El crimen 'casi-perfecto' de Anglés: sin huella 20 años después de Alcàsser (V)

Tonterías.
Una cosa es deshacerse de Sabino y poner a Almansa para tener más libertad de acción MC y otra cosa es el autochantaje.
Yo te he dicho algo que a día de hoy es público. Esa celebración tuvo lugar entre la noche del 29 de Diciembre y la noche del 30 de Diciembre (según distintas fuentes), y fue en el restaurante ‘Horcher’, mesa para tres: SM, su esposa, y Sabino.

No hay más.

¿A santo de qué iban sus majestades a cenar a solas con Sabino un 5 (cumpleaños del SM) o un 6 de Enero (día de Reyes Magos) teniendo éstos una familia bien numerosa con la que comer, cenar y celebrar?

Eso sí que son tonterías.
 
Vamos a ver. Hay que ir por partes.
Ahora te paso captura.
Una cosa es el pseudochantaje con las niñas vivas, llamadas telefónicas que intervino el CESID, y otra cosa mucho más seria es la otra operación paralela del chantaje con los cuerpos en donde no pueden aparecer.
Que en diciembre del 92 hubo más que "movimiento" (líneas 903) es evidente. De hecho dos niñas fallecen ese mes.

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Te tomas demasiado a pecho las coletillas de los comentarios.
 
Por no hablar de la orden de parar las escuchas de narcotráfico al CESID Benavente, por directiva expresa de Manglano. Benavente cabe recordad que resultó muerto en extrañas circunstancias años después.
JIB: "El CESID investigando temas de narcotráfico se topa con Alcasser".
 
Vamos a ver. Hay que ir por partes.
Ahora te paso captura.
Una cosa es el pseudochantaje con las niñas vivas, llamadas telefónicas que intervino el CESID, y otra cosa mucho más seria es la otra operación paralela del chantaje con los cuerpos en donde no pueden aparecer.
Que en diciembre del 92 hubo más que "movimiento" (líneas 903) es evidente. De hecho dos niñas fallecen ese mes.

Ver archivo adjunto 1073565
¿Y qué sentido tiene hacer aparecer los cuerpos de las tres niñas en Zarzuela el día del cumpleaños de SM, según se dijo, para forzar el reemplazo de Sabino, si según Mario Conde, el 26 de Diciembre de 1992 Fernando Almansa era ya Jefe de la Casa del Rey?

Dato: se dijo que Sabino dejaría el cargo el día que cumpliera 75 años (17/03/1993), pero para sorpresa de todos –y del mismo Sabino–, se adelantó al 8 de Enero.
 
¿Y qué sentido tiene hacer aparecer los cuerpos de las tres niñas en Zarzuela el día del cumpleaños de SM, según se dijo, para forzar el reemplazo de Sabino, si según Mario Conde, el 26 de Diciembre de 1992 Fernando Almansa era ya Jefe de la Casa del Rey?
Grabar al CESID en una operación ilegal para chantajearle. Y en lo sucesivo usar a los servicios secretos para operaciones de beneficio economico de los grupos asociados (reparto mercado electrico en 1997).
 
Con la versión de Blanco todo encaja.
Sino, siempre tienes los espectros de twitter o la teoria oficial.
 
En 1978 se reparten los poderes politicos.
Tras el 23F se desarticula la independencia del ejercito cuyos intereses amenazan a los politicos (involucionismo),
La cosa se completa en 1992 con el reparto economico del estado amén de pasar a controlar el CESID (unico organismo limpio hasta ese momento).

JCI no es el cerebro detras de todo esto, la central americana es la cima de la piramide.
España es un pais subordinado militar, economicamente y politicamente a la OTAN/UE...
 
La gran pregunta es por que usar a tres niñas?
Eso era indiferente, podían haber volado las torres kio, o un par de trenes, pero era necesario enfangar a 136 personalidades en actos aberrantes con respaldo videofotografico para mantener un pacto de silencio.
Esa es la explicación.
 
Y la GC se supone que va a parar una acción de este calibre? No me hagas reír.
No saben ni por donde les da el aire.
Buenas tardes.
 
Llamada anónima donde dicen ver a las niñas en motilla del palancar.
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Recupero este texto que escribí hace tiempo. Es un poco largo, pero si tienen paciencia creo que le encontrarán el punto.

Hay un dragón en el caso Alcàsser

El texto que viene a continuación está sacado del libro “El mundo y sus demonios” de Carl Sagan. Da una idea muy buena de la forma de pensar cuando se dice que las personas con espíritu crítico y científico son (somos, si me permitís) cerrados, escépticos, dogmáticos o cosas por el estilo. Disfrutadlo.

En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca.

Supongamos (sigo el método de terapia de grupo del psicólogo Richard Franklin) que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

- Enséñemelo – me dice usted.

Yo le llevo ami garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.

- ¿Dónde está el dragón? – me pregunta.

Oh, está aquí –contesto yo moviendo la mano vagamente -. Me olvidé decir que es un dragón invisible.

Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.

Buena idea –replico -, pero este dragón flota en el aire.

Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.

Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.

Se puede pintar con spray el dragón para hacerlo visible –me dice.

Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.

Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.


Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe?.

Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluta a demostrar que es cierta.

Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.

Lo único que ha aprendido usted de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no se puede aplicar ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento. Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio? A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.


Como dice Sagan en ese mismo libro, aunque la frase es del genial Richard Feynman: “Tengo la mente abierta, pero no tanto como para que se me caiga el cerebro al suelo”.


Parafraseando a Carl Sagan en el caso Alcàsser

Yo asevero: Antonio Anglés y Miguel Ricart fueron los asesinos de las niñas de Alcàsser.


- Demuéstremelo – me dice usted.

Resulta que existe una condena a Miguel Ricart por los hechos acaecidos el 13 de Noviembre de 1992. A Antonio Anglés no se le pudo juzgar porque se encontraba en paradero desconocido, pero en la condena a Ricart se refiere implícitamente a él, a Antonio Anglés.

- Ya, pero ¿dónde están las pruebas de esa aseveración? – me pregunta.

Oh, claro, están en el Sumario – le respondo-, es que fue una investigación muy complicada.

- Sí, probablemente, pero alguna brizna de prueba objetiva habrá en ese Sumario, ¿no?. No sé, por ejemplo alguna prueba física como ADN de sangre, leche, etc. – me vuelve a preguntar.

Buena idea –replico-, pero es que pasó tanto tiempo y los cuerpos estaban en tan avanzado estado de descomposición que no había restos de leche ni sangre de los agresores.

- Ya, ¿y no se encontraron pelos? – me pregunta.

Sí, se encontraron pelos entre el putrílago de las ropas de las niñas –respondo-, pero eso lo encontró el forense que actuaba de parte y eso podía ser malinterpretado.

- Sí, de acuerdo, pero ¿tampoco se analizó el ADN mitocondrial de esos pelos? – me insiste.

Claro, claro que se analizó –respondo.

- Entonces, ¿se concluyó que alguno de esos pelos pertenecía a Ricart o Anglés? – me pregunta.

No, tampoco –respondo-. Se concluyó que del análisis de ADN mitocondrial de esos pelos podían pertenecer a entre 5 a 7 personas diferentes. Y tal vez alguno más.

- Ya, es decir, me está diciendo que no hay pruebas biológicas contra Ricart o Anglés, pero sí contra otros desconocidos, ¿y en la escena del crimen?, ¿se encontraron pruebas contra Miguel Ricart o Antonio Anglés? – me inquiere de nuevo.

Oh, sí, se encontraron unos papelitos cerca de la fosa donde se hallaban los cuerpos delas niñas, un papelitos a nombre de Enrique Anglés, hermano de Antonio Anglés–le respondo.

- Bueno, unos papelitos son indicios, pero no una prueba contundente que conecte a Ricart o Anglés con la autoría del asesinato. Además, esos papelitos no estaban a nombre de Miguel Ricart o de Antonio Anglés, ¿no? – me inquiere de nuevo.

Oh, es cierto, pero es que Antonio Anglés tenía por costumbre hacerse pasar por otras personas, además como estaba en busca y captura no podía dejar rastro de su paso, además de que Antonio Anglés y Miguel Ricart formaban un tándem delictivo, robaban bancos –le vuelvo a responder.

- Ya, o sea que pasaron de robar bancos a violar, hacer daño y asesinar salvajemente a tres niñas, pasando de ladrones a asesinos sin solución de continuidad – me insinúa irónicamente.

Sí, eso parece –le respondo.

- Ya, pero eso es una conjetura, no una prueba. Le insisto, ¿dónde están las pruebas para condenar a Miguel Ricart o Antonio Anglés de ese triple asesinato? – me inquiere de nuevo.

Oh, sí, existen muchos indicios y pruebas –respondo.

- Cómo cuales? –me insiste.

Desde luego, la confesión de Miguel Ricart –respondo tajantemente.

- ¿Cómo?, ¿confesión?, ¿dónde está entonces la carga de la prueba en este caso? – me insiste.

Bueno, el Tribunal consideró de acuerdo a la Ley de Enjuiciamiento Criminal que esas confesiones eran prueba necesaria y suficiente –le respondo desafiante.

- Miguel Ricart “confesó” varias versiones al poco de ser detenido, pero durante el juicio se distanció de ellas. Además, para la LEC la confesión debe contrastarse, pues no evita ni elude la carga de la prueba, que sigue estando en manos de la acusación. En cualquier caso, algunas versiones de esas "confesiones" son contradictorias entre sí, tanto en número de intervinientes como en la presunta escena del crimen y la mayoría contradictorias con los hechos (p.ej. según las autopsias, Toñi tenía el himen intacto, la increíble subida a La Romana no fue reconstruida, como tampoco los supuestos hechos, la ausencia de restos biológicos en la caseta de La Romana, la más que probable existencia de un doble enterramiento, etc.). Entonces, ¿qué versión consideró el Tribunal que era “la buena”?–me desafía con otra pregunta.

No recuerdo bien, pero creo que era la segunda que realizó ante el juez de Instrucción, el 2 de Marzo de 1993, donde dio detalles de lo que hicieron a las niñas que sólo se podían conocer si se estuvo en el lugar de los hechos –le respondo.

- Es decir, cuando ya hacía más de un mes que se habían realizado las autopsias a las niñas, el entonces sospechoso Miguel Ricart “confesó” lo que había pasado. Sí, yo también, a toro pasado, puedo “predecir” que ayer hizo un tiempo soleado –me responde irónicamente.

Es decir, resumiendo, que para condenar a Miguel Ricart no hay más pruebas que la presunta “confesión” de Ricart del 2 de Marzo de 1993. Bien, pero entonces, dejando al margen esas contradicciones con los hechos que no me ha contestado, ¿qué hay de la participación de Antonio Anglés si de éste no tenemos ni pruebas ni “confesiones”? –me desafía abiertamente.


Oiga, bueno, de Antonio Anglés sabemos que era un cómplice habitual de Miguel Ricart como he dicho antes, además huyó, demostrando con ello su culpabilidad y además está,esto… la propia confesión de… Miguel Ricart, donde éste le acusa de toda clase de aberraciones que hizo con las niñas hasta asesinarlas –le respondo.

- No me diga más. O sea, la sombra de la sospecha y la “prueba” de la participación de Antonio Anglés es, no me diga que lo adivino: la propia “confesión” de Miguel Ricart del 2 de Marzo de 1993.¿Correcto? Y si huyó, presuntamente, eso también es una “demostración” de su culpabilidad? –me ironiza de nuevo con otra pregunta.

Eso, exactamente es eso, Miguel Ricart confesó y Antonio Anglés huyó. ¿Qué más pruebas quiere usted? –le respondo devolviéndole el desafío.

Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba que usted me propone para evidenciar sin lugar a duda la participación de Ricart y Anglés con una explicación de por qué es suficiente con la confesión, aquella lejana confesión de Miguel Ricart realizada más de un mes después de la realización de las autopsias.

- Sí, yo también tengo un dragón en el garaje. No se lo puedo mostrar ni demostrar, pero como se lo confieso, como hizo Ricart a las primeras de cambio, usted debe admitirme que es verdad, sin pedir nada más. Hasta luego, hasta siempre –se despide sin más, dejándome con la palabra en la boca.

Hasta luego pues –me despido sin saber qué más decir. ¿Le habré convencido de la culpabilidad de Miguel Ricart y de Antonio Anglés? Yo creo que sí, ¿qué opinas?


Fuente: Sagan, Carl. “El mundo y sus demonios. La ciencia como una luz en la oscuridad”. Editorial Planeta, 2000. Historias de la Ciencia | Hay un dragón en mi garaje a partir de un comentario de @AYN RANDiano2
 
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