¿Puede alguien ser liberal convencido y antiglobalista? Solo se me ocurre un perfil de liberal capaz de esa proeza: el que entiende el liberalismo desde parámetros economicistas que no se percata de las consecuencias políticas y sociales de ese modelo económico, que propugna mercados totalmente abiertos como paradigma de desarrollo, lo cual sería cierto si su estructura global no estuviera garantizada por el poder político y militar derivados, tachán, de las masas de capital producto de la rapiña colonial, protección de su industria nacional hasta adquirir una enorme ventaja productiva e imposición por la fuerza de mercados y parlamentos "abiertos". Imagino que imaginan naciones, pueblos y estados intercambiando bienes y servicios sin otro afán ni otro temor que la libre competencia generadora por otra parte de talento y espíritu de superación. Siendo cierto, en la vida real lo que se observa es que la competencia no es libre ni todo el talento se desvela, ni todo espíritu de superación es libre de llegar tan lejos como quiera y pueda. La máxima expresión de sus ventajas teóricas la encontramos en los estados que controlaron férreamente su industria y flujos de capital hasta adquirir la ventaja y el poder necesarios para "exigir" a todos los demás pueblos y estados la apertura total a palo seco y desde cero.
El resultado, favorable a ciertas naciones y pueblos de manera indiscutible, se convierte en los demás en un paridero de talento a exportar a la metrópoli liberal y que se convertirá en el mayor defensor del modelo por su propio beneficio, obviando completamente el destino de sus compatriotas.
En cuanto exista el menor recelo o duda sobre los beneficios liberales para una sociedad determinada, el liberalismo teórico se deshace como castillo de arena al sol. Un pueblo, sociedad o estado, que haga recortes al liberalismo teórico por sus efectos prácticos se convierte sin más en enemigo del comercio y la libertad, al modo en que cualquier hombre que respeta a la mujer considerándola su igual en derechos y obligaciones será condenado como feminicida si no está de acuerdo completamente con todas las leyes de género. ¿Notan alguna extraña coincidencia? Sí amigos y amigas, el mismo modo de proceder en las sociedades abiertas es igual de válido tanto para promover e imponer tanto los sacramentos liberales como los sacramentos rojelios. Dicho de otro modo, en el fondo les mueve el mismo espíritu por más que luego se repartan las parcelas de actuación, siendo para la derecha "conservadora" las cuestiones puramente económicas y que por eso mismo privilegian los negocios frente a conceptos como patria y tradición -antítesis de cualquier forma de globalismo-, y para la izquierda el "progreso" de la sociedad en términos culturales, antropológicos y de moral colectiva, todo lo cual contribuye a la creación de sociedades "nuevas" que han roto con sus tradiciones y moral antiguos en favor del modelo uniformador globalista. Todos son globalistas aunque formalmente se disputen el poder desde los dos grandes núcleos de la sociología cristiana: el individuo con su libertad y responsabilidad, y el bien común. Esa sociología cristiana -católica en realidad- fue destruida y lo que se avecina parece ser la convergencia sintética de esos dos grandes polos humanistas cristianos -libertad individual y colectividad- resultado de su ruptura. Intuitivamente podemos avanzar que la unidad que se rompe en sus partes es imposible recomponerla sin perder por el camino "esas insignificantes partes" que cobrarán enorme valor cuando la valoración por contraste entre el todo antes de romperlo y el todo después de su reconstrucción nos devuelva una imagen que sinceramente sospecho será distópica.
¿Será el "capital-comunismo chino" el paradigma del futuro en sustitución del católico-cristiano?