chica sexy que haría enloquecer de deseo a cualquiera, a un lgtb no le produce la menor excitación, es la misma chica, diferentes mentes. Lo mismo pasa con las parejas enamoradas. A veces, desde fuera, nos puede parecer incomprensible que se puedan atraer .
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