Si usted quiere tener que estar toda su vida cambiando de trabajo, cambiando de ciudad, no poder echar raíces y tener una cierta tranquilidad en la vida, ya sabe dónde tiene que irse
No somos árboles, por lo que no necesitamos "echar raíces". Eso es un concepto medieval, que sólo existe en países anticuados como España.
En EEUU, no cambiar cada año de trabajo se considera un fracaso. El hombre de éxito recibe ofertas laborales cada vez mejores, y la dificultad de las empresas es conservar a sus mejores trabajadores. Eso produce como resultado un esfuerzo por recompensarlos adecuadamente, pues dado el bajo nivel de paro, perder por ejemplo a un buen cocinero es una tragedia que igual se lleva por delante a la empresa, si no consigue sustituirlo por alguien de una calidad similar.
Lo que es demencial es el modelo español, donde la rigidez y coste del trabajador provoca tres efectos nefastos:
a) Salarios bajos -dado que la SS se lleva un 38% del sueldo.
b) Alto paro, lo que produce que el trabajador no es valorado, puesto que es fácil sustituirlo. El empresario no está estimulado a hacer lo más mínimo por mejorar las condiciones del trabajador.
c) Cuando el contrato es fijo, falta de competitividad o entrega, pues el trabajador adquiere mentalidad de "funcionario" y apenas rinde, consciente del alto coste que supone despedirlo.