Toto
Madmaxista
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Nuevo articulo de SNB en Dossier Econòmic (lo he traducido del catalán)
Santiago Niño: Remuneraciones, primas y otras especies
Es el tema de moda: criticar las enormes cifras que altos directivos de entidades financieras, operadores bursátiles y algunas compañías perciben en su desempeño profesional. El tema se ha convertido en una especie de pim-pam-pum de feria y lo practica un gran número de destacadas figuras del elenco que se mueven por el mundo, pero, sobre todo, una en particular: los políticos.
Argumentan: «Su concesión, su importe, debe ir ligada, debe estar vinculado, a los resultados obtenidos por la empresa», y añaden: «Ahora que pintan bastos no es justo solicitar y exigir sacrificios sólo a una parte de la sociedad ».
Vaya! Es decir, cuando «iba bien», sí que era justo pagar retribuciones hollywoodianes directivos de alto nivel independientemente de los resultados que la empresa obtuviera? En otras palabras, por qué este afán crítico no se aplicaba antes? O es que una remuneración de cien millones de dólares tiene un significado diferente según el momento en que se produzca?
«¡Sí! Sí! », Vocifera el político. «Ahora en este alto directivo puede ser que se le esté pagando con dinero público»; OK, pero-digo yo-la ética de la remuneración escandalosa no depende del momento, ¿verdad? El acto por-él-mismo-malo es independiente del momento en que se comete, ¿verdad? Entonces, señores políticos en los gobiernos, por qué no utilizaron las medidas fiscales para frenar, en el pasado, estos escándalos? Es decir, por qué no los han erradicado ya en vez de impuesto?
Después viene lo otro: los sacrificios. Congelar la remuneración a un alto directivo que está percibiendo un importe de 600.000 euros al año no tiene, ni mucho menos, el mismo significado ni las mismas consecuencias que una congelación en una remuneración de 20.000 euros anuales. El primero deberá variar muy poco su estándar de vida, no ocurre lo mismo con el segundo, aunque los mismos políticos antes mencionados digan que la reducción de precios supone «un alivio» para el bolsillo de la ciudadanía.
Sin embargo, no se llega al fondo de la cuestión: ¿están justificadas estas megaremuneracions? Si las cosas se hacen bien, el salario base de una persona es el resultado de valorar, con criterios objetivos, el puesto de trabajo que esta persona ocupa, en otras palabras, el salario base lo es del lugar y lo percibe la persona que la ocupa. En el planeta hay compañías especializadas en valorar puestos de trabajo.
Decíamos que, si las cosas se hacen bien, la persona que está percibiendo 20.000 euros anuales ocupa un puesto de trabajo que ha sido evaluado por un especialista en este importe; pregunta: la persona que percibe en un año 600.000 euros ocupa un lugar que ha sido valorado de acuerdo con qué criterios? Mucho valor añadido debe generar una persona para percibir tal remuneración, y, cuidado!, No estoy dudando que sea así.
Saludos
Santiago Niño: Remuneraciones, primas y otras especies
Es el tema de moda: criticar las enormes cifras que altos directivos de entidades financieras, operadores bursátiles y algunas compañías perciben en su desempeño profesional. El tema se ha convertido en una especie de pim-pam-pum de feria y lo practica un gran número de destacadas figuras del elenco que se mueven por el mundo, pero, sobre todo, una en particular: los políticos.
Argumentan: «Su concesión, su importe, debe ir ligada, debe estar vinculado, a los resultados obtenidos por la empresa», y añaden: «Ahora que pintan bastos no es justo solicitar y exigir sacrificios sólo a una parte de la sociedad ».
Vaya! Es decir, cuando «iba bien», sí que era justo pagar retribuciones hollywoodianes directivos de alto nivel independientemente de los resultados que la empresa obtuviera? En otras palabras, por qué este afán crítico no se aplicaba antes? O es que una remuneración de cien millones de dólares tiene un significado diferente según el momento en que se produzca?
«¡Sí! Sí! », Vocifera el político. «Ahora en este alto directivo puede ser que se le esté pagando con dinero público»; OK, pero-digo yo-la ética de la remuneración escandalosa no depende del momento, ¿verdad? El acto por-él-mismo-malo es independiente del momento en que se comete, ¿verdad? Entonces, señores políticos en los gobiernos, por qué no utilizaron las medidas fiscales para frenar, en el pasado, estos escándalos? Es decir, por qué no los han erradicado ya en vez de impuesto?
Después viene lo otro: los sacrificios. Congelar la remuneración a un alto directivo que está percibiendo un importe de 600.000 euros al año no tiene, ni mucho menos, el mismo significado ni las mismas consecuencias que una congelación en una remuneración de 20.000 euros anuales. El primero deberá variar muy poco su estándar de vida, no ocurre lo mismo con el segundo, aunque los mismos políticos antes mencionados digan que la reducción de precios supone «un alivio» para el bolsillo de la ciudadanía.
Sin embargo, no se llega al fondo de la cuestión: ¿están justificadas estas megaremuneracions? Si las cosas se hacen bien, el salario base de una persona es el resultado de valorar, con criterios objetivos, el puesto de trabajo que esta persona ocupa, en otras palabras, el salario base lo es del lugar y lo percibe la persona que la ocupa. En el planeta hay compañías especializadas en valorar puestos de trabajo.
Decíamos que, si las cosas se hacen bien, la persona que está percibiendo 20.000 euros anuales ocupa un puesto de trabajo que ha sido evaluado por un especialista en este importe; pregunta: la persona que percibe en un año 600.000 euros ocupa un lugar que ha sido valorado de acuerdo con qué criterios? Mucho valor añadido debe generar una persona para percibir tal remuneración, y, cuidado!, No estoy dudando que sea así.
Saludos