Ayer fueron los Idus de Marzo.

Los senadores mataron a César argumentando su justificación en la protección de la República, pero colaboraron en el advenimiento de otra dictadura peor que la del propio César.



¿A que me suena esto...?
 
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Nada que lamentar , César estaba más que avisado y aún así por sus narices morenos tuvo que ir al senado. Ajo y agua.
 
¡Cuídate de los idus de marzo!

Fue el arúspice etrusco Espurina quien advirtió a Julio César:
"Cuídate de los Idus de Marzo" ...,

Se cuenta que cuando César se encaminaba hacia el Senado vió a Espurina entre la multitud, se le acercó y le dijo:
"Son los idus de marzo y no me ha sucedido nada...."

Y Espurina le respondió: -

"Pero aún no han pasado..."
 
Fue el arúspice etrusco Espurina quien advirtió a Julio César:
"Cuídate de los Idus de Marzo" ...,

Se cuenta que cuando César se encaminaba hacia el Senado vió a Espurina entre la multitud, se le acercó y le dijo:
"Son los idus de marzo y no me ha sucedido nada...."

Y Espurina le respondió: -

"Pero aún no han pasado..."

¿Tú también, Bruto, hijo mío?

Y el resto es historia.
 
Este soporte de lápices ya lo puse hace años en el hilo de rarezas:



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Este soporte de lápices ya lo puse hace años en el hilo de rarezas:



Ver archivo adjunto 1824658


Parece que los hay más explícitos:

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Hay a la venta réplicas de la espada de Julio César, por si alguno quiere lanzarse a la conquista de Britania:

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Con referencia al citado augurio funesto de los idus de marzo previsto por los aruspices etruscos,creo oportuno destacar que la influencia de la Etrusca Disciplina sobrevivió varios siglos más luego de esos hechos.

Como es de suponer el Cristianismo se le opuso enconadamente.

Las relaciones entre Etrusca disciplina y cristianismo no podían ser amistosas,los autores cristianos vilipendiaban a los arúspices como delegados del malo.

Según Tertuliano, no eran más que charlatanes que abusaban de la credulidad del pueblo con la promesa de revelar los misterios del futuro.

Por su parte, Arnobio se alegraba viéndoles reducidos a la miseria, pues los progresos de la religión cristiana causaba a los arúspices una notable pérdida de clientela.

Aun así el prestigio de los adivinos etruscos era notable, el mismo Agustín de Hipona confiesa haber consultado a uno de ellos cuando era estudiante en Cartago.

La privilegiada influencia de los arúspices próximos al emperador se dirigía en ocasiones contra el cristianismo.

Así, a propósito de la gran persecución de Diocleciano a finales del siglo III d.C., la mayor crisis sufrida por el naciente cristianismo, es muy factible que haya sido incentivada por el arúspice imperial, según cuenta Lactancio, quien convenció al emperador para tomar medidas contra los cristianos.

Hay que reconocer sin embargo que la oposición de los arúspices al cristianismo y su intervención en las llamadas persecuciones no responde simplemente a la reacción egoísta de un grupo minoritario que temer perder sus privilegios y poder, como proclama Arnobio, sino a la convicción de que su propia tradición era suficiente para satisfacer las necesidades religiosas del mundo romano.

Por ello no causa sorpresa que ya en el Imperio cristiano, en el año 408 d.C., cuando Alarico avanzaba amenazante sobre la ciudad de Roma, el poder político no dudó en acudir a los arúspices con el fin de intentar detener al invasor utilizando su saber.

Según el historiador Zósimo, tal decisión se tomó de acuerdo con el papa Inocencio I, pues éste «prefirió la salvación de la ciudad a su propio credo, autorizando a los etruscos a cumplir en secreto los ritos que ellos conocían».

 
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