Entiendo que con esas cifras se está refiriendo al balance de Bankia, en cuyo caso sería del 7,5 % (12.000 sobre 160.000). En el BBVA no aparece desglosado, pero supongo que será algo similar...
De todas formas, si no recuerdo mal el libro de Huerta de Soto (hace años que lo leí), él también trataba las cuentas de ahorro como depósitos a la vista, y así lo asumen algunos de sus críticos dentro de la Escuela Austríaca como Rallo o Paco Capella. En ese caso el porcentaje sobre el pasivo sería mucho mayor.
Las "cuentas corrientes" a las que se refiere Huerta de Soto representarán, con seguridad, menos del 1% de los balances bancarios (y menos del 0.1% del volumen de la burbuja de crédito)
Lo que distingue a estas "cuentas corrientes" que según Huerta de Soto deberían tener reservas del 100% es que sean cuentas no remuneradas y no el que sean "a la vista"
Un préstamo con interés puede ser "a la vista" (con un plazo indeterminado que decide el acreedor) y no por eso deja de ser un préstamo remunerado.
Un depósito bancario con remuneración 0% (una cuenta corriente) equivale a un pacto por el que el banco demanda a precio negativo el ahorro del ahorrador. La economía básica nos dice que la oferta de un producto demandado a precio cero debe ser nula y eso es lo que se observa con las cuentas corrientes: sus saldos son esencialmente cero.
Las cuentas corrientes, que tanto obsesionan a Huerta de Soto, no forman parte, en realidad, del negocio bancario.
Las cuentas corrientes fueron creadas para los negocios, no para los ahorradores y sirven para la tramitación de pagos y cobros, no para la transmisión del ahorro y la financiación.
Aunque los bancos han solido proporcionar a sus clientes este servicio de gestión de pagos, este no es el negocio bancario.
El negocio bancario y la función de la banca es la financiación, el crédito y la deuda, no el cobro de recibos de la luz, la acuñación de moneda o las transferencias de dinero entre oficinas bancarias.
Los bancos son intermediarios en el proceso mediante el cuál el ahorro real creado por los ahorradores es utilizado para financiar la economía real.
Si el ahorro que cede un ahorrador a un banco financia a la economía real, entonces ese ahorro no puede quedar encerrado en una caja y si ese ahorro queda encerrado en una caja, entonces ese ahorrador no está cediendo el uso de su ahorro ni su ahorro esta financiando la economía real.
Un pastor puede prestar su rebaño a otro para que lo lleve a las montañas a pastar o puede no prestar su rebaño, lo que no puede hacer es prestar su rebaño al otro pastor y al mismo tiempo exigirle que deje el rebaño en su corral como garantía de que recuperará las ovejas.
No hay ningún sofisticado misterio en nada de esto: Huerta de Soto y otros austríacos necesitan que la reserva fraccionaria sea la causa del mal y inventan un argumento delirante puesto al servicio de este prejuicio. Ese argumento es falso y la teoría que trata de soportar también.
El Estado o el derecho pueden considerar útiles a los bancos y permitirlos o considerarlos superfluos o dañinos y prohibirlos, lo que no pueden es permitir la existencia de una banca pero con la condición de que el ahorro que los ahorradores cedan a esa banca esté respaldado al 100% porque eso es, simplemente, prohibir la banca.