No son las fórmulas
Paco Bello | Iniciativa Debate | 19/05/2014
He visto algunos errores y confusiones en más de un medio de prensa escrita respecto al sistema electoral aplicado en las elecciones europeas, y creo que es conveniente hacer una aclaración. Seré todo lo breve que pueda porque esto no tiene mayor complicación.
Se comenta que es el sistema D’Hondt el que favorece la mayor representación de los grandes partidos, y en este caso no es cierto. La famosa fórmula no es más que un sistema de reparto proporcional, no es ningún malo, especialmente si se utiliza para lo que fue concebida. Precisamente para la magnitud de estos comicios es una buena elección.
Es evidente de dónde viene la relación de este sistema con la parcialidad. Pero hay que decir que lo que beneficia a los grandes partidos en las elecciones generales españolas no es la fórmula de reparto, sino haber elegido (con toda intención) esa fórmula para aquello que no está ideada. En cualquier caso, el impacto de D’Hondt en las elecciones nacionales, pese a la mala elección (o buena para algunos), es el último y el menos lesivo de los hándicap que deben superar las formaciones de tamaño medio y minoritarias, y el que menos debería preocuparnos a las personas que creemos en la equidad. La desproporción electoral en el Estado español deberíamos medirla por este orden: división en circunscripciones, porcentaje de exclusión (listón representativo), y por último el sistema de reparto. No por nada en especial, hablamos de números.
Pero esto no tiene influencia en las elecciones del próximo día 25 porque no existen los principales e injustos condicionantes ya mencionados. Para demostrarlo vamos a hacer una simulación simple con cinco partidos.
Supongamos que votan 15 millones de electores, con este resultado:
PP: 5 millones
PSOE: 4 millones
IU: 3 millones
UPyD: 2 millones
Podemos: 1 millón
Como se reparten 54 escaños, si hiciéramos el cálculo directo, el escaño ‘costaría’ 277.000 votos (54M/15). Así, el PP conseguiría 18. El PSOE 14. IU 10. UPyD 7 y Podemos 3. Pero aún quedarían 2 escaños por repartir, que deberían ir a aquellas formaciones que han quedado con un resto mayor, que en este caso serían PSOE e IU.
Si utilizamos D’Hondt, quedaría así:
PP (33.3%): 18
PSOE (26.7%): 15
IU (20.0%): 11
UPyD (13.3%): 7
Podemos (6.7%): 3
O lo que es lo mismo, exactamente igual, porque para eso son estos sistemas.
Lo que veamos el próximo domingo por la noche, triste o no, no será el resultado de maquiavélicos sistemas de reparto proporcional, sino en todo caso, de maquiavélicos sistemas de formación y desinformación, de creación de tendencias y opinión, de tradición y de condicionamiento. Será lo que hayamos elegido, por acción u omisión. Participando aunque no participemos.
Seguro que no superamos el 80% de abstención de Eslovaquia en 2009, o el 75% de Polonia o Rumanía, o el 65% de Alemania, UK, u Holanda. Y ¿ha ocurrido algo?, ¿no verdad? Les da igual, así que si te gusta mínimamente algún partido, mejor que participes. No pienses que legitimas el sistema, porque no les importa si lo haces o no.