Brvtal Alfredo Díaz,
actor de doblaje,
su amable amigo y vecino durante las tediosas estancias de retiro tecnológico obligado por ese gobierno que agora se desentiende...
(y su severa y férrea aplicacion de las normas por ese cuerpo de CHAROCOPS DE VENTANA Y BALCÓN, gracias,sin vosotros no habría sido posible HDGP.
listas como perros rabiosos y fvribundos para increpar al primer desdichado que intentará osar escapar o simplemente respirar al bajarse la mascarilla.)
Un grande entre los grandes ,
Don Alfredo,
ese good morning Viecnam pero en versión anis del mono Paco de pandemias de tres al cuarto recontrabrvtalisimo en cada uno del doblaje de esos eskechts y sacaba todas las argumentaciones covidicias y las revestía de humor coherente con la situación,eso alejaba el miedo,justo lo que hacia falta para no caer en esas redes de mentira.
Junto a el pero no menos importante,el narrador escrito.
Más serio en el plano teológico y filosófico, al punto de una retórica y una crítica con unos filtros intelectuales de prosa que la mantenía un poco a salvo de la borregada ,si efectivamente,
MBiggest vltrachad de las harinas DePrada el varias veces grande.
En contraposición,
teníamos unos villanos bien definidos,
no olvidemos la cara de margarita del mal,la cara de oler bierda de la gata poyinger o el doctorsito carballo experto reputado en todo lo reputable,
caras visibles y antagonistas de nuestro mago blanco Don AlfredoDiac o nuestro alegre y entrañable tabernero Maese Depradac,
el contador de historias alrededor del phuego.