Nunca he entendido la utilidad de un Cayenne. Me imagino en el monte, en una pista llena de barro, entrando con las botas llenas de hez y dejando la tapicería hecha un cromo. Y si no, me imagino lloviendo sentado en el maletero del coche, calándome mientras me quito las botas y las meto en un plástico, para ponerme unos zapatos. Si voy mojado, cambiandome dentro...., bufff, no me parece el mejor coche para ir al monte.
Me imagino por la autopista, a toda leche, ofreciendo un coeficiente aerodinamico de hez, con el centro de gravedad elevado, así que a cada curva mi nausea vomitera se incrementa al cuadrado.
Ahora bien, veo a un amigo mio que no levanta del suelo ni metro setenta, conduciendo por la ciudad y creyendose que ya no necesita planta vic para crecer.
