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Madmaxista
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copypaste
Dr. De Benito DESENCADENADO
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Voy a pulverizar a Díaz.
Le estoy reportando por estulto.copypaste
Ahora en directo en YT. Después pasará el vídeo a Odysee
Presiones anónimas, nadie responde
Estamos analizando las medidas de presión sobre los que han decidido que no desean vacunarse voluntariamente. Nadie responde, solo el que cede a la presión. Pero algunas iniciativas ya están señalando a esas presiones y entonces... de diluyen, se desvanecen. Porque nadie quiere asumir las responsabilidades, solo hacerlas recaer sobre la persona presionada. Esto parece injusto... y puede que hasta delictivo.
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Presiones anónimas, nadie responde
Estamos analizando las medidas de presión sobre los que han decidido que no desean vacunarse voluntariamente. Nadie responde, solo el que cede a la presión. Pero algunas iniciativas ya están señalando a esas presiones y entonces... de diluyen, se desvanecen. Porque nadie quiere asumir las responsabilidades, solo hacerlas recaer sobre la persona presionada. Esto parece injusto... y puede que hasta delictivo.
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Última edición:
Diecto 4 de mayo de 2021
odysee.com
Presiones anónimas y nadie responde
Estamos analizando las medidas de presión sobre los que han decidido que no desean vacunarse voluntariamente. Nadie responde, solo el que cede a la presión. Pero algunas iniciativas ya están señalando...
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Aunque me río con tus ocurrencias, eres un plasta.
Vergüenza aneja
No, no es una errata. En esta ocasión la vergüenza no es para otros, es para el colectivo médico que, hoy como ayer (Cfr. Lc 14, 5), no son capaces de soltar una burra en sábado. A estas alturas ya todo el mundo sabe de la utilidad de las mascaras para protegerse de algo y para que todos se protejan de nada. No hace falta ser médico, basta con ser políticamente correcto para caer en el absurdo de la ciencia ilógica. Todo el boato que envuelve las relaciones misteriosas y protocolarias sirven como ritual para que parezca que estamos haciendo algo importante. La curiosidad ingenua "¿Y eso para qué sirve?" simplemente se contesta con una voz de máquina: no sé, es lo que que hay que hacer, no pregunte usted y obedezca.
Los médicos preocupados por la salud tenemos obligación de poner en conocimiento de las personas qué medidas tienen sentido para cuidar la salud y qué prácticas son superfluas, innecesarias o incluso contraproducentes para tal fin. La necedad de "esto es bueno para todos" equivale a decir que "nada es malo para nadie". Me apena profundamente ver la cantidad de personas que han deteriorado su calidad de vida por miedo irracional, hipertrofiado desde los medios de comunicación. Por unas medidas de protección dictadas por la autoridad sanitaria sin ningún refrendo médico, sin ninguna base científica, muchas personas están condicionando de manera severa su vida y su calidad de vida. Todavía es peor que esas medidas, conocidas por los médicos, no sean puestas en evidencia como innecesarias sobre todo cuando de manera particular se tiene conocimiento de hasta qué punto puede arruinar el futuro de una persona. Existe obligación moral, incluso más allá de misma deontología, de expedir un documento liberatorio de las exigencias innecesarias que lastran, condicionan o arruinan la vida de nuestros pacientes, y que no sirven para proteger a nadie. Podría sentir vergüenza ajena cuando oigo a los que mandan dictar normas de lo que no saben. Pero cuando son los que saben los que callan frente a esas medidas absurdas, no es ajena sino aneja la vergüenza que me acompaña en estos momentos de indignación. Lo de poner cargas innecesarias sobre los hombros de los demás viene de antiguo. A cuántos jóvenes vamos a condicionar su futuro por miedo a hablar claro. Me duele la medicina y nuestro silencio, nuestra cobardía, no ha de quedar impune, colegas.
No, no es una errata. En esta ocasión la vergüenza no es para otros, es para el colectivo médico que, hoy como ayer (Cfr. Lc 14, 5), no son capaces de soltar una burra en sábado. A estas alturas ya todo el mundo sabe de la utilidad de las mascaras para protegerse de algo y para que todos se protejan de nada. No hace falta ser médico, basta con ser políticamente correcto para caer en el absurdo de la ciencia ilógica. Todo el boato que envuelve las relaciones misteriosas y protocolarias sirven como ritual para que parezca que estamos haciendo algo importante. La curiosidad ingenua "¿Y eso para qué sirve?" simplemente se contesta con una voz de máquina: no sé, es lo que que hay que hacer, no pregunte usted y obedezca.
Los médicos preocupados por la salud tenemos obligación de poner en conocimiento de las personas qué medidas tienen sentido para cuidar la salud y qué prácticas son superfluas, innecesarias o incluso contraproducentes para tal fin. La necedad de "esto es bueno para todos" equivale a decir que "nada es malo para nadie". Me apena profundamente ver la cantidad de personas que han deteriorado su calidad de vida por miedo irracional, hipertrofiado desde los medios de comunicación. Por unas medidas de protección dictadas por la autoridad sanitaria sin ningún refrendo médico, sin ninguna base científica, muchas personas están condicionando de manera severa su vida y su calidad de vida. Todavía es peor que esas medidas, conocidas por los médicos, no sean puestas en evidencia como innecesarias sobre todo cuando de manera particular se tiene conocimiento de hasta qué punto puede arruinar el futuro de una persona. Existe obligación moral, incluso más allá de misma deontología, de expedir un documento liberatorio de las exigencias innecesarias que lastran, condicionan o arruinan la vida de nuestros pacientes, y que no sirven para proteger a nadie. Podría sentir vergüenza ajena cuando oigo a los que mandan dictar normas de lo que no saben. Pero cuando son los que saben los que callan frente a esas medidas absurdas, no es ajena sino aneja la vergüenza que me acompaña en estos momentos de indignación. Lo de poner cargas innecesarias sobre los hombros de los demás viene de antiguo. A cuántos jóvenes vamos a condicionar su futuro por miedo a hablar claro. Me duele la medicina y nuestro silencio, nuestra cobardía, no ha de quedar impune, colegas.
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elmedicotraslaverdad.blogspot.com
willbeend
Madmaxista
Faltan 9 minutos...
El directo solo se emite por llutube no?
El directo solo se emite por llutube no?
Sí, lo retira nada más acabar y a partir de mañana estará disponible en sus cuentas de:
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Directo del 11 mayo 2021
La guerra de las banderillas sin estado de alarma
No hace falta dejar volar la imaginación hacia el futuro sobre el devenir de las banderillas. Vamos a analizar la situación con lo datos actuales, los oficiales. Y desde ellos, desde esos mismos y no desde otros, podemos entablar una conversación racional y científica que desmonta la necesidad de esta administración indiscriminada de un abanico de productos inyectables para no prevenir nada. Ya hay suficientes datos que muestran que no son inocuas. ¿Cuántas desgracias tendremos que soportar para comprender que no son necesarias para vencer el miedo?
La guerra de las banderillas sin estado de alarma
No hace falta dejar volar la imaginación hacia el futuro sobre el devenir de las banderillas. Vamos a analizar la situación con lo datos actuales, los oficiales. Y desde ellos, desde esos mismos y no desde otros, podemos entablar una conversación racional y científica que desmonta la necesidad de esta administración indiscriminada de un abanico de productos inyectables para no prevenir nada. Ya hay suficientes datos que muestran que no son inocuas. ¿Cuántas desgracias tendremos que soportar para comprender que no son necesarias para vencer el miedo?
La hora del pueblo
Algo falla en una sociedad en la que la gente teme dar su opinión para no ganarse enemistades. O para evitar sanciones. No dejar opinar, impedir el derecho a la disidencia, considerar que un modo de pensar alternativo al oficial equivale a incitación al repruebo, son claros ejemplos de represión de un estado totalitario sobre el pueblo. Si las instituciones científicas, políticas, religiosas, educativas, profesionales, económicas, si las redes sociales o los medios de comunicación mantienen un pensamiento único que impide o censura la libertad de expresión, el pueblo debe saber que vive bajo un régimen que no gusta de ser llamado dictadura pero... búsquele usted otro nombre. Acaso sea un Estado que, bajo el imperio del miedo, conduce a la opinión pública hacia un transhumanismo que lleva implícita la destrucción del ser humano como hasta ahora se conocía, dando paso a una nueva criatura que ha renunciado a su libertad en pro de la seguridad.
Es la hora de que el pueblo, mientras todavía es libre de poder manifestarse, reclame un debate científico, tan científico como pacífico, sobre la situación de miedo pandémico que las autoridades han aprovechado para intervenir en la vida cívica de los ciudadanos. Por ello se entiende la necesidad y urgencia con la que las iniciativas ciudadanas convocan a todo el mundo para manifestarse en diferentes lugares pidiendo ese debate. En Madrid se convoca mañana 15 de marzo, fiesta del patrón de la ciudad, frente al Ministerio de Sanidad y Consumo en el Paseo del Prado a partir de las 16 horas. Allí hemos de estar porque es posible que si no vamos ahora, más adelante no nos dejen, con la excusa de que reivindicar libertades sea apología del terrorismo o incitación al repruebo.
En los "Episodios nacionales" dejó escrito Benito Pérez Galdós una frase emblemática que figuraba en los antiguos billetes de mil pesetas: "Y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde". Hoy esta lengua vuelve a salir a las calles.
Algo falla en una sociedad en la que la gente teme dar su opinión para no ganarse enemistades. O para evitar sanciones. No dejar opinar, impedir el derecho a la disidencia, considerar que un modo de pensar alternativo al oficial equivale a incitación al repruebo, son claros ejemplos de represión de un estado totalitario sobre el pueblo. Si las instituciones científicas, políticas, religiosas, educativas, profesionales, económicas, si las redes sociales o los medios de comunicación mantienen un pensamiento único que impide o censura la libertad de expresión, el pueblo debe saber que vive bajo un régimen que no gusta de ser llamado dictadura pero... búsquele usted otro nombre. Acaso sea un Estado que, bajo el imperio del miedo, conduce a la opinión pública hacia un transhumanismo que lleva implícita la destrucción del ser humano como hasta ahora se conocía, dando paso a una nueva criatura que ha renunciado a su libertad en pro de la seguridad.
Es la hora de que el pueblo, mientras todavía es libre de poder manifestarse, reclame un debate científico, tan científico como pacífico, sobre la situación de miedo pandémico que las autoridades han aprovechado para intervenir en la vida cívica de los ciudadanos. Por ello se entiende la necesidad y urgencia con la que las iniciativas ciudadanas convocan a todo el mundo para manifestarse en diferentes lugares pidiendo ese debate. En Madrid se convoca mañana 15 de marzo, fiesta del patrón de la ciudad, frente al Ministerio de Sanidad y Consumo en el Paseo del Prado a partir de las 16 horas. Allí hemos de estar porque es posible que si no vamos ahora, más adelante no nos dejen, con la excusa de que reivindicar libertades sea apología del terrorismo o incitación al repruebo.
En los "Episodios nacionales" dejó escrito Benito Pérez Galdós una frase emblemática que figuraba en los antiguos billetes de mil pesetas: "Y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde". Hoy esta lengua vuelve a salir a las calles.
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Una vez el decano de una facultad de medicina me instaba a hacer publicaciones (los famosos "papers") aduciendo que "lo que no se publica no es ciencia". Yo le respondí (sin contestación por su parte) que también más del 90% de lo que se publica tampoco es ciencia.
Esta semana en la conversación con otros colegas, algunos banderilleados y otros no pero todos conscientes de que los efectos secundarios existen y no se pueden tapar, hemos pensado hacer una base de datos sobre efectos adversos posibles o probables vinculados a la vacunación para el bichito. No es sencillo porque a cada cual, especialista de lo suyo, nos llegan pacientes con la sintomatología más diversa que os podáis imaginar, de esa que hasta ahora no conocíamos ni vienen en los libros, de esos síntomas que, cuando los refiere el paciente, tendemos a quitárnoslo de encima con el desagradable comentario de "mire, esto no es mío".
Somos conscientes que estamos ante una patología emergente y nunca vista. Lo lógico sería que fuesen los responsables de la fase 4 de este ensayo clínico quienes recogiesen estos efectos secundarios, pero si ni las defunciones se recogen... los efectos "menores" mucho menos.
Estamos, pues, ante un nuevo desafío, unos problemas que no conocíamos antes de las banderillas. Los pacientes nos preguntan y no sabemos, no tenemos respuesta, ignoramos si desaparecerán o irán a más o surgirán otros nuevos.... El tiempo lo dirá y mientras tendremos que hacer seguimiento para aprender. Muchos médicos y sanitarios banderilleados también lo saben. Pero eso es lo de menos porque ahora nos toca aprender de lo que cada cual ha decidido.
DrDeBenito
Una vez el decano de una facultad de medicina me instaba a hacer publicaciones (los famosos "papers") aduciendo que "lo que no se publica no es ciencia". Yo le respondí (sin contestación por su parte) que también más del 90% de lo que se publica tampoco es ciencia. Esta semana en la...
t.me
