También es la región donde la enorme riqueza natural existente está repartida en menos manos. La tasa de latifundismo es impresionante. Elementos como la Duquesa de Alba, el Duque del Infantado y demas terratenientes llevan 700 años haciendo la puñeta y con el capital más parado que un trabajador gaditano de astilleros. Ya quiséramos tener la estructura minifundista de Galicia. Ineficiente es, sí, pero se trata de tierra propia.
Las cooperativas andaluzas tratan de darle la vuelta a la situación, pero el esfuerzo que hay que hacer es ímprobo. No se puede cambiar en 25 años la estructura de capital, recursos, tierras y educación que llevamos en herencia desde que San Fernando entró a saco en el Valle del Guadalquivir, allá por 1235.