En otro hilo RAFA jovenlandesa, recomendó estos dos libros: TRANSURFING y el DISPARADOR COSMICO. Aprovecho para agardecerle a Rafa ambas recomendaciones, que son estupendas:
https://examplewordpresscom13790.fi...urfing-01-el-espacio-de-las-variantes-pdf.pdf
http://libroesoterico.com/biblioteca/ESPECIALES2/Robert-Anton-Wilson-DISPARADOR-COSMICO-I.pdf
Me he leido ambos de un tirón, y ya he bajado la 2ª parte de TRANSURFING. A ver si hago un pequeño resumen: Ambos tocon el tema de la realidad subjetiva, de como la realidad nos la fabricamos nosotros mismos, y acabamos en nuestro propio efecto tunel.
El segundo libro , el Disparador Cosmico , me parece muy entretenido, lo escribe una semihippy de los 70 y es fundamental para cualquier conspiranoico que escriba por esto lares. Habla de UFOS, del asesinato de Kenedy, de los Iluminati, de Aleister Crowley, de drojas, de LSD...
Me ha llamado la atención el buen rollo que desprende el libro, y el optimismo que se respiraba esos años 60/70 y que el libro refleja. Es muy curioso que los frikis de entonces daban pro seguro que en unos pocos años colonizaríamos el cosmo, viviríamos casi imortalmente o con esperazanza de vida de milenios, se erradecaría la demencia senil....
Respecto el primer libro y que es sobre el que más quería hablar, decir que es un libro curioso, que compendia mucha sabiduría desde el Baghavad Gita hasta el TAO, pero el autor no hace ninguna cita al respecto, aunque si has leido un poco de estos temas enseguida olfateas sus fuentes. Es un libro que parece de autoayuda, pero dice cosas intersantes:
La totalidad de la Realidad es lo que el autor llama "
Espacio de las Variantes". En este espacio estarían en potencia "todas" las posibilidades. Vendría a ser este "Espacio de las Variantes" el TAO, o el vacío Budista, o lo que René Guenon explica como el potencial absoluto. Todo existe pero en potencia. Se podría llamar la mente de Dios.
Segun vamos decidiendo vamos concretando capas de realidad de eses espacio de variantes que se materializan.
El libro desarrolla la idea Karma-"new age" de: si emites en positivo te pasarán cosas positivas y si emites en negativo te pasaran cosas negativas. Pero el desarrollo que hace de esta idea es intersante:
Nuestra alma vendría ser una especie de transistor que tanto recibe señales como emite señales. Si captamos y hacemos nuestras -al darles importancia ( esto de la importancia es importante, luego vuelvo al tema)- señales negativas, empezamos a sintonizar esas frecuencias, y luego son las únicas que percibimos. De la misma forma si emitimos señales negativas estamos sintonizando con esas frecuencias.
Por ejemplo, si no hago más que ver noticias económicas de la crisis, de lo mal que está el empleo, de los despidos, esa noticias me indignan, y su vez empiezo a temer con que me despidan en el trabajo, estoy sintonizando con esa realidad, y estoy haciendo posible que se materialicen en la vida real.
Estas corrientes de opinión, las pueden estabelcer los medios o pueden ser de una persona que tenga influencia sobre nosotros (por ejemplo un jefe), y el libro las llama "
péndulos". Si el péndulo nos afecta en lo personal, sin querir nos adeherimos al péndulo y al final le damos más fuerza. El péndulo, en sí es una fuerza que solo tiene la voluntad de susbsistir, sin importarle los que se adhieren o los que se enfrentan a él.
Por ejemplo, veamos las corrientes de opinión pro-inmi gración de los Medios. Están creando un péndulo. Ahora, lo importante es darse cuenta que estamos dando inercia al péndulo tanto es que se adhiere como el que se opone visceramente. El péndulo arrastra a ambos grupos a favor y en contra, y les acaba llevando pro caminos que realmente nunca quisieron transitar. ( Otro ejemplo sería la discusión navideña con el cuñado de Podemos/nacionalista que fastidió la cena).
El remedio que el autor nos propone para que estos péndulos no condicionen nuestra vida es el viejo método de las artes marciales tipo Aikido, de
no hacer resistencia al péndulo, dejarlo pasar, y si es posible redirigirlo para nuestros intereses.... y esto se hace principalmente no dando importancia (Castaneda again) a esas cosas.
Dar importancia desmedida alguna cosa externa, o darnos importancia nosotros mismo crea un exceso, un desequilibrio, que pone en juego otra fuerza básica de la naturaleza: La busqueda del equilibrio. El libro los llama las fuerzas equiponderantes, y pueden ser bastante duras si te pillan por medio: Todos conocemos ejemplos, una persona que le ha ido bastante bien en los negocios, pero un buen día se le subió a la cabeza su importancia, y en unos años se econtrará algo que equilibre la situación, ya sea una quiebra, una inspección brutal de hacienda, etc...
Lo mismo pasa con los objetivos. Si doy una importancia desmedida a un objetivo estoy haciendo que el mismo realmente sea más dificil alcanzar. De la misma forma si doy mucha importancia al trabajo, y mi vida es fundamentalmente el trabajo, dejando de lado amigos, familias, etc... estoy creando un desiquilibrio y la fuerzas equiponderantes antes o después entrarán en juego para equilibrar la situación ( con un accidente, una enfermedad, etc...).
Con los consejos anteriores podemos crear nuestra "capa de realidad".
En cuestiones de trabajo, por ejemplo, el autor recomiendo lo que llama "
alquilarse", es decir poner todo el cuerpo y la mente en lo que hacemos, pero no nuestra alma, es decir, que no nos afecte a nuestra esencia. Es algo parecido al consejo de Krishna en el Baghavad Gita ( no te aferres a los frutos de las obras) o lo que Don Juan llamaba magistralmente "el desatino controlado de un brujo", actuar como si te importara, pero sabiendo realmente que no importa. El término de "alquilarse" me parece muy afortunado por clarificador.
Con todo lo anterior se puede ir "concretando" nuestra propia realidad. La energía que nos cuesta estar "bien" o estar "mal" viene a ser la misma, es truco está en lo que recalcamos, a lo que damos "importancia".
Otro ejemplo lo pone con la "ola de la suerte". Si te pasa un suceso afortunado, es importante estar genuinamente agradecido a la persona que lo he hecho posible, o al suceso mismo. Ese agradecimiento será la tabla de surf en la que podremos surfear la ola de la suerte.
Si respondemos a la buena fortuna con "ya era hora", y no lo damos el agradecimiento que merece, la ola pasará y nos dejará flotando como como un corcho en el mar.
Pues eso, buenas olas y a surfear.