Cataluña no ha crecido; ha engordado

Desde
25 Dic 2018
Mensajes
25.943
Reputación
51.716
Lugar
바르셀로나
Buen artículo sobre el deterioro de la economía catalana a causa de la inmi gración descontrolada, que también se puede aplicar al resto de España:

Cataluña ha engordado

"La expansión demográfica no necesariamente responde a que Cataluña haya sido la tierra de las grandes oportunidades"


Xavier Díez, 01/10/2021

Existe un sentimiento difuso, en Cataluña, de crisis sistémica. Podríamos hablar de un malestar profundo, de lo que los franceses llamarían malaise, una cierta melancolía que nos convoca a una especie de crisis existencial. Hay, por supuesto, una insatisfacción identitaria que va más allá del obvio conflicto con un estado que ha revelado su cara real autoritaria y de malas pulgas. Hay, ciertamente, una sensación de tiempo perdido, de mala digestión, de resaca, de mala salud, de frustración presente e incertidumbres futuras. Y ciertamente, como algunos críticos con el independentismo han mostrado, el conflicto con España ha dejado de lado la incómoda realidad de una Cataluña que se mira al espejo y no se gusta. Y no, esto no tiene que ver con el procés, y va mucho más allá de elementos nacionales.

Lo que le ha pasado a Cataluña es que no ha crecido, sino que ha engordado. Más allá de las conclusiones, prejuicios y malinterpretaciones que se puedan extraer de este artículo, existen unos hechos objetivos, unas causas de fondo y unas consecuencias que derivan de ellas. Ahora que hemos terminado el primer quinto del siglo XXI, podemos mirar atrás y establecer unas cuantas comparaciones estadísticas que deberían hacernos reflexionar. Según el Idescat, Cataluña en el año 2000 tenía 6,17 millones de habitantes. En 2020, tiene 7,72, es decir, 1,55 millones más de habitantes. Traducido, esto significa que en sólo 20 años la población ha crecido un 25%. Esto revienta todas las costuras, tensiona las estructuras, propicia una verdadera desestabilización social y genera grandes dificultades para digerir un crecimiento demográfico tan grande en tan poco tiempo. Si esto lo comparamos con los veinte últimos años del siglo XX, una época en que se desplegó un sistema de bienestar social y hubo suficiente estabilidad social para poder consolidar instituciones y gestionar el crecimiento desbocado del segundo tercio del siglo, se pasó de 5,95 en 1981 a 6,17 millones en 2000, es decir, un crecimiento de un 3,7%, el cual llamaríamos, sostenible, y que implicó una mejora sustancial en cuanto a capacidad adquisitiva, reducción de listas de espera, ampliación de las tasas de escolarización, reducción del fracaso escolar. En definitiva, todo lo que sucede en aquellas sociedades que tienen tiempo para gestionar sosegadamente los problemas y retos que se les presentan.


Podríamos pensar que este ha sido un fenómeno global y que lo que ha pasado en Cataluña ha sucedido en otros lugares. Efectivamente, y esto tiene consecuencias similares. Ahora bien, si comparamos Cataluña con sociedades demográficamente comparables, nos encontramos con que hay diferencias notables. En el mismo período de 2000 a 2020, Finlandia ha pasado de 5,18 millones de habitantes a 5,53 (es decir, un crecimiento de un 6,7%); Dinamarca ha pasado de 5,35 millones a 5,84 (un 9% más) o Austria ha pasado de 8,02 millones a 8,93 (11%). Incluso, si cogemos España sin Cataluña, para este periodo de tiempo, bajo el mismo paraguas administrativo y mismas dos décadas de expansión demográfica súbita, pasaría de 34,29 millones a 39,61 (es decir, un 15 % de crecimiento, 10 puntos menos que Cataluña). (Fuente: Diario Expansión Datos Macro)

Esto, por supuesto, tiene muchas derivadas, y una presión importante sobre los salarios y precios, la renta disponible, la capacidad de absorción de los servicios públicos, la lengua, las tensiones sociales. Para que vayamos pensando, según un informe de la UGT, el salario medio en Cataluña, en 2008, era de 23.366 €, y diez años más tarde, en 2018, de 24.592 €, es decir, un 5,2% más alto. Ahora bien, si descontamos el 15% de inflación para este periodo, tenemos que los trabajadores catalanes perdieron, en global, un 9,8% de poder adquisitivo (en el caso de los trabajadores públicos, esta pérdida oscila entre un 16%-25%). Otro dato, más interesante porque articula datos económicos con demográficos es el de la Renta Familiar Bruta, que en Cataluña, y con euros constantes era de 19.843 € en el año 2000, mientras que quince años más tarde (2015), esta era más baja, unos 19.661 €, por debajo de la UE-28, que el año 2017 era de 21.766 €. Esta expansión demográfica acompañada de empobrecimiento lento, aunque constante, se entiende mejor, por ejemplo, si la cruzamos con la evolución de los precios de la vivienda, que en el año 2000, y para la ciudad de Barcelona se fijaba en un promedio de 1,681 € por metro cuadrado, mientras que en la actualidad este representa prácticamente el doble, 3,359 € el metro cuadrado (por cierto, que en el punto más álgido de la burbuja, en 2007, alcanzó los 4.441 €, triplicando el precio de una década antes.


¿Con todo esto que queremos decir? Que la expansión demográfica no responde necesariamente a que Cataluña haya sido la tierra de las grandes oportunidades. Los catalanes recién llegados no nadan precisamente en la abundancia y pocos son los que progresan económicamente. Cuando pido que no se me malinterprete, hay que dejar claro que la inmi gración no es causa de nada, sino que ha sido instrumento de muchas cosas. Si quisiéramos hacer una metáfora, podríamos decir que ha sido la adictiva droja de un sistema productivo basado en el trabajo barato, la explotación despiadada y la precariedad generalizada, lo que se comprueba cuando miramos los datos de evolución económica. Que la disponibilidad de mano de obra abundante ha presionado a la baja los salarios y ha convertido el empresariado en un yonqui de subcontrataciones, trabajo en oscuro (o gris), y unas tasas de temporalidad que no se explican ni desde la ortodoxia económica. En otras palabras, cuando nos quejamos de la escasa productividad de la economía del país, de las actividades de escaso valor añadido, de tasas de temporalidad incomprensibles, del exceso de horas de trabajo combinadas con salarios bajos, de la baja tasa de actividad entre los mayores y un desempleo juvenil insostenible (en Cataluña, del 35%) estamos hablando, en suma, de parasitismo empresarial. Grandes sectores de la economía del país, aquellos que ofrecen dinero rápido y fácil (construcción, hostelería, peonaje agrícola, cuidadores, repartidores...) han forzado la existencia de una mano de obra abundante, no siempre bien formada, pésimamente pagada, para aprovechar al máximo las ventajas comparativas. En otras palabras, la llegada masiva de personas en estas últimas décadas ha propiciado un país que no ha crecido, sino que ha engordado, con las consecuencias que ello conlleva, con respecto, por ejemplo, a la expansión de las desigualdades (en Cataluña el riesgo de pobreza ha pasado de 2008 a esta parte, del 12,3% al 16,7%, mientras que en Europa se ha estancado con tasas que rondan el 10%). (Por cierto, que otras fuentes sitúan este riesgo en un 27% y un 33% para los menores de edad). Esto lo vemos en una terrible segregación residencial y escolar, al mismo nivel, por lo menos, que en la desestructurada Cataluña de la década de 1970. Y ya vemos la desestructuración social y la desestabilización interna que genera un fenómeno que podríamos considerar una especie de tsunami humano. A diferencia de otras sociedades como las latinoamericanas, Estados Unidos, o Australia de la primera mitad del siglo XX, este no ha sido un país en expansión, sino una economía más bien predadora y entrópica, que, a partir de la ausencia de regulaciones y la sobreabundancia de empresarios sin conciencia de país ni escrúpulos, ha generado un sistema que, tal vez genere ganancias rápidas para unos pocos, pero representa una catástrofe colectiva de grandes dimensiones.

Como servidor de ustedes es historiador, no puede resistirse a hacer comparaciones con el pasado. Este episodio tiene algunos paralelismos con lo que sucedió los primeros veinte años del siglo pasado. En 1900, Cataluña tenía 1,97 millones de habitantes. Veinte años después, en 1920, tenía 2,34 millones, es decir, que la población entonces creció un 19%. Entre medio, una industrialización basada en ventajas competitivas, explotación laboral despiadada (muy por encima de otros países industrializados). La neutralidad durante la Primera Guerra Mundial propició la llegada de abundante mano de obra, a pesar de que el calentamiento de la economía propició que en una época de gran crecimiento económico, entre 1914 y 1920, los precios subieran un 60% más que los salarios, o que el precio de los alquileres fuera, en términos de capacidad adquisitiva, un 30% más caro que en el Reino Unido, un 40% más caro que en Alemania o un 66% más caro que en Viena, con vivienda protegida. El empresariado catalán de la época comenzó a fabricar para todos los contendientes de la Primera Guerra Mundial a precio exorbitante, calidad ínfima y salarios bajos (con un pésimo efecto reputacional de la economía catalana, que una vez terminado el conflicto, vio, con razón, hundirse el sector exterior). Los beneficios, como explicaban los testimonios coetáneos, se gastaban en ladrillo, gasto suntuario, champán, cortesanas de lujo y sicarios dedicados a perseguir a sindicalistas. Lógicamente, las cosas terminaron como terminaron, y no se explican las agitaciones y violencia de la década de 1930 sin lo que había sucedido pocos años atrás. Parece que las clases dirigentes del país no parecen haber sacado ninguna conclusión del pasado, ni tampoco del presente.

 

Toallin

Enemigo de Obiwanchernobil.
Desde
5 Sep 2021
Mensajes
1.739
Reputación
2.480
Buen artículo sobre el deterioro de la economía catalana a causa de la inmi gración descontrolada, que también se puede aplicar al resto de España:

Cataluña ha engordado

"La expansión demográfica no necesariamente responde a que Cataluña haya sido la tierra de las grandes oportunidades"


Xavier Díez, 01/10/2021

Existe un sentimiento difuso, en Cataluña, de crisis sistémica. Podríamos hablar de un malestar profundo, lo que los franceses llamarían malaise, una cierta melancolía que nos convoca a una especie de crisis existencial. Hay, por supuesto, una insatisfacción identitaria que va más allá del obvio conflicto con un estado que ha revelado su cara real autoritaria y de malas pulgas. Hay, ciertamente, una sensación de tiempo perdido, de mala digestión, de resaca, de mala salud, de frustración presente e incertidumbres futuras. Y ciertamente, como algunos críticos con el independentismo han mostrado, el conflicto con España ha dejado de lado la incómoda realidad de una Cataluña que se mira al espejo y no se gusta. Y no, esto no tiene que ver con el procés, y va mucho más allá de elementos nacionales.

Lo que le ha pasado a Cataluña es que no ha crecido, sino que ha engordado. Más allá de las conclusiones, prejuicios y malinterpretaciones que se puedan extraer de este artículo, existen unos hechos objetivos, unas causas de fondo y unas consecuencias que derivan de ellas. Ahora que hemos terminado el primer quinto del siglo XXI, podemos mirar atrás y establecer unas cuantas comparaciones estadísticas que deberían hacernos reflexionar. Según el Idescat, Cataluña en el año 2000 tenía 6,17 millones de habitantes. En 2020, tiene 7,72, es decir, 1,55 millones más de habitantes. Traducido, esto significa que en sólo 20 años la población ha crecido un 25%. Esto revienta todas las costuras, tensiona las estructuras, propicia una verdadera desestabilización social y genera grandes dificultades para digerir un crecimiento demográfico tan grande en tan poco tiempo. Si esto lo comparamos con los veinte últimos años del siglo XX, una época en que se desplegó un sistema de bienestar social y hubo suficiente estabilidad social para poder consolidar instituciones y gestionar el crecimiento desbocado del segundo tercio del siglo, se pasó de 5,95 en 1981 a 6,17 millones en 2000, es decir, un crecimiento de un 3,7%, el cual llamaríamos, sostenible, y que implicó una mejora sustancial en cuanto a capacidad adquisitiva, reducción de listas de espera, ampliación de las tasas de escolarización, reducción del fracaso escolar. En definitiva, todo lo que sucede en aquellas sociedades que tienen tiempo para gestionar sosegadamente los problemas y retos que se les presentan.


Podríamos pensar que este ha sido un fenómeno global y que lo que ha pasado en Cataluña ha sucedido en otros lugares. Efectivamente, y esto tiene consecuencias similares. Ahora bien, si comparamos Cataluña con sociedades demográficamente comparables, nos encontramos con que hay diferencias notables. En el mismo período de 2000 a 2020, Finlandia ha pasado de 5,18 millones de habitantes a 5,53 (es decir, un crecimiento de un 6,7%); Dinamarca ha pasado de 5,35 millones a 5,84 (un 9% más) o Austria ha pasado de 8,02 millones a 8,93 (11%). Incluso, si cogemos España sin Cataluña, para este periodo de tiempo, bajo el mismo paraguas administrativo y mismas dos décadas de expansión demográfica súbita, pasaría de 34,29 millones a 39,61 (es decir, un 15 % de crecimiento, 10 puntos menos que Cataluña). (Fuente: Diario Expansión Datos Macro)

Esto, por supuesto, tiene muchas derivadas, y una presión importante sobre los salarios y precios, la renta disponible, la capacidad de absorción de los servicios públicos, la lengua, las tensiones sociales. Para que vayamos pensando, según un informe de la UGT, el salario medio en Cataluña, en 2008, era de 23.366 €, y diez años más tarde, en 2018, de 24.592 €, es decir, un 5,2% más alto. Ahora bien, si descontamos el 15% de inflación para este periodo, tenemos que los trabajadores catalanes perdieron, en global, un 9,8% de poder adquisitivo (en el caso de los trabajadores públicos, esta pérdida oscila entre un 16%-25%). Otro dato, más interesante porque articula datos económicos con demográficos es el de la Renta Familiar Bruta, que en Cataluña, y con euros constantes era de 19.843 € en el año 2000, mientras que quince años más tarde (2015), esta era más baja, unos 19.661 €, por debajo de la UE-28, que el año 2017 era de 21.766 €. Esta expansión demográfica acompañada de empobrecimiento lento, aunque constante, se entiende mejor, por ejemplo, si la cruzamos con la evolución de los precios de la vivienda, que en el año 2000, y para la ciudad de Barcelona se fijaba en un promedio de 1,681 € por metro cuadrado, mientras que en la actualidad este representa prácticamente el doble, 3,359 € el metro cuadrado (por cierto, que en el punto más álgido de la burbuja, en 2007, alcanzó los 4.441 €, triplicando el precio de una década antes.


¿Con todo esto que queremos decir? Que la expansión demográfica no responde necesariamente a que Cataluña haya sido la tierra de las grandes oportunidades. Los catalanes recién llegados no nadan precisamente en la abundancia y pocos son los que progresan económicamente. Cuando pido que no se me malinterprete, hay que dejar claro que la inmi gración no es causa de nada, sino que ha sido instrumento de muchas cosas. Si quisiéramos hacer una metáfora, podríamos decir que ha sido la adictiva droja de un sistema productivo basado en el trabajo barato, la explotación despiadada y la precariedad generalizada, lo que se comprueba cuando miramos los datos de evolución económica. Que la disponibilidad de mano de obra abundante ha presionado a la baja los salarios y ha convertido el empresariado en un yonqui de subcontrataciones, trabajo en oscuro (o gris), y unas tasas de temporalidad que no se explican ni desde la ortodoxia económica. En otras palabras, cuando nos quejamos de la escasa productividad de la economía del país, de las actividades de escaso valor añadido, de tasas de temporalidad incomprensibles, del exceso de horas de trabajo combinadas con salarios bajos, de la baja tasa de actividad entre los mayores y un desempleo juvenil insostenible (en Cataluña, del 35%) estamos hablando, en suma, de parasitismo empresarial. Grandes sectores de la economía del país, aquellos que ofrecen dinero rápido y fácil (construcción, hostelería, peonaje agrícola, cuidadores, repartidores...) han forzado la existencia de una mano de obra abundante, no siempre bien formada, pésimamente pagada, para aprovechar al máximo las ventajas comparativas. En otras palabras, la llegada masiva de personas en estas últimas décadas ha propiciado un país que no ha crecido, sino que ha engordado, con las consecuencias que ello conlleva, con respecto, por ejemplo, a la expansión de las desigualdades (en Cataluña el riesgo de pobreza ha pasado de 2008 a esta parte, del 12,3% al 16,7%, mientras que en Europa se ha estancado con tasas que rondan el 10%). (Por cierto, que otras fuentes sitúan este riesgo en un 27% y un 33% para los menores de edad). Esto lo vemos en una terrible segregación residencial y escolar, al mismo nivel, por lo menos, que en la desestructurada Cataluña de la década de 1970. Y ya vemos la desestructuración social y la desestabilización interna que genera un fenómeno que podríamos considerar una especie de tsunami humano. A diferencia de otras sociedades como las latinoamericanas, Estados Unidos, o Australia de la primera mitad del siglo XX, este no ha sido un país en expansión, sino una economía más bien predadora y entrópica, que, a partir de la ausencia de regulaciones y la sobreabundancia de empresarios sin conciencia de país ni escrúpulos, ha generado un sistema que, tal vez genere ganancias rápidas para unos pocos, pero representa una catástrofe colectiva de grandes dimensiones.

Como servidor de ustedes es historiador, no puede resistirse a hacer comparaciones con el pasado. Este episodio tiene algunos paralelismos con lo que sucedió los primeros veinte años del siglo pasado. En 1900, Cataluña tenía 1,97 millones de habitantes. Veinte años después, en 1920, tenía 2,34 millones, es decir, que la población entonces creció un 19%. Entre medio, una industrialización basada en ventajas competitivas, explotación laboral despiadada (muy por encima de otros países industrializados). La neutralidad durante la Primera Guerra Mundial propició la llegada de abundante mano de obra, a pesar de que el calentamiento de la economía propició que en una época de gran crecimiento económico, entre 1914 y 1920, los precios subieran un 60% más que los salarios, o que el precio de los alquileres fuera, en términos de capacidad adquisitiva, un 30% más caro que en el Reino Unido, un 40% más caro que en Alemania o un 66% más caro que en Viena, con vivienda protegida. El empresariado catalán de la época comenzó a fabricar para todos los contendientes de la Primera Guerra Mundial a precio exorbitante, calidad ínfima y salarios bajos (con un pésimo efecto reputacional de la economía catalana, que una vez terminado el conflicto, vio, con razón, hundirse el sector exterior). Los beneficios, como explicaban los testimonios coetáneos, se gastaban en ladrillo, gasto suntuario, champán, cortesanas de lujo y sicarios dedicados a perseguir a sindicalistas. Lógicamente, las cosas terminaron como terminaron, y no se explican las agitaciones y violencia de la década de 1930 sin lo que había sucedido pocos años atrás. Parece que las clases dirigentes del país no parecen haber sacado ninguna conclusión del pasado, ni tampoco del presente.

catalán
 
Desde
28 Sep 2021
Mensajes
2.678
Reputación
14.950
Menuda pedazo de hez de artículo. "Nuestro servidor" estudió historia porque es demorado y no da para más, y escribe en el periódico ese porque debe tener un enchufazo de cagarse. Mareando la perdiz buscando la forma de que todo encaje con la hez ideológica que tiene en su pequeño pero podrido cerebro. De plantearlo todo sin decir lo obvio.
 
Última edición:
Desde
28 Sep 2021
Mensajes
2.678
Reputación
14.950
Ahora os voy a decir yo por qué cataluña está en la hez y va a continuar en la hez hasta que se pudra.

LA RIQUEZA LA GENERAN LAS PERSONAS. ¡¡badulaques!!

No las empresas, los contratos, las fábricas..... eso no vale para un carajo sin personas que son, al fin y al cabo, las que hacen todo eso posible.

Pues bien. Yo antes me voy a alemania que barcelona a trabajar. A cierta persona muy cercana que conozco le ofrecieron allí trabajo porque se quedó en paro por lo del el bichito y lo rechazó y prefirió quedarse en paro el mes o dos que tardara en encontrar otra cosa (es lo que tiene la formación, nunca te falta trabajo) a irse a cataluña. La de jefazos que conozco que se han pirado de allí y no van a volver jamás no puedo ni contarlos. Muchos hasta perdiendo pasta. Conozco familias que directamente dijeron "mira, chato, yo me voy con los niños, tú te quedas aquí y ya nos mandas el dinero y cuando encuentres otra cosa en XXXX pues nos volvemos a reunir", así de suave. Y eso lo he visto todo YO, no me lo ha contado nadie.

Cuando toda esta hez de los catanazis empezó yo lo dije, que el principal problema que tenían era humano, que no van a encontrar talento en 100 años por lo menos. La realidad, y lo que el artículo del mamahostias tarao ese que estudió historia intenta ignorar a toda costa, es que la gente válida antes se corta un pie que ir a allí a que a sus hijos en el colegio les enseñen a reprobar a sus padres y a llamarles colonos. Antes se van de barrendero a teruel que eso.

Todavía sólo habéis empezado a degustar la hez, vais a tragarla hasta que os salga por las orejas.
 
Última edición:
Desde
25 Dic 2018
Mensajes
25.943
Reputación
51.716
Lugar
바르셀로나
Ahora os voy a decir yo por qué cataluña está en la hez y va a continuar en la hez hasta que se pudra.

LA RIQUEZA LA GENERAN LAS PERSONAS. ¡¡badulaques!!

No las empresas, los contratos, las fábricas..... eso no vale para un carajo sin personas que son, al fin y al cabo, las que hacen todo eso posible.

Pues bien. Yo antes me voy a alemania que barcelona a trabajar. A cierta persona muy cercana que conozco le ofrecieron allí trabajo porque se quedó en paro por lo del el bichito y lo rechazó y prefirió quedarse en paro el mes o dos que tardara en encontrar otra cosa (es lo que tiene la formación, nunca te falta trabajo) a irse a cataluña. La de jefazos que conozco que se han pirado de allí y no van a volver jamás no puedo ni contarlos. Muchos hasta perdiendo pasta. Conozco familias que directamente dijeron "mira, chato, yo me voy con los niños, tú te quedas aquí y ya nos mandas el dinero y cuando encuentres otra cosa en XXXX pues nos volvemos a reunir", así de suave. Y eso lo he visto todo YO, no me lo ha contado nadie.

Cuando toda esta hez de los catanazis empezó yo lo dije, que el principal problema que tenían era humano, que no van a encontrar talento en 100 años por lo menos, y que la gente válida antes se corta un pie que ir a allí a que a sus hijos en el colegio les enseñen a reprobar a sus padres y a llamarles colonos. Antes se van de barrendero a teruel que eso.

Todavía sólo habéis empezado a degustar la hez, vais a tragarla hasta que os salga por las orejas.
Claro, por eso la población de Cataluña crece y sigue creciendo, porque todos los puñeteros colonos os estáis largando en masa... meparto:

Ya me gustaría que os largarais, ya, pero la dura realidad es que cuando un colono pisa Cataluña, no se va ni frotándolo con aguarrás... Y eso es porque aquí estáis de querida madre imponiendo vuestra lengua, parasitando nuestros recursos y bañándoos en nuestras playas.
 
Desde
28 Sep 2021
Mensajes
2.678
Reputación
14.950
Claro, por eso la población de Cataluña crece y sigue creciendo, porque todos los puñeteros colonos os estáis largando en masa... meparto:

Ya me gustaría que os largarais, ya, pero la dura realidad es que cuando un colono pisa Cataluña, no se va ni frotándolo con aguarrás... Y eso es porque aquí estáis de querida madre imponiendo vuestra lengua, parasitando nuestros recursos y bañándoos en nuestras playas.
Crece de jovenlandeses y personas de color, estulto, si te lo dice el propio iluso del artículo. QUe no para de dar vueltas para no mencionarlo.


Ni he pisado cataluña ni la pisaré jamás. Ya me pueden pagar lo que me quieran pagar, que ya lo han intentado, y la respuesta fue NO. Por cierto, suerte encontrando a alguien de mi perfil, te va a salir baratito..... Y del perfil que digo arriba que se le fue la mujer con los niños, mejor no te digo nada. En madrid está ahora el buen hombre, y no hay dinero en cataluña que lo haga volver.

Vais a comer hez hasta que os guste.
 

Eyman

Madmaxista
Desde
20 Oct 2013
Mensajes
4.023
Reputación
11.006
Datos interesantes... pero relato lamentable para intentar blanquear a jovenlandeses y demás ralea y a los políticos que los traen, y de paso culpar a los "empresarios malvados". Éste es un pelota o un petulante, o las dos cosas.
 

ELOS

Madmaxista
Desde
15 Dic 2014
Mensajes
6.506
Reputación
18.865
T
Claro, por eso la población de Cataluña crece y sigue creciendo, porque todos los puñeteros colonos os estáis largando en masa... meparto:

Ya me gustaría que os largarais, ya, pero la dura realidad es que cuando un colono pisa Cataluña, no se va ni frotándolo con aguarrás... Y eso es porque aquí estáis de querida madre imponiendo vuestra lengua, parasitando nuestros recursos y bañándoos en nuestras playas.
Tú tienes razón Amego.
Con pagueta y segarro se vive de pota madre. Ti lo joro Amego
 

Excovid

Himbersor
Desde
8 Oct 2020
Mensajes
1.601
Reputación
3.099
Claro, por eso la población de Cataluña crece y sigue creciendo, porque todos los puñeteros colonos os estáis largando en masa... meparto:

Ya me gustaría que os largarais, ya, pero la dura realidad es que cuando un colono pisa Cataluña, no se va ni frotándolo con aguarrás... Y eso es porque aquí estáis de querida madre imponiendo vuestra lengua, parasitando nuestros recursos y bañándoos en nuestras playas.
Creo que ni te has leído el artículo, y si lo has hecho jorobar que nivel de comprensión.
 

coscorron

Será en Octubre
Desde
10 Ago 2010
Mensajes
21.856
Reputación
76.388
Lugar
Oklahoma 1929
Datos interesantes... pero relato lamentable para intentar blanquear a jovenlandeses y demás ralea y a los políticos que los traen, y de paso culpar a los "empresarios malvados". Éste es un pelota o un petulante, o las dos cosas.
Exacto ... Que España es un país que esta acogiendo por encima de sus posibilidades es un hecho evidente desde hace mucho. Entre otras estadísticas somos el segundo pais de la UE que mas gente ha nacionalizado y seguimos recibiendo uno de cada tres pagapensiones y eso se debe a que hay gobiernos nacionales (porque la inmi gración no tiene competencias autonómicas) que la han permitido y además subvencionan con todo tipo de ayuda su estancia en el pais para que no se vayan a pesar de que ya estan viviendo en condiciones de pobreza o pobreza severa ...

La esa época en el 2020 de la que yo le hablo empuja a 800.000 españoles a la pobreza severa, según Oxfam

Y cual es nuestras solución ... Pués importar más pobreza porque ahora si que si, palabrita del niño Jesús, todos los que lleguen encontraran un buen trabajo, no dependeran de ayudas públicas y privadas y serán personas con formación y cualificación que las hará muy productivas y con el sueldo de cada uno de ellos pagaremos tres pensiones o igual tampoco y seguirá llegando gente con una mano delante y otra detrás a vivir en la habitación compartida de un piso y a pelear por una hez de trabajo que con suerte será de salario mínimo que no le llegará para nada vista la subida de la inflación. Llega un momento en que los gobernantes deben cambiar lo que no ha funcionado y esta claro que llenar el pais de pagapensiones no lo ha hecho. Por el camino todos seguimos perdiendo poder adquisitivo.
 

Ming I

Charo resident
Desde
12 Sep 2013
Mensajes
10.052
Reputación
31.595
Lugar
Barceloba
Está bien el artículo porque pone datos concretos a algo que todos veiamos.
La inmi gración masiva es un arma de destrucción para paises y poblaciones y que los progres no entiendan algo tan básico , que no hagan numeros y vean lo que significan las cosas. Como dice Robert Deniro en casino, o bien son simples o bien se benefician de ello, en cualquiera de los dos casos nos están moliendo.