La inflación o la deflación no son exactamente lo mismo que la subida o bajada de precios. Inflación significa que hay más dinero en el sistema y deflación menos dinero. Usualmente si hay más dinero la gente compra más y suben los precios y si hay menos dinero la gente compra menos y bajan los precios, pero es una consecuencia que puede darse o no.
Cuando empezamos a pedir hipotecas traíamos del futuro dinero. De esa manera había inflación porque mucha gente tenía un dinero que aún no había ganado (¡todo de golpe!) y se lo gastaba. Como consecuencia, fomentada por los políticos para recaudar más (fiscalidad en frío lo llaman), subían los precios. Este efecto inflacionario se vio aumentado por las remesas de los fondos de cohesión y demás subvenciones europeas.
El resultado es que aquí subieron más los precios que en Alemania. El llamado diferencial de inflación. Durante años, los precios subieron más aquí que en Alemania lo que significa que el desequilibrio actual es grande. Era sostenible porque estaba entrando dinero en España por las hipotecas y por los fondos de cohesión.
Ahora bien, después de darte el dinero de la hipoteca ¡te lo quitan poco a poco! Este efecto multiplicado por miles (¿millones?) de hipotecados hacen que el dinero que traemos a España con nuestro trabajo desaparezca. De los hipotecados a los bancos y de los bancos al mercado interbancario (bancos extranjeros que se lo prestaron a ellos). Para colmo de males los fondos de cohesión se acaban en 2013. Así que hemos pasado de una situación en la que el dinero entraba en España a una situación en la que el dinero sale de España. Es un pedazo de deflación que continuará hasta que no se vuelva a normalizar la diferencia de precios con Alemania.
Como he dicho, lo lógico sería que bajasen los precios si estamos en deflación, pero no tiene por qué. Simplemente, hay menos dinero.
Por esta razón, la falta de dinero circulando, los políticos se han quedado con insuficiencia fiscal e intentan compensar la falta de recaudación con todos los medios posibles. Primero, subida de impuestos (el % de IVA, por ejemplo) . Segundo, subida de precios (a más precio más tajada se lleva el IVA). El problema es que no tenemos dinero para comprar a esos precios y el consumo cae.
Que el consumo caiga significa que se produce menos y si se produce menos se necesitan a menos empresas y si se necesitan menos empresas también a menos trabajadores y aumenta el paro. ¡Pero si aumenta el paro hay menos dinero aún disponible! Es decir que conforme el IPC vaya subiendo en un entorno deflacionario, la soga se va apretando.
Pero los políticos sabrán lo que hacen, ¿no?