11M: Una furgoneta y una mochila. Así comenzó el engaño - Luis del Pino (periodista) analiza las PRU

Eso lo dijo el juez y las desestimó.
Lo que ocurre, es que no se investigó el interés que había en aportar pruebas falsas.

En todos los juicios se desestiman pruebas. Lo que sí está claro es que se estimaron pruebas fehacientes a la hora de condenar a los que se condenaron.
¿Por qué el hijomio de Aznar llamó a todos los directores de medios (sin saber aún nada) de motu propio para decirles que todo apuntaba a ETA? ¿Por qué no se investiga eso?
 
Un posible porqué de los atentados
La OTAN detrás del 11 M | Alerta Digital

La OTAN pasaba por grandes desacuerdos entre sus miembros en 2003. Francia y Belgica habian negado que haya evidencias que Irak sea una amenaza terrorista, Turquia habia prohibido la utilización de su espacio aereo y de las bases de EUA en su territorio para atacar Irak. El mejor medio para conseguir una posición de unidad de todos los paises aliados era realizar acciones comunes dentro del marco de la guerra contra el terrorismo.
Francia pone en jaque a la OTAN | Guinea Ecuatorial

En diciembre de 2002, el primer ministro español José María Aznar recibía a Teodoro Obiang Ngema en Madrid. Aparte de la larga amistad entre Aznar y el rival de Obiang, Severo Moto [6], las ambiciones de la compañía española Repsol -hasta ahora totalmente dejada al margen de la producción de petróleo de Guinea Ecuatorial (400 000 barriles diarios)- fueron tema de las conversaciones entre ambos líderes. Sin embargo, al estar firmada ya la mayor parte de los contratos de explotación y no poderse aumentar la explotación, Repsol tenía que conformarse con las migajas que le dejaban Exxon-Mobil, Amerada Hess (la antigua Triton) y Total, que son las principales compañías activas en Guinea Ecuatorial.

Una reunión sobre el futuro de Guinea Ecuatorial tuvo lugar en febrero último en el Royal Institute of International Affairs de Londres. Por lo menos un representante del gobierno británico así como representantes de la industria petrolera participaron en ella y, según varios asistentes, circulaban allí numerosos rumores sobre la posibilidad de un golpe de Estado. Sin embargo, a causa de una reciente afirmación del diario The Observer según el cual los servicios secretos ingleses, estadounidenses y españoles tenían conocimiento del proyecto de golpista [7], el ministro británico de Relaciones Exteriores Jack Straw se apresuró a declarar que el gobierno de Tony Blair no disponía de ninguna información anterior sobre ese proyecto.

Como quiera que sea, en el momento mismo en que el plan entraba en su fase final y los mercenarios se preparaban a entrar en acción, dos barcos de guerra españoles partían subrepticiamente de una base de la OTAN, la de Rota, llevando a bordo 500 soldados de elite
. Únicamente el personal de a bordo parecía conocer su destino y España no había enviado un navío de guerra a Guinea Ecuatorial desde que este país africano alcanzó la independencia, en 1968. El movimiento de ambos barcos se encontraba bajo el control directo del comandante en jefe del Comando de las fuerzas estadounidenses en Europa y Comandante Supremo de la OTAN, el general James L. Jones.


Por otro lado, los servicios franceses de inteligencia tenían perfectamente la posibilidad de interponerse informando a las autoridades de Sudáfrica y/o de Zimbabwe en el momento oportuno, permitiendo así a estas últimas la captura de los mercenarios en camino hacia Malabo y protegiendo a la vez los intereses de Total.
Mercenarios: la intentona golpista en Guinea Ecuatorial ¿tuvo España algo que ver? (3) | Viaje a la guerra

El movimiento de los barcos de guerra españoles

Con respecto a los barco de guerra españoles que se suponía que llevaban a los soldados que iban a apoyar el golpe de los mercenarios, mucho se ha especulado. El 24 de agosto de 2004, el Times titulaba: “España ‘apoyó secretamente el golpe enviando navíos de guerra”.

Aunque no han surgido vínculos entre españoles que supieran del presunto plan de golpe de estado y Mark Thatcher, las declaraciones hechas por los mercenarios detenidos en Zimbabue parecía confirmar la implicación de España en el golpe. Mientras los mercenarios estaba supuestamente perfilando sus planes para derribar al señor Obiang, dos barcos de guerra españoles salieron de la base de Rota, cerca de Cádiz, en enero.

La fragata Canarias estaba apoyada por el navío de combate Patiño con 500 tropas de choque e infantes de marina a bordo. No se hizo un anuncio oficial, pero los que iban a bordo sabían que se dirigían a Guinea Ecuatorial. Debido a que Rota es una base de la OTAN, usada por EEUU, uno puede asumir que EEUU sabía acerca de la misión, así como su aliado cercano, Gran Bretaña.

España no había mandado barcos de guerra a Guinea desde que Guinea Ecuatorial se independizó en 1968 (mucho antes de que se encontrara petróleo). Pero alguien, y Sudáfrica es sospechosa, avisó a la prensa española. La aparente misión de los barcos anclados en Canarias fue abortada.

El 31 de enero, Ana Palacio, Ministra de Asuntos Exteriores, declaró que la visita no anunciada de los navíos españoles a Guinea Ecuatoria fue postpuesta por el gobierno que los barcos “no estaban en una misión de guerra sino de cooperación.

Eduardo Zaplana, portavoz del gobierno de Aznar, dijo que consideraba “oportuno” postponer la visita “hasta que la elecciones” hubiesen tenido lugar en Guinea. También declaró que los barcos habían sido cambiados de rumbo “porque el malentendido producido por la prensa”.

Un informe del Real Instituto Elcano, con fecha 2 de febrero de 2004, también se hace eco del envío de los navíos españoles a Guinea Ecuatorial. Firmado por el profesor Carlos Ruiz Miguel, es más prudente en sus conclusiones, como se espera de un texto académico. En un primer momento analiza los datos que sustentan la teoría del apoyo español al golpe.

La hipótesis de que la abortada intervención española tuviera relación con un eventual golpe “interno” de graves consecuencias “externas” resulta difícil de probar habida cuenta de las confusas y contradictorias informaciones oficiales. Ahora bien, de entre toda esta información parece que hay datos objetivos que abonarían esta tesis.

Son cinco:

En primer lugar, el jefe de la misión naval fue avisado con extraordinaria urgencia (el capitán fue avisado 60 horas antes de zarpar) y con gran secreto.

En segundo lugar, los barcos contaban no sólo con su tripulación (que sería lo único necesario en una “visita de cortesía”, sino también con Infantería de Marina (tropa de asalto).

En tercer lugar, los infantes de Marina fueron banderilleados contra enfermedades que se podrían contagiar pisando tierra, lo que revela que se contemplaba la eventualidad de una intervención.

En cuarto lugar, la ministra de Exteriores ha dicho que los dos buques españoles no sólo iban a Guinea Ecuatorial, sino también a Gabón; por cierto, se ha alegado también que la suspensión de la expedición se debió a que no se solicitaron los permisos de Gabón para entrar en sus aguas (¿las aguas disputadas con Guinea Ecuatorial?).

En quinto lugar, la orden del gobierno a los buques era permanecer en la zona “los próximos 45 días” para realizar tareas de “presencia naval”. La conjunción de todos estos datos podría explicar las causas de la orden expedicionaria.

Después abre el abanico de análisis, y señala otras posibles razones del movimiento de los navíos:

Pudiera suceder que los buques españoles tuvieran una de estas dos misiones: bien apoyar un golpe de Estado que establezca un nuevo gobierno pro hispano-norteamericano, antes de que un eventual desenlace fatal del cáncer que padece Obiang produzca un peligroso vacío de poder, bien apoyar un “contragolpe” ante la eventualidad de que estuviera ya concretada una operación de golpe de Estado contra Obiang de inspiración pro francesa.

PAX OTANA
 
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Del Olmo y B?rmudez. As? se fabric? la verdad judicial - Libertad Digital

LA PERIPECIA EN LOS JUZGADOS
Del Olmo y Bérmudez. Así se fabricó la verdad judicial
Sólo tres condenados. Un solo autor material. Ni rastro de autores intelectuales. Esa es la verdad judicial del 11-M.

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LUIS DEL PINO SEGUIR A @LDPSINCOMPLEJOS 2014-03-13
Hay una pregunta que resulta fundamental para ver en qué han quedado las investigaciones judiciales y policiales que con tanta frecuencia se invocan para decir que "el 11-M es ya cosa juzgada". La pregunta es: ¿a cuánta gente se ha condenado por el 11-M?

Repasemos la historia:

A lo largo de la instrucción del sumario, se detuvo a un total de 116 personas por su presunta relación con los hechos. Todas, o prácticamente todas, las detenciones se produjeron mientras la Comisión 11-M estuvo abierta en el Congreso: cada pocos días se detenía a algún grupo de magrebíes y el entonces ministro de Interior, Alonso, salía a dar explicaciones a los medios sobre esa "trama islamista" cuyos tentáculos parecían crecer y ramificarse de semana en semana. Esa catarata de detenciones y esas comparecencias del ministro Alonso se terminaron, como por arte de magia, en julio de 2005, cuando la Comisión 11-M echó el cierre sin haber aclarado a los españoles nada de nada.

De esos 116 detenidos, sólo 29 personas (9 de ellas españolas) llegaron a juicio. Los demás, un total de 87 personas, fueron exonerados de cualquier tipo de cargo. Es decir, durante la instrucción del sumario se detuvo a 87 personas no relacionadas con la trama del 11-M. Por regla general, a esos detenidos se los ponía en la calle a los pocos días o semanas de su detención. Eso sí, sin rueda de prensa del ministro Alonso en la que se ofreciera ningún tipo de explicación.

De los 29 imputados que llegaron a juicio, sólo 28 lo terminaron, ya que tanto la Fiscalía como todas las acusaciones retiraron durante el juicio en la Audiencia Nacional todos los cargos contra uno de los hermanos Moussaten, que quedó inmediatamente en libertad.

De los 28 imputados que llegaron al final del juicio, 7 fueron absueltos por la Audiencia Nacional, con lo que sólo hubo 21 condenados en primera instancia. Cinco de esos 21 condenados fueron inmediatamente puestos en libertad al acabar el juicio en la AN, al haber cumplido ya la pena de prisión impuesta por el tribunal.

Tras la revisión de la sentencia por parte del Tribunal Supremo, las 21 condenas quedaron reducidas a 18. Así pues, solo quedaron 18 condenados en segunda instancia, cuatro de ellos españoles.

¿Y cuántos de ellos fueron condenados por el 11-M? Pues hay exactamente 3 condenados por el 11-M: Emilio Suárez Trashorras, Jamal Zougham y Otman El Gnaoui. Todos los demás condenados, un total de 15, lo han sido por diversos delitos (p.ej. falsificación, tráfico de explosivos, ...), pero no por los hechos del 11-M. Y buena prueba de ello es que sólo esos tres mencionados fueron condenados a indemnizar a las víctimas de la masacre. Los restantes 15 condenados no tuvieron que pagar un euro a las víctimas, porque no se los condenó por el atentado.

Y de esos tres condenados por el 11-M, solo hay 1 condenado por colocar una bomba: Jamal Zougham. A los otros dos se los condenó por participar en el suministro de explosivos, pero no por la colocación de las bombas.

Así pues, el demoledor resumen es que, después de 10 años de investigaciones en torno al mayor atentado terrorista de nuestra historia, en el que se colocaron 12 bombas que asesinaron a 193 personas... la versión oficial solo identifica a un único colocador de las bombas de los trenes, y solo se ha condenado a tres personas: un español confidente policial, y dos marroquíes, ninguno de los cuales es islamista.

Los testigos falsos

Jamal Zougam es el único condenado como supuesto autor material de la masacre de Madrid, el único condenado por colocar una bomba en los trenes. No hay ninguna prueba física que vincule a Zougam con la masacre: ni huellas dactilares en ningún escenario del crimen, ni rastros de ADN, ni llamadas cruzadas con ninguno de los demás procesados. De hecho, El Mundo y Libertad Digital demostraron que la noche anterior al atentado, cuando nos dicen que los terroristas estaban montando las bombas, Jamal Zougam estuvo tranquilamente haciendo gimnasia, como era su costumbre, hasta las 12 de la noche, en un gimnasio de la Plaza Elíptica de Madrid. Este dato lo conocía la Policía (puesto que se incautó de los datos informáticos sobre entradas y salidas del gimnasio), pero no se incorporó al sumario del 11-M, ni se le comunicó al juez Del Olmo.

Asimismo, después del atentado, Jamal Zougam continuó trabajando tranquilamente en su tienda, sin intentar huir ni esconderse, lo que tampoco cuadra con su supuesta participación en la masacre. En lo único en que se ha basado la condena a más de 40.000 años de guandoca de Zougam en el testimonio de dos amigas rumanas que dicen que le vieron en uno de los trenes atacados.

Pero hay indicios abrumadores de que esos testimonios no son veraces:

1. A Zougam lo reconocieron más de media docena de testigos en los trenes, portando supuestamente una mochila bomba. Ninguno de los testigos declaró haberlo visto "colocar" ninguna bomba. Simplemente "reconocieron" ante la Policía a Zougam como alguien que portaba una mochila en los trenes.

2. Esos testimonios eran contradictorios entre sí e incoherentes, porque si todos los testigos que "reconocieron" a Zougam estuvieran en lo cierto, el jovenlandés tendría que haber estado en al menos tres trenes simultáneamente, lo cual es imposible. Por ello, el juez instructor y el tribunal terminaron descartando todos los testimonios, salvo dos: los de dos amigas rumanas.

3. En realidad, esos testimonios de las dos amigas rumanas también eran contradictorios e incoherentes entre sí. Y, de hecho, las dos amigas fueron cambiando de versión a lo largo del proceso. Pero se dio por bueno el testimonio.

4. Una de esas dos amigas (testigo C-65) "reconoció" a Zougam tres semanas después de la masacre, cuando ya la foto de Zougam se había publicado en todas partes, y no habló para nada en sus primeras declaraciones (ante la Policía y el juez) de que fuera acompañada por otra amiga.

5. Esa otra amiga (testigo J-70) es una mujer a la que por dos veces le denegaron los técnicos del Ministerio de Interior la condición de víctima, llegando a poner en cuestión, incluso, que viajara en los trenes. Sin embargo, quince días después de la segunda denegación, y cuando ya había pasado más de un año de los atentados, dice que se acuerda de haber visto a Zougam, tras lo cual se le reconoce la condición de víctima, se le otorga la nacionalidad y se le da una indemnización de casi 50.000 euros.

6. El marido de la primera testigo (C-65) también dijo que viajaba en los trenes, pero en un tren diferente que su mujer, y se le reconoció la condición de víctima.

7. El hermano de C-65 también dijo que viajaba en los trenes, junto al marido de C-65, pero a él no se le reconoció la condición de víctima, debido a lo inverosímil de su relato.

8. Otra hermana y un primo de C-65 también intentaron hacerse pasar por víctimas del 11-M, pero en ese caso no solo no se les reconoció que iban en los trenes, sino que el propio juez Juan Del Olmo pidió que se dedujera testimonio contra ellos por simulación de delito.

En la actualidad, las dos amigas rumanas se encuentran imputadas por falso testimonio, tras la querella que el propio Jamal Zougam planteó contra ellas.
 
Triste que a nadie le importe.

Estan pendiente de destronar a los borbones.
 
Raf? Zouhier, el 'superinocente' necesario para la versi?n oficial - Libertad Digital

EXPULSADO A jovenlandia
Rafá Zouhier, el 'superinocente' necesario para la versión oficial
Zouhier, expulsado este domingo a jovenlandia, no fue condenado por los atentados del 11-M, sino por tráfico de explosivos.

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LUIS DEL PINO SEGUIR A @LDPSINCOMPLEJOS 2014-03-17
Cumplidos los diez años de condena que se le impusieron, el jovenlandés Rafá Zouhier ha sido expulsado a jovenlandia por las autoridades españolas.

Aunque fue condenado en el juicio del 11-M, en realidad no se le condenó por participar en el atentado, sino solo por tráfico de explosivos, sin relación directa con la masacre. De hecho, no ha tenido que indemnizar a las víctimas del 11-M, precisamente por no haber considerado el tribunal que tuviera participación en el atentado. Fue detenido el 19 de marzo de 2004 y fue condenado a 10 años de prisión, por lo que ya ha cumplido íntegra su condena.

¿Qué papel jugó Zouhier en las investigaciones del 11-M? Pues todo apunta a que el de simple intoxicador. Confidente de la Guardia Civil desde por lo menos 2001, se ganaba la vida, entre otras cosas, infiltrándose en bandas delincuenciales. Participó en el atraco a una joyería en Asturias el 18 de septiembre de 2001, como miembro de una banda de aluniceros, y pasó algunos meses en la guandoca de Villabona a raíz de aquel atraco.

La figura de Zouhier ayudó a explicar, durante el proceso de construcción de la versión oficial del 11-M, cómo se habría puesto en relación el exminero (y también confidente) Suárez Trashorras con los camellos marroquíes a los que se atribuyó la matanza: proporciona el lazo de conexión sin el cual resultaría difícil de explicar qué relación tenía entre sí la "trama asturiana" con los "Jovenlandess de Lavapiés".

Durante las investigaciones y el juicio, Zouhier no perdió ocasión de lanzar siempre el mismo mensaje: "¡Yo avisé a la Guardia Civil, pero no me hicieron caso!". Un mensaje sugerente, porque apuntaría a monstruosas negligencias o a ocultas complicidades que habrían "dejado hacer". Pero un mensaje que no era sino una hábil intoxicación, destinada a consolidar entre la opinión pública la idea de que efectivamente hubo un transporte de explosivos desde Asturias.

Muchos recordarán a este confidente policial por su papel en el juicio del 11-M. Fue llamado al orden en varias ocasiones por el juez Javier Gómez Bérmudez, una de ellas por declararse "súper inocente". Su abogado, Antonio Alberca, explicaba después que "en este juicio" declararse "inocente no basta". El abogado decía entonces que su cliente "no tiene una deuda con la sociedad" sino que "es la sociedad la que tiene una deuda con él" y que "gracias a personas como Rafá Zouhier podemos dormir tranquilos".

Durante el juicio sus enfrentamientos verbales con Gómez Bermúdez y el fiscal Javier Zaragoza fueron constantes. En su declaración Zouhier sostuvo que "si hubiera tenido algo que ver con los atentados" de Madrid "no me hubiera ido de fiesta" el día 10, el 11 de marzo de 2004 y hasta "el 14-M", y reiteró que él lo único que hizo "fue avisar gratis" del tráfico de explosivos.
 
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