Wanijei
Madmaxista
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Muy de derechas, libegales y nancys, leed, leed un poco que a veces no hace daños para que a la próxima no hagais el ridículo con los miles de millones de muertos por el comunismo. :::XX:
En no pocas ocasiones nos encontramos como la derecha más reaccionaria utiliza una serie de tópicos y mentiras sobre la historia del movimiento comunista ante las que compañeros y camaradas – algunos desinformados y otros acomplejados -, no saben como contestar, y otorgan con su silencio una verdad que no es tal, lo que permite que la mentira siga sobreviviendo en las lenguas envenenadas de aquellos que nos quieren ver desaparecidos.
Cierto es que la historia del movimiento comunista es una historia de aciertos y errores, pero hay algunos que no son nuestro patrimonio, sino más bien patrimonio y vergüenza de aquellos que intentan arrojárnoslos a la cara sin saber, o sin querer saber, que tienen mucho más que ver con ellos que con nosotros.
Es el caso del genocida Pol Pot y de su régimen, que en no pocas ocasiones han querido atribuirlo a la historia del movimiento comunista, pero que solo fue un criminal aliado de Estados Unidos y Occidente.
Durante la guerra de Vietnam, la ayuda de Vietnam del Norte llegaba a la guerrilla Vietcong de Vietnam del sur a través de Laos y Camboya, donde el gobierno era extremadamente precario. En 1969, Lon Nol se hizo con el poder en Camboya gracias un golpe de Estado, y permitió que un año después, en 1970, Estados Unidos entrase en Camboya con el propósito de extirpar por la fuerza el “camino Ho Chi Minh”, a través del cual Vietnam del Norte aprovisionaba a Vietnam del Sur.
Cuando los estadounidenses huyeron de Saigón derrotados en abril de 1975 y la huida de Lon Nol, se instauró el régimen jemer rojo de Pol Pot, que inmediatamente comenzó la distinción de los ciudadanos entre “pueblo viejo” y “pueblo nuevo” y procedió a la despoblación sistemática de las ciudades; se acabó incluso con los instrumentos primarios para preparar la comida y se exterminó a casi un tercio de toda la población. Ante esto, los comunistas de Vietnam del Norte gestaron el Frente Unido Nacional para la Salvación de Kampuchea (en 1978) e inició la invasión de Camboya para liberar al país de la pesadilla de Pol Pot.
Sin embargo, fue Estados Unidos en ese momento quien obligó a Naciones Unidas a reservar el asiento de Camboya al representante de Pol Pot y se movilizó para armar a Pol Pot, quien pudo dirigir una guerrilla contra el gobierno que lo había despojado del poder.
Occidente no reconoció el nuevo gobierno, excepto los paises del llamado “bloque socialista”, y el argumento utilizado por los paises capitalistas fue que no debía violarse la soberanía de un país, ni siquiera con fines humanitarios.
Es decir, el régimen del genocida Pol Pot fue aplastado por los comunistas vietnamitas con apoyo de la URSS y del campo socialista, mientras que el genocida era armado y protegido por Occidente y la complicidad de China.
Desde entonces, los propagandistas del anticomunismo – fascistas y liberales -, no se cansan de atribuir al comunismo las barbaridades del régimen de Pol Pot, pero fueron los comunistas quienes lo aplastaron, mientras los capitalistas quienes lo financiaron y miraron hacia otro lado, y fue concretamente el gobierno de Margaret Thatcher quien le apoyó en su exilio en Tailandia.
A Pol Pot lo aplastaron los comunistas, pero lo apoyaron, armaron y financiaron EEUU y Occidente : laRepublica.es
En no pocas ocasiones nos encontramos como la derecha más reaccionaria utiliza una serie de tópicos y mentiras sobre la historia del movimiento comunista ante las que compañeros y camaradas – algunos desinformados y otros acomplejados -, no saben como contestar, y otorgan con su silencio una verdad que no es tal, lo que permite que la mentira siga sobreviviendo en las lenguas envenenadas de aquellos que nos quieren ver desaparecidos.
Cierto es que la historia del movimiento comunista es una historia de aciertos y errores, pero hay algunos que no son nuestro patrimonio, sino más bien patrimonio y vergüenza de aquellos que intentan arrojárnoslos a la cara sin saber, o sin querer saber, que tienen mucho más que ver con ellos que con nosotros.
Es el caso del genocida Pol Pot y de su régimen, que en no pocas ocasiones han querido atribuirlo a la historia del movimiento comunista, pero que solo fue un criminal aliado de Estados Unidos y Occidente.
Durante la guerra de Vietnam, la ayuda de Vietnam del Norte llegaba a la guerrilla Vietcong de Vietnam del sur a través de Laos y Camboya, donde el gobierno era extremadamente precario. En 1969, Lon Nol se hizo con el poder en Camboya gracias un golpe de Estado, y permitió que un año después, en 1970, Estados Unidos entrase en Camboya con el propósito de extirpar por la fuerza el “camino Ho Chi Minh”, a través del cual Vietnam del Norte aprovisionaba a Vietnam del Sur.
Cuando los estadounidenses huyeron de Saigón derrotados en abril de 1975 y la huida de Lon Nol, se instauró el régimen jemer rojo de Pol Pot, que inmediatamente comenzó la distinción de los ciudadanos entre “pueblo viejo” y “pueblo nuevo” y procedió a la despoblación sistemática de las ciudades; se acabó incluso con los instrumentos primarios para preparar la comida y se exterminó a casi un tercio de toda la población. Ante esto, los comunistas de Vietnam del Norte gestaron el Frente Unido Nacional para la Salvación de Kampuchea (en 1978) e inició la invasión de Camboya para liberar al país de la pesadilla de Pol Pot.
Sin embargo, fue Estados Unidos en ese momento quien obligó a Naciones Unidas a reservar el asiento de Camboya al representante de Pol Pot y se movilizó para armar a Pol Pot, quien pudo dirigir una guerrilla contra el gobierno que lo había despojado del poder.
Occidente no reconoció el nuevo gobierno, excepto los paises del llamado “bloque socialista”, y el argumento utilizado por los paises capitalistas fue que no debía violarse la soberanía de un país, ni siquiera con fines humanitarios.
Es decir, el régimen del genocida Pol Pot fue aplastado por los comunistas vietnamitas con apoyo de la URSS y del campo socialista, mientras que el genocida era armado y protegido por Occidente y la complicidad de China.
Desde entonces, los propagandistas del anticomunismo – fascistas y liberales -, no se cansan de atribuir al comunismo las barbaridades del régimen de Pol Pot, pero fueron los comunistas quienes lo aplastaron, mientras los capitalistas quienes lo financiaron y miraron hacia otro lado, y fue concretamente el gobierno de Margaret Thatcher quien le apoyó en su exilio en Tailandia.
A Pol Pot lo aplastaron los comunistas, pero lo apoyaron, armaron y financiaron EEUU y Occidente : laRepublica.es