Fenwis
Madmaxista
- Desde
- 11 Nov 2008
- Mensajes
- 1.801
- Reputación
- 5.669
Efectivamente. Con esta medida por fin quedan perfectamente explicados los movimientos políticos y económicos europeos del último medio siglo:
- Se cancelan rivalidades históricas con millones de muertos a las espaldas para una integración política y económica que requiere transformaciones profundas de las legislaciones de los estados europeos para adaptarlas a lo que en esencia es la pérdida gradual de las soberanías nacionales.
- Mediante un esfuerzo presupuestario sin precendentes en la historia, los socios que se van integrando al proyecto reciben fondos de cohesión de las economías centrales con un doble propósito: integrar los dos polos mediante la modernización de las infraestructuras de unos, mientras que los bienes de equipo necesarios para ese desarrollo son proporcionados por la industria de los otros. El resultado declarado será la conformación de un área económica común, con desequilibrios internos similares a los de cualquiera de los mercados nacionales preexistentes -incluidos los desequilibrios internos franceses o alemanes-.
- El área se dota del instrumento de control de los hasta entonces flotantes tipos de cambio e intercambios comerciales dependientes de esas fluctuaciones: nace la moneda única. No hace falta insistir en quién gana y quién pierde con esa medida. El nuevo espacio económico y político tiene ahora los instrumentos para actuar con voz propia en el mundo desde que los estados europeos fueran relegados al papel de comparsa de la política de bloques que surgió tras la GM II.
- Cuando los desequilibrios prexistentes son agravados por la política monetaria común, los máximos responsables y beneficiados de todo este proceso deciden liarse la manta a la cabeza y anunciar que se lo piensan mejor y que:
1) Nos vamos porque después de 50 años hemos decidido que ya no vale la pena. Creíamos honestamenete que esto del € era sólo para los buenos tiempos. Somos seres de luz y nunca creímos que pudiesen venir mal dadas.
2) Al final, nuestra única posibilidad para tener influencia política de verdad en un mundo dividido cada vez más en bloques económicos enfrentados nos parece un poco cara y vamos a utilizar nuestras reservas para pagar el pufo que dejen a nuestros bancos.
3) Tenemos una industria tan maravillosa que no necesitamos para nada mercados cautivos. Aunque nuestros productos se revaloricen un 50% con nuestra nueva moneda y perdamos a nuestros principales socios comerciales, siempre podemos buscar nuevos mercados emergentes como Angola o Bolivia. Si hace falta contactos para abrirse paso en ellos y competir al mismo tiempo con las influencias políticas de los EEUU y los chinos, siempre podremos contar con el cariñoso apoyo de nuestros antiguos socios de la UE, que para nada creemos que nos guarden rencor alguno. De hecho, creímos ver de magnífico humor a los franceses cuando les mirábamos por el retrovisor al largarnos.
4) Además, damos por hecho que la UE y el € se van al carajo sin nosotros. Imáginense lo simples que seríamos si dejamos tras nosotros un bloque económico y político tocado, pero vivo y operativo para cuya creación hemos invertido el esfuerzo y el dinero de dos generaciones de alemanes y que ahora se convertiría en un rival directo y en nuestras fronteras. ¿Eso sería de pardillos, no creen?
En fin, señores. Burbuja.info: hay cosas que sólo puede leer uno aquí.
- Se cancelan rivalidades históricas con millones de muertos a las espaldas para una integración política y económica que requiere transformaciones profundas de las legislaciones de los estados europeos para adaptarlas a lo que en esencia es la pérdida gradual de las soberanías nacionales.
- Mediante un esfuerzo presupuestario sin precendentes en la historia, los socios que se van integrando al proyecto reciben fondos de cohesión de las economías centrales con un doble propósito: integrar los dos polos mediante la modernización de las infraestructuras de unos, mientras que los bienes de equipo necesarios para ese desarrollo son proporcionados por la industria de los otros. El resultado declarado será la conformación de un área económica común, con desequilibrios internos similares a los de cualquiera de los mercados nacionales preexistentes -incluidos los desequilibrios internos franceses o alemanes-.
- El área se dota del instrumento de control de los hasta entonces flotantes tipos de cambio e intercambios comerciales dependientes de esas fluctuaciones: nace la moneda única. No hace falta insistir en quién gana y quién pierde con esa medida. El nuevo espacio económico y político tiene ahora los instrumentos para actuar con voz propia en el mundo desde que los estados europeos fueran relegados al papel de comparsa de la política de bloques que surgió tras la GM II.
- Cuando los desequilibrios prexistentes son agravados por la política monetaria común, los máximos responsables y beneficiados de todo este proceso deciden liarse la manta a la cabeza y anunciar que se lo piensan mejor y que:
1) Nos vamos porque después de 50 años hemos decidido que ya no vale la pena. Creíamos honestamenete que esto del € era sólo para los buenos tiempos. Somos seres de luz y nunca creímos que pudiesen venir mal dadas.
2) Al final, nuestra única posibilidad para tener influencia política de verdad en un mundo dividido cada vez más en bloques económicos enfrentados nos parece un poco cara y vamos a utilizar nuestras reservas para pagar el pufo que dejen a nuestros bancos.
3) Tenemos una industria tan maravillosa que no necesitamos para nada mercados cautivos. Aunque nuestros productos se revaloricen un 50% con nuestra nueva moneda y perdamos a nuestros principales socios comerciales, siempre podemos buscar nuevos mercados emergentes como Angola o Bolivia. Si hace falta contactos para abrirse paso en ellos y competir al mismo tiempo con las influencias políticas de los EEUU y los chinos, siempre podremos contar con el cariñoso apoyo de nuestros antiguos socios de la UE, que para nada creemos que nos guarden rencor alguno. De hecho, creímos ver de magnífico humor a los franceses cuando les mirábamos por el retrovisor al largarnos.
4) Además, damos por hecho que la UE y el € se van al carajo sin nosotros. Imáginense lo simples que seríamos si dejamos tras nosotros un bloque económico y político tocado, pero vivo y operativo para cuya creación hemos invertido el esfuerzo y el dinero de dos generaciones de alemanes y que ahora se convertiría en un rival directo y en nuestras fronteras. ¿Eso sería de pardillos, no creen?
En fin, señores. Burbuja.info: hay cosas que sólo puede leer uno aquí.