Sin embargo, sí considero interesante seguir aportando algo más de contenido a este hilo.
Este es parte de un artículo de 05/05/11 Por Soil Association
Pruebas de alimentación en animales muestran efectos negativos de cultivos transgénicos
Las compañías de biotecnología con frecuencia hacen referencia a la gran cantidad de estudios publicados sobre alimentación animal como evidencia de la seguridad de los forrajes genéticamente modificados. Sin embargo,
es importante destacar que la gran mayoría de ellos no son estudios de seguridad. Tampoco son estudios toxicológicos, que implican el análisis de tejidos en los animales para verificar los efectos tóxicos, o estudios de otros aspectos de seguridad tales como la tasa de transferencia horizontal de genes. Los estudios realizados, son mayormente de interés comercial, diseñados para evaluar el efecto de los cultivos transgénicos comerciales en los indicadores de rendimiento de la alimentación, tales como tasas de crecimiento de la ganadería o la producción de leche. Por el contrario, si nos fijamos en el número mucho más pequeño de verdaderos estudios de seguridad en animales, algunos de los cuales fueron llevados a cabo por las propias empresas, surge una imagen muy diferente y muy preocupante. A continuación se reseñan los alarmantes resultados sobre cultivos transgénicos utilizados como alimento humano y animal.
(i) Soja transgénica
Ensayo en ratas en Rusia - La Dra. Irina Ermakova, científica rusa, investigó los efectos en ratas alimentadas con soja Roundup Ready. Sus resultados fueron dramáticos; incluso se encontraron aparentes efectos generacionales. Un grupo de ratas fueron alimentadas con soja RR antes del apareamiento, durante la gestación y la lactancia.
El resultado fue que se produjeron tasas muy altas de mortalidad en las crías de ratas: el 56% murieron durante las tres primeras semanas de vida, en comparación con sólo el 9% en las ratas alimentadas con soja no modificada genéticamente. Además, se observó retraso en el crecimiento de la progenie sobreviviente, y algunos de los órganos en los cachorros más pequeños alimentados con transgénicos, eran diminutos en comparación con los demás (27). Este estudio ha sido publicado (28). La Dra. Ermakova se sorprendió de sus propios resultados y ha pedido investigaciones más detalladas (29). (El ACNFP examinó un primer borrador del trabajo de Ermakova y afirmó que éste carecía de detalles, en particular, sobre el origen geográfico de la soja transgénica y no transgénica utilizada y sobre si estas muestras contenían micotoxinas. El ACNFP afirmó que no se podían sacar conclusiones del estudio de Ermakova (30). También alegó que sus resultados eran incompatibles con otros ensayos de alimentación con soja RR que no habían encontrado ningún efecto adverso (31). Sin embargo, los comentarios del ACNFP son vistos como parcializados, ya que este estudio no constituía una comparación válida, puesto que se utilizaron ratones machos y no ratas preñadas y pese a que el ACNFP calificó al estudio de "bien controlado", éste tenía menos detalles nutricionales que los del estudio de Ermakova (32).)
Ensayo del ratón italiano - Uno de los pocos estudios de alimentación a largo plazo llevado a cabo en los cultivos transgénicos fue realizado por científicos de Urbino, en Italia, y encontró que la soja Roundup Ready afecta a los órganos principales del cuerpo. Los ratones fueron alimentados con soja RR durante 24 meses. Posteriormente una variedad de órganos y fluidos corporales fueron examinados.
Los científicos encontraron importantes cambios celulares en el hígado, el páncreas y los testículos de ratones, que implicaban cambios estructurales y/o cambios funcionales (33,34,35,36,37). Los cambios celulares en el hígado, órgano que metaboliza los compuestos tóxicos, sugirieron que la soja Roudup Redy provoca un aumento de la tasa metabólica.
Ensayo FSA por alimentación humana - El único ensayo publicado sobre alimentos genéticamente modificados en los seres humanos fue realizado por la Universidad de Newcastle de la Agencia de Normas Alimentarias, y publicado en 2004.
El estudio fue diseñado para analizar lo que sucede con el ADN transgénico en el intestino humano y éste si podía introducir o sacar bacterias del cuerpo; una preocupación de larga data. Se encontró que el gen entero de la soja transgénica sobrevive al paso por el estómago y el intestino delgado, aunque no a través del colon.
El estudio también descubrió que las porciones de ADN transgénico habían sido transferidas "horizontalmente" de los alimentos transgénicos a las bacterias intestinales de algunos de los voluntarios, lo que constituye un descubrimiento sorprendente con implicaciones a largo plazo en el consumo de alimentos genéticamente modificados (16,38).
Igualmente sorprendente fue el hecho de que la FSA haya optado por no hablar de este importante hallazgo en sus comunicados sobre el estudio, por el contrario, ha dado la impresión de que el estudio no había detectado transferencia horizontal de genes.
(ii) Maíz transgénico
Ensayo de Monsanto en ratas - En junio de 2005,
Monsanto se vio obligada a hacer pública toda la información sobre los datos de seguridad dedespués de un fallo de la Corte de Alemania a favor de Greenpeace, Monsanto l maíz transgénico, MON 863, que estaba siendo evaluado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). El maíz fue genéticamente modificado para producir la toxina Bt que mata al gusano de la raíz de la mazorca, una plaga del maíz. Los estudios de Monsanto mostraron que el maíz Bt tuvo varios efectos estadísticamente significativos en las ratas:
aumento de las células blancas de la sangre, una caída de glóbulos gente de izquierdas inmaduros, disminución del peso del riñón y aumento del azúcar en la sangre 39,40. La información química mostró también signos de efectos tóxicos en los sistemas de hígado y riñón. El Profesor Gilles-Eric Séralini, un endocrinólogo molecular y miembro de dos comisiones del gobierno francés que evalúan los alimentos genéticamente modificados, dijo que las ratas probablemente sufrieron una reacción tóxica. Un análisis completo de los datos químicos realizado por el Profesor Séralini y su equipo fue publicado en mayo de 2007. El científico afirma: "con los datos actuales no se puede concluir que el maíz transgénico MON 863 es un producto seguro" (41).
Pese a ello, el Panel EFSA, recomendó que el maíz modificado genéticamente debería ser aprobado, aceptando los argumentos de Monsanto en cuanto a porqué las diferencias estadísticamente significativas debían ser ignoradas. (El Panel ha sido acusado de ser pro-transgénico y de tener vínculos financieros con la industria. Por ejemplo,
según la organización Friends of Earth, dos de sus miembros han aparecido en videos de promoción de la industria biotecnológica) (40,42). A pesar de la aprobación de la AESA, el Consejo de Ministros de la UE votó a favor de la no aprobación del maíz transgénico. Sin embargo, el voto requería una «mayoría cualificada». Esto no se logró, por lo que la Comisión tuvo la última palabra. La Comisión aprobó el MON 863 sobre la base de la "asesoría científica" del Panel sobre organismos genéticamente midficados, en enero de 2006 (40,43).
Pollo Aventis y ensayos en ratas - Aventis (ya adquirida por Bayer) llevó a cabo dos polémicos ensayos de alimentación del máiz Chardon "Liberty Link" (T25) resistente a los herbicidas, que fue presentado para su aprobación, a finales de 1995.
En un ensayo de alimentación de 42 días, con pollos, hubo una tasa de mortalidad del 7% en los pollos alimentados con el maíz T25, el doble de la tasa de los pollos no alimentados con transgénicos, (10 de 140 murieron, en comparación con 5 de los 140 de los alimentados con maíz no transgénico). Las pruebas de composición revelaron una diferencia significativa en el nivel de grasas e hidratos de carbono entre el maíz modificado y el maíz no modificado genéticamente, lo que sugiere alteraciones en algunas rutas bioquímicas (44).
Por su parte, Aventis había ensayado sólo la proteína transgénica PAT, que es producida por el maíz modificado y que da resistencia al herbicida de la compañía, el glufosinato. En un estudio de 14 días, sobre alimentación, los efectos de la proteína aislada fueron probados en cuatro grupos de ratas, dos de los cuales fueron alimentados con la proteína PAT, uno en un nivel bajo y el otro en un nivel alto.
El diseño de los estudios pretendía que cualquier efecto negativo que tuviera lugar, permaneciera oculto, a menos de que fuera muy dramático: sólo cinco machos y cinco hembras fueron parte del test en cada grupo (restringiendo la posibilidad de establecer la significación estadística de los efectos),
los pesos de partida variaron en +/- 20% (en lugar del habitual +/- 2%), y el grupo que recibió el alto nivel de la proteína transgénica PAT tuvo el peso más alto. A pesar de esto, y de el hecho de que el grupo de alta proteína PAT mostró el mayor consumo de alimento, terminó con el peso más bajo, mucho menor que el peso del grupo que recibió la dieta equivalente no transgénica y que el grupo que recibió bajo nivel de proteína PAT. Las diferencias bioquímicas y las mediciones del volumen de orina indicaron un aumento en la carga metabólica en las ratas alimentadas con el PAT proteínico (44).
A pesar de esta evidencia científica, el maíz T25 fue aprobado por la UE para el consumo humano en abril de 1998. El míz transgénico Liberty Link ha sido ampliamente comercializados en América del Norte por Bayer CropScience.
Estudio del Reino Unido sobre la transferencia genética en el ganado ovino -
Un estudio del Reino Unido con ovejas, publicado en 2003, encontró que una vez que el maíz transgénico había sido ingerido por el animal,
después de sólo ocho minutos, algunos de los transgenes insertados salían del maíz y eran transferidos "horizontalmente" a las bacterias en la boca. Uno de los genes insertados codificó la resistencia al antibiótico kanamicina. Después de que los transgenes fueran transferidos, se encontró que la bacteria E. coli era resistente a los antibióticos, lo que muestra que los transgenes se habían integrado en el propio ADN de las bacterias.
Esto demostró que la "transferencia horizontal" de los genes insertados puede ocurrir de manera relativamente fácil (17).
(iii) semillas oleaginosas de canola genéticamente modificada
Ensayo de Monsanto en ratas – Las semillas oleaginosas de colza o canola GT73, fueron aprobadas en Europa en 2004, aunque la documentación publicada por la FDA de los EE.UU. muestra que dos de los estudios de Monsanto sobre alimentación de ratas encontraron estadisticamente efectos bastante adversos (45). El GT73 es una variedad tolerante al glifosato "Roundup Ready" (RR). El primer estudio, realizado con una mezcla de dos variedades de semillas de canola de Monsanto, tolerante al glifosato, incluyendo la colza GT73, encontró
disminuciones y aumentos estadísticamente significativos en el peso terminal del cuerpo de ratas macho alimentados con canola transgénica (pero no en las ratas hembras), en comparación con las ratas alimentadas con canola no modificada. Monsanto, sin embargo, alegó que había problemas "técnicos" en el estudio, y lo repitió. Curiosamente, mientras que la FDA de los EE.UU. estableció claramente que se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el peso corporal de las ratas machos,
la AESA afirmó que el estudio no encontró diferencias en el peso corporal (aunque admitió que las ratas alimentadas con transgénicos tenían una diferencia de proporción entre el peso del hígado y el peso del cuerpo) (46).
El segundo estudio, llevado a cabo exclusivamente
con la variedad GT73, encontró que las ratas alimentadas con esta semilla transgénica tenían
un peso relativo del hígado que se incrementó hasta en un 16%, en comparación con las ratas alimentadas con la línea de no transgénicos. Al parecer, olvidando que había habído problemas "técnicos" en el primer estudio y que las ratas no habían sido alimentadas con la misma semilla transgénica en ambos estudios, Monsanto afirmó que los resultados del segundo estudio también debían ser ignorados ya que los resultados de los dos ensayos eran "incompatibles". Monsanto llevó a cabo un tercer estudio en el que no se encontró ningún problema (45). En agosto de 2004, el GT73 fue aprobado para su uso en alimentos y forraje en la UE.
(Iv) Guisantes transgénicos
Ensayo con ratones en Australia - Los resultados de la investigación recientemente publicada por científicos de Australia sobre la seguridad de los guisantes transgénicos, plantea serios interrogantes sobre la seguridad de los cultivos transgénicos en general.
Los investigadores insertaron un gen, que normalmente se encuentra en los frijoles, para hacer a los guisantes resistentes al gorgojo. Durante el estudio, se alimentó a ratones con guisantes transgénicos durante cuatro semanas.
Los guisantes provocaron reacciones alérgicas: el tejido pulmonar se inflamó. Además, los roedores se volvieron sensibles a otras sustancias, como la clara de huevo, mientras que los alimentados con guisantes no modificados no tuvieron esta reacción. Incluso después de la cocción de los guisantes, los ratones presentaron reacciones alérgicas (13,14,15).
Estos resultados fueron considerados sorprendentes ya que los ratones no presentaron reacciones alérgicas a los guisantes y frijoles no modificados, y porque la nueva proteína manifestada por el gen introducido en los guisantes era químicamente idéntica a la proteína de los frijoles. Un examen más detenido, sin embargo, reveló que a pesar de que la proteína transgénica del guisante tenía una secuencia de aminoácidos idéntica a la proteína en los frijoles, había diferencias en los azúcares, atribuídas a la proteína transgénica (debido a la glicosilación).
Los científicos concluyeron que "la expresión transgénica de proteínas no nativas en plantas puede dar lugar a la síntesis de variantes estructurales que poseen inmunogenicidad alterada" (13). En otras palabras,
no se puede suponer que una proteína que no es tóxica en su planta nativa siga siendo inofensiva al transferirse y expresarse en una planta transgénica. Sin embargo esto es precisamente lo que los reguladores han asumido hasta ahora. El enfoque de "equivalencia sustancial" no evalúa la posibilidad de que una glicosilación nociva ocurra.
(v) Tomates genéticamente modificados
Calgene realiza pruebas en ratones - ensayos no publicados con tomates transgénicos Flavr Savr, solicitados por la empresa Calgene y presentados a la FDA de los EE.UU. con el fin de obtener la aprobación de los primeros alimentos transgénicos, mostraron que
los ratones alimentados con los tomates transgénicos, desarrollaron lesiones en la pared intestinal. En un ensayo de 28 días, grupos de 40 ratas fueron alimentados con tomates transgénicos o con una dieta controlada.
De un total de 20 ratas hembras alimentadas con tomates transgénicos, se identificaron lesiones en cuatro y siete ratas, por dos grupos de expertos, respectivamente. No se encontraron tales efectos en las ratas con dieta controlada. La FDA pidió otro estudio. Las lesiones se produjeron de nuevo (en 2 de 15 ratas) y además, siete de cada 40
(17,5%) de las ratas alimentadas con tomates transgénicos murieron en un período de dos semanas (47). Después de esto, la industria de la biotecnología y de Gobierno de los EE.UU. acordaron utilizar el concepto de “equivalencia sustancial” para la aprobación de cultivos transgénicos, en lugar de ensayos de alimentación animal.
El tomate Flavr Savr de Calgene y Zeneca, una variedad similar de tomate transgénico, fueron aprobados por la FDA a mediados de 1994. Ambas variedades fueron aprobadas también para la venta en el Reino Unido, aunque sólo el producto de Zeneca (que luego se transformó en AstraZeneca) se vendió, como pasta de tomate hasta junio de 1999.
(vi) papas transgénicas
Ensayos con ratas en el Reino Unido - Resultados similares a los de los tomates transgénicos fueron encontrados en el primer ensayo de alimentación animal en el Reino Unido, y con las mismas consecuencias.
Las papas transgénicas se volvieron famosas a causa de lesiones en la pared intestinal de ratas en un ensayo controlado por el Dr. Arpad Pusztai, del Instituto de Investigación Rowett en Escocia. Los hallazgos, que se dieron a conocer en 1998, causaron gran controversia y los defensores de los cultivos transgénicos difundieron la -des-información de que las pruebas no habían sido controladas.
Los estudios de Pusztai habían sido solicitados por el Gobierno del Reino Unido con el fin de elaborar un protocolo para el uso de pruebas de alimentación animal para la evaluación de riesgos de los cultivos transgénicos, por lo que los resultados deberían haberse tomado muy en serio. Por el contrario,
Pusztai fue suspendido y silenciado, y con el tiempo perdió su trabajo. El Gobierno del Reino Unido abandonó su plan de solicitar ensayos de alimentación animal y decidió seguir la política del Gobierno de los EE.UU. de depender principalmente de la "equivalencia sustancial". El estudio de Pusztai fue publicado en la revista médica The Lancet (48), en donde el científico recomienda que el estudio se repita. Hasta el día de hoy, esto no se ha hecho.
¿Los alimentos transgénicos tienen impactos en la salud? - Ecoportal.net