Disiento, el mayor logro del hombre fue crear la monogamia. Así todos los hombres podian amar regularmente y de forma segura con una mujer. Antes estaba el matriarcado y era ejercitos femeninos escogiendo a quien amar. Y los hombres largandose de tribu en tribu para ver si podian amar o negociar para entrar de macho en otra tribu. Cuando cambio esto y empezo la monogamia fue cuando despunto la natalidad y bajo el nivel de violencia de las sociedades matriarcales.
El problema no es la monogamia, que es una forma regular de amar, segura,por lo menos mas que catar cachopo que a saber lo que alli tenian metido antes, sino cuando se dejo de hacer los matrimonios pactados. Ese es el problema, cuando se les da a ellas de nuevo el control de seleccionar al macho. Que no es sino una vuelta al matriarcado. Que nos lleva de nuevo a los males del patriarcado, ejercitos de hombres sin amar, solo los machos alfa amar con el 80% de las mujeres. Y caida brutal de la natalidad.
Porque os pensais que las sociedad matriarcales fracasaron todas. Es una cuestion de natalidad y virilidad. Hordas de hombres in amar es crear varones menos masculinos y sin estos las sociedades estan mas expuestas a ser tomadas por otras mas violentas. Y las sociedades patriarcales tienen mayor natalidad. Con lo que siempre se comen a las matriarcales.
Porque la mujer por su naturaleza biologica, es innegable, nunca va a estar contenta con su situacion. Siempre va a querer el macho alfa durante un tiempo. Pero el macho alfa siempre sera desplazado por otro, que sera el que vuelva añorar. De hay que una mujer, nunca va a estar del todo contenta con ningun hombre. Lo que realmente quiere es tener una via de ingresos gracias un hombre y formar una familia que la cabe cuidando. Por eso jamas veras a una mujer con posibilidades que mantenga una pareja por mucho tiempo, salvo excepciones. Ejemplo
Elizabeth Taylor que se caso unas 8 veces. Asi multitud de ejemplos de tias emponderadas.
La culpa es de liberar a alguien que no sabe lo que quiere.
¿Cómo que no saben lo que quieren? La naturaleza sí que lo sabe, y para bien o para mal, yo a las mujeres las veo más cercanas a ella: si todos los tíos pueden acceder a una pareja entonces no hay selección genética.
En ese sentido a lo mejor las sociedades patriarcales monógamas son más equitativas y justas pero a costa de estancarse genéticamente e incluso de involucionar, porque al dar mucho peso a la equidad acaban no sólo por proteger sino por favorecer a los menos capaces, que tienden a ser menos planificadores y reproducirse independientemente de que vengan bien o mal dadas. Al contrario de lo que dicen las feministas, y a pesar de haber mucho capullete, al final resulta que estadísticamente los hombres somos más idealistas, o al menos sencillamente entendemos y negociamos mejor nuestra posición y la del otro. Supongo que tiene que ver con que si no nos entendemos las consecuencias al final aparecen en forma de palos, y para formar un grupo estable en algún momento hay que dejarse de leches, literalmente. Así que en la práctica acabamos más cerca del ideal (por eso se demoniza la violencia, para que perdamos este instinto).
En cambio, al menos estadísticamente, las mujeres son más capaces de mantener una situación de enfrentamiento con otra persona indefinidamente y de pasarse el día criticando y poniendo mala cara, y parece no desgastarlas nada. Es su manera de marcar territorio y asegurar los recursos, es lógico. A la vez, tratan de no llevar las cosas demasiado lejos como para desembocar en violencia, y si la cosa se pone antiestética saben que pueden recurrir al marido o a cualquiera, porque una sociedad que no sea un fracaso siempre condena la violencia indiscriminada contra las mujeres. Otra cosa es que una sociedad patriarcal sepa que una mujer puede ser inmanejable y muy destructiva con su pareja masculina y que éste muchas veces no tiene tanta capacidad psicológica de aguante ni habilidad para evitar que las cosas se vayan de madre, y por eso tolera cierto nivel de violencia física hacia la mujer en el ámbito privado como única manera de limitar su poder e incluso detener la violencia psicológica que ella ejerza hacia él (a pesar de las consecuencias infames para muchas, que de abusonas no tienen nada y son victimas de hombres cobardes y frustrados). Se dice mucho que "hay que hablar las cosas", cuando todos sabemos que con algunas personas no hay forma de dialogar, jamás van a hacer ni puñetero caso hasta salirse con la suya. O intervienen terceros cercanos a la pareja o no hay nada que hacer.
Total, que la ejerzan o no, muchas mujeres saben que se les permite cierto nivel de violencia psicológica sin exponerse a consecuencias físicas de importancia. Y eso va en paralelo con que no entienden que la paz y la justicia se negocian, que para conseguirlas nuestra referencia no puede ser un mundo idílico, ese jardín de unicornios donde ellas se imaginan a sus niños viviendo en armonía junto a otros niños. Porque en eso piensan casi todas cuando se les habla de ideales. En educar en valores y hezs, y darles clasecitas donde todos son chachis y todos valen mucho y la seño les habla como si fueran fulastres. Clases en las que los únicos que aprenden algo son los niños capullos: aprenden a seguir la bola y a fingir ser buenecitos. Es decir, aprenden a comportarse como la típica tía adulta hipócrita que tantas pasiones despierta en nuestros hilos. Mientras tanto, la realidad es que para educar a los niños para que creen un mundo mejor sólo hay que enseñarles que no hay ni que dejarse pisar ni ser unos cafres, y que la nobleza es algo grande. Eso son cosas naturales que normalmente les enseña mejor un buen padre que una buena madre, salvo si él es un castrato o ella una clarividente. Y es que, al igual que al principio de este texto decía que en la esfera privada la mujer (la del "matriarcado") es menos artificial (por cruda, por obedecer a lo que le dicta la naturaleza por ejemplo al elegir pareja), en canbio en la esfera social los menos artificiales y los que más aciertan somos los hombres.
Ellas están centradas en su entorno inmediato y su mundo ideal (no hablan de su sociedad, hablan del mundo) es una extrapolación de lo que desean para sus hijos cuando los tienen, o del ideal que les hayan pintado bonito si no los tienen. Por eso a tantas mujeres las élites se las camelan como quieren, porque son como el macho alfa que sabe decirles lo que quieren oír. No entienden que cuando parece haber paz en realidad puede haber guerra: la prueba es que con sus medidas buenistas nuestras élites están destrozando el futuro de sus hijos, y ellas aplauden con las orejas. Y los manginas detrás.
Al hilo de lo anterior, cuando algunas mujeres saben que el objeto de sus ataques es físicamente inofensivo y pueden sacarle tajada, de pronto se convierten en verdaderas orates capaces de dejar a su ex-pareja casi en la indigencia sin ningún miramiento, y a la vez seguir mimando a sus hijos como si nada. Esto no lo hacen todas, ni siquiera muchas, pero sí demasiadas. ¿Cómo es posible semejante diferencia de trato? Porque porque ser buena madre no tiene nada que ver con ser buena persona. Obedece a otro instinto - ser buena persona no sé si es un mero instinto, un conjunto de ellos o algo más elaborado, pero desde luego es algo diferente. En la lucha de una mujer por la supervivencia propia y de su progenie no hay moral, sociedad ni castañas que valgan. Y es lógico que sea así: alguien tiene que anteponer las crías a todo lo demás, y alguien tiene que tener en consideración también al resto del grupo y hacer sacrificios por él, ya que hay tareas que sólo se pueden acometer colectivamente. Y no es fácil compatibilizar ambas cosas, muchos individuos sencillamente no dan para tanto.
En este sentido, en este hilo se ha hablado de un experimento en Tinder en el que un tipo creaba un perfil de guaperas pero decía ser pedófilo, y aún así obtenía el interés de numerosas féminas. Así opera la naturaleza en estas individuas: cuando un interés personal tiene suficiente peso, las consideraciones y acuerdos sociales desaparecen. Para ellas son sólo una pose necesaria para no ser excluidas, algo instintivamente muy peligroso para quien está preparado para tener unas crías a su cargo. Ahora, no creamos que ese comportamiento es extensible a todas las mujeres.
Guy poses as pedophile on tinder and it doesn’t deter women one ounce (13 Photos)
El sesso interesa mucho a los hombres, pero no siempre lo suficiente como para tirarse a la novia de su mejor amigo, no digamos ya para liarse con una violadora de niños pudiendo elegir a otras como sí pueden hacer ellas. Es decir, si los hombres pudieran elegir, ¿un perfil de mujer muy atractiva pero de moral deleznable también recibiría likes de hombres? ¿Cuántos la atacarían y denunciarían, cosa que no parece haber sido la tónica en ese experimento? Yo diría que esa condición pesaría más en su contra. Y eso es porque un comportamiento así de inmoral acaba jugando contra el grupo en al escala macro, y la naturaleza del hombre común tiende a estar más orientada hacia éste.
Total, en lo relativo a las relaciones individuales, en los matriarcados la naturaleza opera más cruda y directamente, los patriarcados monógamos son artificios de naturaleza humana con sus noblezas y sus peros. Pero en cambio los patriarcados son más capaces de entender la naturaleza de las relaciones de poder en la esfera colectiva. Por eso en cuanto los grupos humanos se hicieron más sedentarios y numerosos, al ser más eficientes en la escala macro las formas organizativas patriarcales desplazaron a las matriarcales. Otra cosa es la escala global, y ahí podríamos enlazar con el globalismo, que no por casualidad viene entre otras cosas con las recetas del feminismo radical.
Ademas de los modelos sociales que nos han ocupado, hay sociedades patriarcales no monógamas, en las cuales no sólo es que la mujer tenga menos capacidad de elección, es que un solo hombre puede elegir a varias. Y aquí habría que discutir si en ellas hay una selección genética igual de intensa que en las matriarcales: porque está claro que para el grueso del rebaño la selección por físico puede ser válida, pero alguien tiene que pensar, y alguien tiene que ser valiente, y etc. Y la correlación entre belleza física e inteligencia o valor no tengo nada claro que sea alta. Al menos no en los casos extremos. Así que la pregunta para valorar eso es si por naturaleza las mujeres valoran más otras cualidades no físicas que los hombres al elegir con quién aparearse. Está claro que para el sesso esporádico no. Para las relaciones serias yo siempre he pensado que sí. La verdad es que he visto ya demasiados casos de tipas que pudiendo elegir los han elegido guapos y simples, y al revés, alfas que no han dudado en enganchar a una tipa normalita pero con coco y buena persona. Pero eso puede obedecer al plus de valor que nuestra sociedad le da a una tía que está con un macizorro empotrador: mirad lo que valgo que me puedo permitir tener lo que a todas de verdad nos gusta. Total, yo diría que en un matriarcado es donde más opera la selección natural.
En este hilo hemos hablado mucho de la ruindad de las mujeres ruines, o más bien de la falsedad de tantas mujeres que van de buenas cuando en realidad son sólo sociables, y que adoptan por tanto los comportamientos que se consideran admisibles. Esa falsedad es la que estamos viendo en esta sociedad, en cuanto esos usos admisibles han cambiado y ya se les disculpa casi todo lo que hagan. Y más cuando han multiplicado su poder gracias a herramientas como las apps de marras. Pero hemos hablado muy poco de las mujeres verdaderamente buenas y justas. De las que dan la cara por los demás, de las que tienen principios y los defienden aunque salgan perjudicadas. Las que no se aprovechan de las leyes viogen. Las que luchan por sus hijos pero también por su pareja, sus amigos y quien las necesite. Y es necesario hablar de ellas, y que se nos meta en la cabeza lo que valen. Porque una mujer buena no es como un hombre bueno cualquiera. Una mujer verdaderamente buena es una joya de la creación, un Maestro Yoda capaz de manejar las leyes y fuerzas de naturaleza animal y las de naturaleza humana, de hacer compatibles un instinto como el de madre con una empatía profunda hacia otros. Es un ser capaz de vivir plenamente en todas las esferas, o al menos intentarlo: la personal, la familiar, la de la amistad, la de su sociedad. Capaz de entender el valor radical de la vida, de amar a sus hijos y de amar casi igual a su pareja, y de crear entornos donde hay armonía y justicia. Igual que hay hombres maravillosos, también hay mujeres así, señores. Y para mí son seres humanos sublimes.