Creo que el siguiente es un importante escrito con interesantes enlaces. Lo he traducido "de a poco" durante los últimos días por que me ha parecido de bastante interés para conocer suscíntamente la problemática de los estudios epidemiológicos en relación a los riesgos de la contaminación nuclear. Os pido excusas por mis posibles errores.
El coste mortal de Chernobyl.
The Chernobyl death toll | Wise International
Abril 2014. El nunca acabado debate sobre el coste en
motalidad de Chernobyl está en relación con
el debate sobre los efectos sobre la salud de la exposición a bajos niveles de radiación. La mayor parte de la opinión científica sostiene que no hay un nivel bajo el cual la radiación ionizante no supone un riesgo. Las incertidumbres siempre existen. En las circunstancias en las que la gente está expuesta a bajos niveles de radiación, los estudios (epidemiológicos) de salud pública es improbable que sean capaces de demostrar un incremento estadísticamente significativo de las tasas de cáncer. Los cánceres son enfermedades frecuentes y
suelen deberse a varias causas concurrentes.
Otros problemas incluyen el
largo periodo de latencia para algunos cánceres; y los
datos escasos o irregulares sobre la incidencia o la mortalidad por cáncer.
El resultado es que las estadísticas de incidencia y mortalidad por cáncer son incrementadas o disminuidas por una miríada de factores que actúan en el mismo periodo temporal siendo imposible o casi imposible aislar un único factor.
Hay menos acuerdo científico sobre como cuantificar el riesgo de cáncer debido a bajos niveles de radiación ionizante. Las estimaciones del riesgo para la exposición a bajos niveles de radiación habitualmente se basan en extrapolaciones lineales de los riesgos mejor comprendidos de los niveles de exposición más elevados.
Este modelo linear sin mínimo no nocivo (sin umbral) tiene algún
fuerte soporte científico. Por ejemplo un informe en las
Actas de la Academia Nacional de Ciencias establece: “Dado que es sostenido por argumentos
fundamentados experimentalmente, cuantificados y biofísicos, una extrapolación linear del riesgo de cáncer para dosis de intermedias a muy bajas actualmente parece ser la metodología más apropiada”.
De igual forma, el
informe 2006 del Comité sobre efectos biológicos de la radiación ionizantes (BEIR) de la Academia Nacional de Ciencias de la US establece que “el riesgo de cáncer se sigue de un modelo lineal de dosis bajas sin nivel umbral y … las menores dosis tienen la capacidad de causar pequeños incrementos de riesgo para los humanos”.
Sin embargo,
existe incertidumbre con el modelo LNT a bajas dosis y tasas de dosis. El
informe BEIR advierte la importante cuestión de que el riesgo real puede ser inferior o superior al predicho por el LNT –
una cuestión que necesita ser enfatizada y repetida constantemente puesto que los apologetas pro nucleares equiparan incertidumbre con riesgo cero.
Esta asimilación o equiparación nunca es explicada o justificada: simplemente
se hace de forma fraudulenta.
El
Comité Científico UN sobre los Efectos de la Radiación Atómica (UNSCEAR) y la
Comisión Internacional sobre la Protección Radiológica recomiendan no utilizar las dosis colectivas y los riesgos estimados para estimar la mortalidad total.
El problema con esa recomendación es que no hay otro medio para poder estimar la mortalidad debida a Chernobyl (o Fukushma,
o por las emisiones rutinarias que genera el ciclo del combustible nuclear, o los test de armas nucleares, o la radiación de fondo, etc).
Además el propio
UNSCEAR (UNSCEAR itself) participó en la autoría de un informe que cita una estimación producida por un grupo internacional de expertos – basada en datos colectivos y riesgos estimados – de unos 4000 fallecidos por cáncer a largo plazo entre las personas que recibieron las mayores dosis de radiación en Chernobyl. Y
UNSCEAR no afirma que los bajos niveles de exposición sean inocuos – su informe 2010 (report) establece que “el cómputo actual de la evidencia disponible tiende a favorecer la respuesta sin nivel umbral para el aspecto mutacional de la radiación asociada a la inducción de cáncer a dosis y tasas bajas”.
La opinión de que los niveles bajos de radiación son inocuos se restringe a un pequeño número de científicos cuya voz es muy amplificada por la industria nuclear (
de forma similar a como las corporaciones contaminantes y sus políticos amplifican las voces de los científicos escépticos con el cambio climático). En
Australia, por ejemplo, la minería de uranio y las compañías de exploración tales como Cameco, Toro Energy, Uranium One y Heathgate Resources han financiado campañas
de charlas de ciencia sarama del Doug Boreham Canadiense, el cual proclama que los bajos niveles de exposición radiactiva son benéficas para la salud humana. Los médicos han constatado su oposición a esta charlatanería y colusión (pacto que acuerdan dos personas con el fin de perjudicar a un tercero).
Alrededor de 50 personas murieron por las secuelas inmediatas del accidente de Chernobyl. Más allá de ello, los estudios no suelen indicar un incremento significativo de la incidencia de cáncer en las poblaciones expuestas a la deposición de Chernobyl. Ni nadie debería esperarlo debido al
déficit de datos y a los
problemas metodológicos mencionados más arriba, y porqué la principal problemática se refiere a la
exposición de millones de personas a bajas dosis de radiación provenientes de la deposión de Chernobyl.
Para unos
pocos científicos marginales así como confidentes y apologetas de la industria nuclear, aquí se acaba la cuestión – la ausencia de evidencia estadística y por tanto de mortalidad consecuencia de Chernobyl es de exactamente 50 muertos. (Si fueran honestos, deberían considerar una mortalidad adicional y desconocida por cáncer y por otras enfermedades relacionadas con la radiactividad incluidas las enfermedades cardiovasculares). Pero para los que preferimos la corriente científica principal,
podemos llegar a una estimación científicamente razonable de una mortalidad consecuencia a Chernobyl utilizando estimaciones de la exposición total a la radiación, y multiplicándola por una estimación del riesgo apropiada.
La
Agencia Internacional de la Energía Atómica estima un dosis colectiva total de 600.000 personas-Sievert (¿) durante 50 años consecuencia de las emisiones del accidente de Chernobyl. Aplicando el riesgo estimado LNT de 0.10 canceres fatales por Sievert da una
estimación de 60.000 muertes. A veces se utiliza un riesgo estimado de 0.05 para tener en cuenta la posibilidad de reducción del riesgo a dosis bajas y/o tasas de dosis (en otras palabras, 0.05 es el riesgo estimado cuando se aplica un ‘factor de efectividad de la tasa dosis a dosis’ o DDREF de dos). Esto resulta en una estimación de 30.000 muertos.
Por otro lado,
LNT puede subestimar el riesgo. El
informe BEIR establece que “la combinación de análisis son compatibles con
diversas posibilidades, desde una disminución del riesgo a dosis bajas hasta riesgos duplicados por encima de las dosis en las que se basan las actuales recomendaciones de protección radiológica”. De igual forma el informe BEIR afirma: “El comité reconoce que su
riesgo estimado se hace más incierto cuando se aplican dosis muy bajas. A partir de dosis muy bajas aplicadas a un modelo lineal puede tanto incrementar como decrementar el riesgo por unidad de dosis. “
En consecuencia la cantidad total de mortalidad puede ser inferior o superior a los 60.000 muertos derivados de la estimación con el modelo LNT”.
Cierta cantidad de estudios aplican
este método básico –
basado en dosis de radiación colectiva y riesgos estimados – y concluyen
estimaciones de mortalidad total por cáncer en Chernobyl que varían
entre los 9.000 (en las partes más contaminadas de la antigua Unión Soviética)
y los 93.000 muertos (a lo ancho de Europa).
UN informa en
2005 (
IAEA Topical Booklets and Overviews | International Atomic Energy Agency ) y en
2006 (
WHO | World Health Organization report explains the health impacts of the world's worst-ever civil nuclear accident ) da estimaciones superiores a los 4.000 muertos eventuales entre las poblaciones más altamente expuestas de Chernobyl (trabajadores de emergencias entre 1986-1987, evacuados y residentes de las áreas más contaminadas) y otros 5.000 muertos adicionales entre poblaciones expuestas a menores dosis en Belarus, la Federación Rusa y Ucrania.
La mortalidad estimada se eleva aún más cuando se incluyen poblaciones más allá de las anteriores. Por ejemplo,
un estudio (
Estimates of the cancer burden in Europe from radioactive fallout from the Chernobyl accident - Cardis - 2006 - International Journal of Cancer - Wiley Online Library )
de Cardis et al informa de 16.000 muertos estimados, en el
International Journal of Cancer.
El
Dr Elisabeth Cardis que encabeza el
Grupo de Radiación en la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer de la OMS, dice (
Press Release N° 168 ) : “Hacia 2065 (esto es,
durante los 80 años que siguen al accidente), las predicciones basadas en esos modelos indican que pueden esperarse alrededor de
16.000 casos de cáncer de tiroides y 25.000 casos de otros cánceres como consecuencia de la radiación liberada por el accidente y que pueden ocurrir
alrededor de 16.000 muertes debidas a esos cánceres. Cerca de dos terceras partes de los casos de cánceres de tiroides y al menos la mitad de los otros cánceres se espera que se produzcan en Belarus, Ucrania y en los territorios más contaminados de la Federación Rusa.
Los científicos
Dr Ian Failie y
Dr David Summer del
UK radiation, estiman (
Torch: THE OTHER REPORT ON CHERNOBYL )
entre 30.000 y 60.000 muertos. Dr Fairlie señala (
New UNSCEAR Report on Fukushima: Collective Doses - Dr Ian FairlieDr Ian Fairlie ) que afirmaciones recientes de UNSCEAR indican que piensan que la
dosis colectiva de cuerpo entero a lo largo de Europa desde Chernobyl sería de entre 320.000 y 480.000 personas-Sievert, de los que se puede deducir una estimación de
entre 32.000 y 48.000 cánceres mortales (utilizando el riesgo estimado LNT de 0.10).
De acuerdo con el físico
Dr. Lisbeth Gronlund (
How Many Cancers Did Chernobyl Really Cause? ) : “
entre 53.000 y 27.000 son estimaciones razonables del número de exceso de cáncer y de muertes por cáncer que serían atribuibles al accidente, excluyendo los cánceres de tiroides. (
El nivel de confianza del 95% incluye de 27.000 a 108.000 cánceres y de 12.000 a 57.000 muertos). Además, en
2005, unos
6.000 cánceres de tiroides y 15 muertes por cáncer de tiroides han sido atribuidas a Chernobyl.
Este número crecerá con el tiempo. A menudo
se citan números mucho menores tanto de cánceres como de muertes, pero
están errados debido a que únicamente consideran las poblaciones con las más altas exposiciones a la radiactividad, y no toman en cuenta la gran cantidad de gente ha sido expuesta a menores niveles de radiación”.
Un informe (
The Chernobyl Catastrophe - Consequences on Human Health | Greenpeace International ) del
2006 apadrinado por Greenpeace estimó un monto de
fin por cáncer de alrededor de 93.000. De acuerdo con Greenpeace: “Nuestro informe incluyó
52 científicos respetables así como información no publicada nunca antes en inglés. Desafía al
informe de la UN International Atomic Energy Agency Chernobyl Forum, que predijo
4.000 muertes adicionales atribuibles al accidente simplificando groseramente la entidad real del sufrimiento humano. Los
nuevos datos, basados en las estadísticas nacionales de cáncer de Belarus,
predicen aproximadamente 270.000 cánceres y 93.000 casos mortales de cáncer debidos a Chernobyl. El informe también concluye que en base a los datos demográficos, durante los últimos 15 años,
60.000 personas han muerto en Rusia de forma sobreañadida por causa del accidente de Chernobyl, y estima que la mortalidad total para Ucrania y Belarus podría alcanzar
otros 140.000 casos”.
Esas son estimaciones creíbles de los fallecidos a causa de Chernobyl. Otra postura defendible (o no postura) es que las mortalidad por cáncer a largo plazo es desconocida e incognoscible debido a las incertidumbres inherentes a la ciencia. La tercera de las dos posturas defendibles, que clama infundadamente que la mortalidad total fue exactamente de 50, debe ser rechazada como no honesta o manipulación de la industria nuclear y de alguno de sus acientíficos colaboradores … y de cada uno de los autodenominados ambientalistas pronucleares – James Hansen, Patrick Moore, Mark Lynas, George Monbiot, James Lovelock, etc.
Este artículo (traducido íntegramente por Arjuna 01/12/2014) fue escrito por Jim Green – Nuclear Monitor editor – y está publicado en el Nuclear Monitor nº 785, Abril 24, 2014.