El comunismo procede del capitalismo De Prada

Todoterreno

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Capitalismo y comunismo
Fue el propio Marx quien dejó escrito que el comunismo procede del capitalismo

El deshielo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba tiene a los que se chupan el dedo espantados o, por el contrario, jubilosos. Quienes ingenuamente se creyeron la tabarra de que capitalismo y comunismo (¡como democracia y dictadura!) eran dos fuerzas en oposición insalvable y consideraban puerilmente que Fidel Castro era el malo, o bien que los yanquis eran la gran meretriz, andan ahora llorando por las esquinas. Por su parte, las masas cretinizadas que meriendan nardos y cada día se chutan su sobredosis de propaganda sistémica suponen que este abrazo caribeño prefigura una nueva era de paz y delicias universales; y andan exultantes celebrándolo.


Nos advertía Leonardo Castellani que capitalismo y comunismo «coinciden en su núcleo místico: ambos buscan el Paraíso Terrenal por medio de la técnica; y su mística es un mesianismo tecnólatra y antropólatra, cuya difusión vemos hoy día por todos lados, y cuya dirección es la deificación del hombre; la cual un día se encarnará en Un Hombre». Señalaba también que capitalismo y comunismo tenían encomendada una misión común, que no es otra sino reducir a escombros el orden cristiano: el comunismo sin antifaces ni disimulos; el capitalismo de un modo mucho más sibilino, asegurando taimadamente que su intención es defenderlo. De ahí que, como afirmase Álvaro d’Ors, el comunismo al menos pueda hacer mártires, mientras que el capitalismo no hace más que herejes y pervertidos. Castellani vislumbraba proféticamente que capitalismo y comunismo acabarían amalgamándose, por «hazaña del Anticristo».

No fue Castellani, sin embargo, el único que vislumbró esta íntima mismidad de capitalismo y comunismo. Chesterton nos explicaba que el capitalismo conduce al enriquecimiento de unos pocos, fundado en el despojo de la propiedad del pueblo, al que se convierte en masa de trabajadores asalariados con un nivel de ingresos mayor o menor, según la voluntad de los amos, mientras que el comunismo se propone lo mismo, pero en nombre del «Estado», que también controlan unos pocos. Capitalismo y comunismo, a la postre, tenían para Chesterton el mismo propósito, que no era otro sino favorecer a unas oligarquías a costa de despojar al pueblo. Más incisivo aún, Belloc avizoró la formación de un «Estado servil», híbrido de capitalismo y comunismo, en donde el trabajo asalariado de una mayoría abrumadora de la sociedad se haría obligatorio, en beneficio de una minoría propietaria; y, para que este despojo y nueva esclavitud no resultase insoportable a esas masas asalariadas, se suministrarían diversas morfinas. La más importante de todas, avizorada por Chesterton, es esa religión que, «a la vez que prohíbe la fecundidad, exalta la lujuria»; o sea, los «derechos que bragueta» que son el pináculo (y a la vez el sostén) del Estado servil.


Pero fue el propio Marx quien dejó escrito que el comunismo procede del capitalismo y se desarrolla históricamente con él; y la dialéctica hegeliana los conduce a una síntesis, que es la que ahora se ha impuesto, con diversas variantes autóctonas (socialdemocracia en Europa, capitalismo estajanovista en China, etcétera), hasta configurarse como Nuevo Orden Mundial, del que Estados Unidos es capataz. Un Nuevo Orden Mundial del que podría decirse lo mimo que Rubén Darío le escupía a Roosevelt: «Y, pues contáis con todo, os falta una cosa… ¡Dios!».


Y ahora Estados Unidos escenifica este abrazo caribeño, para júbilo o espanto de los que se chupan el dedo. Nosotros suscribimos a Gómez Dávila: «El comunista odia el capitalismo con complejo de Edipo. El reaccionario lo mira tan sólo con xenofobia».

Sirviéndo al mismo amo
Juan Manuel de Prada
Lunes, 21 de Enero de 2019, 6:36 Tiempo de lectura:3 min.

Mucha gente se ha ilusionado en Europa con las nuevas derechas que, frente al entreguismo de los conservadores fanés y descangallados, se oponen a las políticas de género o se declaran favorables a la familia. Se trata, en realidad, de
la misma golosina con que los conservadores hoy fanés y descangallados engatusaban a muchos incautos hace veinte o treinta años; la misma con que los democristianos encauzaron en su día a otros muchos ingenuos hacia los rediles que convenían al liberalismo. En su encíclica Quadragesimo Anno (1931), Pío XI advertía que «aun cuando la economía y la disciplina jovenlandesal, cada cual en su ámbito, tienen principios propios, es erróneo que el orden económico y el jovenlandesal estén distanciados y ajenos entre sí». Cinco años antes, en The Outline of Sanity, ya denunciaba Chesterton el error trágico que estaban cometiendo muchos católicos, dejándose arrastrar por intoxicadores que les metían miedo con el comunismo, mientras el capitalismo imponía «una civilización igualmente centralizada, impersonal y monótona», capaz de «crear una atmósfera y formar una mentalidad» rabiosamente anticomunitarias, antifamiliares y antinatalistas. Posteriormente, en The Well and the Shallows (1935), Chesterton desarrollaría esta tesis, afirmando que «lo que ha destruido la familia en el mundo moderno ha sido el capitalismo: ha sido el capitalismo el que ha arrasado hogares, alentado divorcios y despreciado las viejas virtudes domésticas; ha sido el capitalismo el que ha provocado una lucha competitiva entre los sexos; ha sido el capitalismo el que ha destruido la autoridad de los padres; ha sido el capitalismo el que ha sacado a los hombres de sus casas en busca de trabajo…», etcétera. Parafraseando a Chesterton, podríamos añadir que lo que ha traído las políticas de género y, en general, todas las ideologías de disolución familiar y comunitaria ha sido el capitalismo. O, más exactamente, la ideología liberal que, con su exaltación del individualismo y la autodeterminación, ha dado forma y sustancia al capitalismo. Esta evidencia denunciada por Chesterton la proclama exultante Walter Lippmann, uno de los padres del neoliberalismo, en su obra The Good Society (1937): «Se ha producido una revolución en el modo de producción. Pero esta revolución tiene lugar en hombres que han heredado un género de vida enteramente distinto. Así que el reajuste necesario debe extenderse a todo el orden social por entero. (…) Debido a la naturaleza de las cosas, una economía dinámica debe alojarse necesariamente en un orden social progresista. (…) Los verdaderos problemas de las sociedades modernas se plantean sobre todo allí donde el orden social no es compatible con las necesidades de la división del trabajo. Una revisión de los problemas actuales no sería más que un catálogo de tales incompatibilidades. El catálogo empezaría por lo heredado, enumeraría todas las costumbres, las leyes, las instituciones y las políticas y sólo se completaría después de haber tratado la noción que tiene el hombre de su destino en la Tierra y sus ideas acerca de su alma». Otro padre del neoliberalismo, Louis Rougier, lo establece también taxativamente en Les Mystiques économiques (1938): «Ser liberal es ser esencialmente ‘progresivo’, en el sentido de una perpetua adaptación del orden legal a los descubrimientos científicos, a los progresos de la organización y la técnica económica, a los cambios de estructura de la sociedad y de la conciencia contemporánea». El triunfo del capitalismo, de hecho, se funda en esa «perpetua adaptación» de los hombres al divorcio, al aborto, al desprestigio de las virtudes domésticas, a la lucha de sexos, a las políticas de género. El triunfo del capitalismo no sería, en fin, ni siquiera concebible sin el sometimiento de los pueblos a sus destrozos antropológicos. Esta evidencia ha sido siempre ocultada por las derechas, que han atemorizado a sus adeptos con el fantasma del comunismo, hoy trasmutado en «marxismo cultural» (que no es otra cosa sino liberalismo consecuente). La derecha que se declara favorable a la familia, o contraria a las políticas de género, a la vez que aplaude el orden económico capitalista y la ideología que lo conforma es tan mentirosa como la izquierda que clama contra el capitalismo, a la vez que se entrega denodadamente a la destrucción de la familia y de los vínculos comunitarios. Ambas sirven al mismo amo, a la vez que satisfacen los mecanismos de la demogresca, que necesita negociados de izquierdas y derechas para mantener enzarzados a los pueblos (o a las masas amorfas en que los pueblos degeneran, una vez destruidos los vínculos que los hacían fuertes).
 
Y el cristianismo también viene del judaísmo ahora bien ¿Son iguales o siquiera equivalentes?

Se entiende hace mucho por donde quiere ir de Prada en todo este asunto, ya le dedicó en su tiempo en el programa que presentaba "Lágrimas en la Lluvia" más de un "editorial". Y pese a ello, siempre reincide en lo mismo.

A mi estos artículos siendo en su mayor parte ciertos me siguen sonando a lo mismo que me sonaban al principio, a una especie de "impostada equidistancia".
 
Y el cristianismo también viene del judaísmo ahora bien ¿Son iguales o siquiera equivalentes?

Se entiende hace mucho por donde quiere ir de Prada en todo este asunto, ya le dedicó en su tiempo en el programa que presentaba "Lágrimas en la Lluvia" más de un "editorial". Y pese a ello, siempre reincide en lo mismo.

A mi estos artículos siendo en su mayor parte ciertos me siguen sonando a lo mismo que me sonaban al principio, a una especie de "impostada equidistancia".


Está claro que no pillas el mensaje. No se trata de "equidistancia" y un "quedabién".

Lo que dice De Prada es simplemente un análisis certero de que las sendas de comunismo y capitalismo tienen un punto común que es donde la serpiente traga su propia cola.

Y que es algo que ya decía Marx acertadamente pero nadie le presta atención.

Todo este sindiós -nunca mejor dicho- donde la sociedad ha perdido el norte, se origina en las cabezas de la gente a través del libertinaje y la autodeterminación sin jovenlandesal ninguna de los derechos inventados y la falta absoluta de trascendencia por el materialismo más absoluto.

Entonces es cuando nuestra sociedad libertina y decadente se convierte en un infierno comunista y totalitario al estilo de China.

Y para eso tiene que haber revolución, donde quemen en las hogueras al simple ùtil que hayan puesto como culpable del envenenamiento por banderillas o al responsable de que a tu hijo le laven el coco para cortarse el pito.

De Prada lo dice bien, ambas cosas se originan en el mismo tronco.
 
Está claro que no pillas el mensaje. No se trata de "equidistancia" y un "quedabién".

Lo que dice De Prada es simplemente un análisis certero de que las sendas de comunismo y capitalismo tienen un punto común que es donde la serpiente traga su propia cola.

Y que es algo que ya decía Marx acertadamente pero nadie le presta atención.

Todo este sindiós -nunca mejor dicho- donde la sociedad ha perdido el norte, se origina en las cabezas de la gente a través del libertinaje y la autodeterminación sin jovenlandesal ninguna de los derechos inventados y la falta absoluta de trascendencia por el materialismo más absoluto.

Entonces es cuando nuestra sociedad libertina y decadente se convierte en un infierno comunista y totalitario al estilo de China.

Y para eso tiene que haber revolución, donde quemen en las hogueras al simple ùtil que hayan puesto como culpable del envenenamiento por banderillas o al responsable de que a tu hijo le laven el coco para cortarse el pito.

De Prada lo dice bien, ambas cosas se originan en el mismo tronco.

A ver, caro amico y rival polaco. Llevo leyendo a de Prada hace años y sé perfectamente por donde van los tiros. Su obsesión con Castellani o León XIII y la encíclica "rerum novarum". Por tanto entiendo perfectamente cual es la raíz de su pensamiento y su repruebo o desprecio por ese liberalismo materialista, semilla de todos los males de la modernidad.

Pero que el tipo siempre evita definirse y muchas veces de FORMA CONSCIENTE nos intenta vender una FALSA equivalencia entre el comunismo y el capitalismo también es muy evidente. Y ÉL LO SABE, o al menos entiende que entre lo malo y lo peor, aún hay grados.
 
Y el capitalismo del feudalismo. Por tanto, si Pravda es tan devoto de Marx, ha de admitir que nuestra Santa progenitora Iglesia y el Antiguo Régimen son los causantes del comunismo, ¿no?

Una poca falta de cultura digna del indocumentado sociata @MAESE PELMA

O igual es que Marx no decía más que burradas analfahistóricas y Pravda hace un papelón penoso como militonto antimodernista de guardia.

Que regale ejemplares firmados (o lefados) de shishis en su parroquia.

pradajuanmanuel010.jpg
 
Y el capitalismo del feudalismo. Por tanto, si Pravda es tan devoto de Marx, ha de admitir que nuestra Santa progenitora Iglesia y el Antiguo Régimen son los causantes del comunismo, ¿no?

Una poca falta de cultura digna del indocumentado sociata @MAESE PELMA

O igual es que Marx no decía más que burradas analfahistóricas y Pravda hace un papelón penoso como militonto antimodernista de guardia.

Que regale ejemplares firmados (o lefados) de shishis en su parroquia.

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Por cierto muy bien escrito ese libro, aunque igual usted no esté de acuerdo. Pero sí, Prada tiende a una simplificación y maniqueismo que solo puede atribuirse a la malicia o la ignorancia en temas económicos. Da la impresión que el capitalismo nace con la revolución industrial. Que los fenicios no inventaron las letras de pago (¿Quizás se inventaron antes incluso?) o que el capitalismo veneciano o genovés nunca existió.

Aquí de Prada suele pecar o de muy simple o de excesivamente listo, a mi juicio claro.
 
Por cierto muy bien escrito ese libro, aunque igual usted no esté de acuerdo. Pero sí, Prada tiende a una simplificación y maniqueismo que solo puede atribuirse a la malicia o la ignorancia en temas económicos. Da la impresión que el capitalismo nace con la revolución industrial. Que los fenicios no inventaron las letras de pago (¿Quizás se inventaron antes incluso?) o que el capitalismo veneciano o genovés nunca existió.

Aquí de Prada suele pecar o de muy simple o de excesivamente listo, a mi juicio claro.
Escribe bien Pravda, sí.
 
A ver, caro amico y rival polaco. Llevo leyendo a de Prada hace años y sé perfectamente por donde van los tiros. Su obsesión con Castellani o León XIII y la encíclica "rerum novarum". Por tanto entiendo perfectamente cual es la raíz de su pensamiento y su repruebo o desprecio por ese liberalismo materialista, semilla de todos los males de la modernidad.

Pero que el tipo siempre evita definirse y muchas veces de FORMA CONSCIENTE nos intenta vender una FALSA equivalencia entre el comunismo y el capitalismo también es muy evidente. Y ÉL LO SABE, o al menos entiende que entre lo malo y lo peor, aún hay grados.


No, colega... De Prada no te está intentando vender una nueva receta que tú le exiges para a cambio no tirarlo a la papelera de los pensadores fracasados.


Sólo te está avisando de una cosa. Que la senda que estamos siguiendo nos lleva al comunismo totalitario.

Yo como tú desearía que hubiera un punto medio entre el liberalismo y el totalitarismo, pero es que la dinámica social es la de una cuesta abajo sin freno.

Tarde o temprano, alguien pulsará el botón de reset y nos despertaremos en una realidad totalitaria.

De hecho la gente está empezando a pedirlo. El el bichito no pasó. De hecho ESTÁIS pidiéndolo a gritos una mayoría en este foro.

Que nos hagan un reset para empezar de nuevo en esa otra realidad por medio de una guerra o que nos nukeen para acabar con esta pesadilla

Lo estáis exigiendo todos los días y es porque no véis salida ni punto medio a la locura progre. Que venga pilinguin y acabe con ello, decís.

Yo sigo pensando que es un engaño lo vuestro pero a lo mejor el iluso soy yo porque no existe el grado intermedio que dices que podría haber.

Vamos, que la gente recapacitara en sus cabezas y acabaran con la senda suicida en la que están metidos, pero a la vez sin dejarse engañar por la tentación del totalitarismo.

Sería quizá como intentar parar la corriente del río con las manos.

De Prada sólo dice que el río sigue su curso y va a reunirse con el mar. Y como él, creo que sólo Dios puede parar lo que viene.

Pero el liberalismo lo ha desterrado de nuestras cabezas y otro dios terrenal pagano ocupará su lugar, para nuestra desgracia.
 
No, colega... De Prada no te está intentando vender una nueva receta que tú le exiges para a cambio no tirarlo a la papelera de los pensadores fracasados.


Sólo te está avisando de una cosa. Que la senda que estamos siguiendo nos lleva al comunismo totalitario.

Yo como tú desearía que hubiera un punto medio entre el liberalismo y el totalitarismo, pero es que la dinámica social es la de una cuesta abajo sin freno.

Tarde o temprano, alguien pulsará el botón de reset y nos despertaremos en una realidad totalitaria.

De hecho la gente está empezando a pedirlo. El el bichito no pasó. De hecho ESTÁIS pidiéndolo a gritos una mayoría en este foro.

Que nos hagan un reset para empezar de nuevo en esa otra realidad por medio de una guerra o que nos nukeen para acabar con esta pesadilla

Lo estáis exigiendo todos los días y es porque no véis salida ni punto medio a la locura progre. Que venga pilinguin y acabe con ello, decís.

Yo sigo pensando que es un engaño lo vuestro pero a lo mejor el iluso soy yo porque no existe el grado intermedio que dices que podría haber.

Vamos, que la gente recapacitara en sus cabezas y acabaran con la senda suicida en la que están metidos, pero a la vez sin dejarse engañar por la tentación del totalitarismo.

Sería quizá como intentar parar la corriente del río con las manos.

De Prada sólo dice que el río sigue su curso y va a reunirse con el mar. Y como él, creo que sólo Dios puede parar lo que viene.

Pero el liberalismo lo ha desterrado de nuestras cabezas y otro dios terrenal pagano ocupará su lugar, para nuestra desgracia.

Sé perfectamente lo que quiere decir de Prada, te repito, porque no es al único carlistón sobrevenido que conozco. Por eso sé que muchas de sus ideas son más estéticas que éticas. Comparto el diagnóstico y sé perfectamente donde vamos, recuerde que yo voto a VOX que es aliado y amigo del PiS polaco. Pero también llevo siguiendo a de Prada hace mucho, desde la novela que ha mencionado otro forero antes, su primera obra de hecho, y entiendo al personaje. Por eso no se compromete a fondo con sus ideas, por eso siempre da palos a uno y otro lado, aún sabiendo que la mayor parte del mal solo reside en uno de ellos. Si pone a bajar de un burro al comunismo pero de camino también le zurra a los que se le enfrentan se gana en general la animadversión de ambos, pero el repruebo de ninguno, porque no consiguen identificarlo como un peligro. Y de eso se trata.
 
Sé perfectamente lo que quiere decir de Prada, te repito, porque no es al único carlistón sobrevenido que conozco. Por eso sé que muchas de sus ideas son más estéticas que éticas. Comparto el diagnóstico y sé perfectamente donde vamos, recuerde que yo voto a VOX que es aliado y amigo del PiS polaco. Pero también llevo siguiendo a de Prada hace mucho, desde la novela que ha mencionado otro forero antes, su primera obra de hecho, y entiendo al personaje. Por eso no se compromete a fondo con sus ideas, por eso siempre da palos a uno y otro lado, aún sabiendo que la mayor parte del mal solo reside en uno de ellos. Si pone a bajar de un burro al comunismo pero de camino también le zurra a los que se le enfrentan se gana en general la animadversión de ambos, pero el repruebo de ninguno, porque no consiguen identificarlo como un peligro. Y de eso se trata.

No lo entiendes, lo compartas o no.

El liberalismo vacía de valores y el comunismo ocupa el vacío resultante. De Prada hace bien en traerlo.

El trabajo de De Prada es reflexionar y lo hace bien. Son dos caras de la misma moneda, se puede ver fácil.

Pero tú, como buen liberal desorejado sigues en el juego de alinearte con la camiseta de tu club y salvarnos del otro. Y de repente viene el gafoso y te dice que el fútbol es el opio del pueblo.

No obstante no le haces ni caso porque él no se pone camiseta.
 
No lo entiendes, lo compartas o no.

El liberalismo vacía de valores y el comunismo ocupa el vacío resultante. De Prada hace bien en traerlo.

El trabajo de De Prada es reflexionar y lo hace bien. Son dos caras de la misma moneda, se puede ver fácil.

Pero tú, como buen liberal desorejado sigues en el juego de alinearte con la camiseta de tu club y salvarnos del otro. Y de repente viene el gafoso y te dice que el fútbol es el opio del pueblo.

No obstante no le haces ni caso porque él no se pone camiseta.

Pues si eso es así, que no lo es, Prada se equivoca. Primero porque ya existía el capitalismo antes que el liberalismo, segundo porque actualmente la Iglesia a la que Prada se enorgullece de pertenecer comparte muchas de esas posturas liberales. Así que el tema no es tan sencillo.
 
Pues si eso es así, que no lo es, Prada se equivoca. Primero porque ya existía el capitalismo antes que el liberalismo, segundo porque actualmente la Iglesia a la que Prada se enorgullece de pertenecer comparte muchas de esas posturas liberales. Así que el tema no es tan sencillo.

Trayendo a un polaco célebre y anticomunista como el que más...

1991

Juan Pablo II considera que el capitalismo es tan ateo y materialista como el marxismo


JPII predicaba con los hechos contra cualquier totalitarismo, pero ya dijo muchas veces que el capitalismo liberal conseguiría lo que no pudo el comunismo. Por eso avisaba como De Prada.
 
Trayendo a un polaco célebre y anticomunista como el que más...

1991

Juan Pablo II considera que el capitalismo es tan ateo y materialista como el marxismo


JPII predicaba con los hechos contra cualquier totalitarismo, pero ya dijo muchas veces que el capitalismo liberal conseguiría lo que no pudo el comunismo. Por eso avisaba como De Prada.

Pero tu paisano se la jugó contra el comunismo, nunca fue ambiguo en ese aspecto. De hecho vivía en un país capitalista, en el occidente liberal y toda su vida se dedicó mayormente a arremeter contra el comunismo que casi le cuesta además la vida. Al margen de que luego también le leyese de vez en cuando la cartilla a los suyos.

¿Es el caso de Prada? Creo que no.

Por cierto ¿Eres realmente polaco? Porque te veo demasiado suelto con el español.
 
El comunismo es una excrecencia capitalista que ha sido reasimilada. Esta creo que es una tesis compartida por todo el pensamiento católico, pero que incluso también sería defendida por el capitalista astuto pues demostraría su superioridad como matriz; que el comunista acepte construirse sobre una etapa capitalista previa y necesaria demuestra su inferioridad asumida.

De igual forma, el capitalista que rechaza fervientemente el comunismo estaría demostrando su inferioridad respecto al mismo al construirse en su contra y sería, en realidad, un comunista a la inversa o comunista del Capital (y aquí se ve la delgada línea entre el sovietismo y el objetivismo randista o la simpática historia de nuestros maoístas devenidos en neoliberales... pero también nos habla de los "azules gente de izquierdas", como el PP sacando brillo la bota del PSOE, la derecha identitaria que reacciona tardíamente frente a la izquierda identitaria, o hasta ese fascismo que se construye persiguiendo al comunismo).

Por razones similares, desde nuestra perspectiva se debe desechar que el capitalismo sea la única evolución del cristianismo, ya que sería asumir la inferioridad de éste y posicionarse en la corriente protestante; a lo sumo se puede defender que nació como excrecencia cristiana, temporal y parcial, y que será reasimilado, junto a todas las demás herejías (empezando por el mismísimo judaísmo y hasta el Islam).

Que el capitalismo sea anterior al cristianismo es estirar un poco el concepto, pero no es muy problemático, ya que encontramos prefiguraciones cristianas en Asiria, Persia o Roma, y teniendo también representaciones del otro en Cartago y otros pueblos, en esa lucha eterna de proyecciones históricas sabemos dónde posicionarnos, siempre y cuando no se le dé más importancia al Mal que al Bien, pues no están a la misma altura, al igual que el burgués no tiene la altura de un rey.
 
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