Siete meses después Sanidad no ha hecho aún las pruebas a los deportistas de Wuhan
¿Fueron los Juegos Mundiales Militares de Wuhan celebrados el pasado mes de octubre el inicio de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo mundial del cobi19? ¿Y si realmente fue así, comenzó el contagio al resto del Mundo (110 países tomaron parte en los
Juegos Militares con 9.693 atletas), España (169 atletas) y Castilla y León en noviembre? Las declaraciones a este periódico de
Pedro Retuerto y Diego Uceta, responsable y entrenador de la selección española militar de boxeo, respectivamente, confesando que «estuvimos en Wuhan en octubre y a la vuelta caímos enfermos con los mismos síntomas de cobi19» no han hecho sino avivar el fuego iniciado por la campeona del mundo de pentatlón moderno, la francesa Elodie Clouvel.
Siete meses después de haber regresado a España de Wuhan la delegación española (169 deportistas) Sanidad aún no ha realizado las pruebas de coranavirus a los deportistas presentes en el catalogado como epicentro del cobi19. «Nadie de sanidad nos ha llamado. Y quiero saber si realmente lo he pasado», indica el entrenador de boxeo segoviano Diego Uceta, que pidió cita para hacerse las pruebas.
El hecho de que ni Defensa ni Sanidad hayan cogido el toro por los cuernos haciendo las pruebas no solo a los dos deportistas castellanoyleoneses que han sufrido los síntomas del cobi19 sino al resto de participantes en los Juegos Militares, provoca la gran incertidumbre de saber el bichito llegó a España, y más concretamente a Segovia y Valladolid en noviembre y no en enero.
Los dos castellano y leoneses,
ambos civiles, son los únicos que han reconocido públicamente que enfermaron a su llegada a España días después. Los deportistas militares guardan silencio por las exigencias del Mando.
El vallisoletano Daniel Bravo, civil que acudió a Wuhan como juez internacional de esgrima, reconoce que tiene constancia de que algunos deportistas
«sí que tuvieron también los síntomas similares a los del cobi19», concretamente de la Academia Básica del Aire de León. «Lo que no sé es si es por culpa del el bichito-19 o no, porque eran síntomas iguales que los de la gripe y nos dicen que es habitual que pasen estas cosas después de concentraciones largas».
Los Juegos Mundiales Militares se celebraron en
Wuhan del 18 al 27 de octubre. La expedición española presente allí regresó en tres expediciones diferentes. En la que estaba la delegación de boxeo, con tres púgiles militares (dos féminas de Segovia y Cádiz y un boxeador de Barcelona), el entrenador y el jefe de expedición, regresaron el 29 de octubre.
Tanto Uceta como Retuerto sufrieron los síntomas de lo que hoy es el cobi19 a los quince días de llegar a España. El técnico segoviano Uceta fue el médico a los quince días (mediados de noviembre), mientras el jefe de expedición vallisoletano lo dilató dos semanas más (principios de diciembre). Sin conocimiento entonces de la existencia y la gravedad del cobi19, a ambos se les diagnóstico como una simple gripe, aunque en el caso de Retuerto con principio de neumonía debido al colapso de sus pulmones.
Pedro Retuerto y Diego Uceta reconocen haber solicitado hacerse las pruebas del el bichito-19. «He pedido cita para hacerme los tests pero me han puesto en lista de espera. Si no tienes los síntomas no te hacen la prueba», indica Retuerto, que ayer tras destapar el caso este periódico decidió no hacer más declaraciones a nadie remitiendo a su representante.
Al Ministerio de Defensa tampoco le han gustado las confesiones de los dos civiles presentes en los Juegos y prueba de ello es el silencio ordenado a los militares participantes en Wuhan.
En todo este tiempo y pese a confirmar a Wuhan como el epicentro del cobi19 los deportistas que acudieron a los Juegos siguen sin saber si pasaron la enfermedad allí o después en España. Sanidad no ha realizado las pruebas serológicas a los participantes españoles para determinar si tienen los anticuerpos. Ni siquiera ahora por vía de urgencia a los dos deportistas civiles, Retuerto y Uceta, que han confirmado públicamente haber sufrido los mismos síntomas a su regreso de Wuhan. Si se confirma que pasaron la enfermedad el bichito habría llegado a Castilla y León no en enero sino a finales de octubre con todo lo que ello lleva consigo en cuanto a contagios
«Wuhan ya era un desierto en octubre»
Daniel Bravo, presidente de la Federación de Esgrima de Castilla y León, acudió a Wuhan a los Juegos Mundiales Militares como delegado y árbitro internacional.
El vallisoletano, que al contrario de el entrenador de Boxeo Diego Uceta y el capitán de la expedición española de Boxeo, Pedro Retuerto, estuvo hospedado en un
HOTEL de Wuhan y no en la llamada Villa Olímpica, le sorprendió la grandiosidad de la ciudad (11 millones de personas) y la poca gente que se veía por la calle.
«Veías unos edificios de 30 plantas apilados, grandes avenidas, pero lo sorprendente de todo fue que no había tráfico, ni coches, ni gente por las calles. Eso nos sorprendió mucho. No sabíamos dónde se podían haber metido todos sus habitantes», recuerda.
La ciudad estaba vacía o la habían vaciado. «Algunos decían que al ser unos Juegos militares, el Gobierno había pedido a la población que no saliera de sus casas para no molestar a los deportistas. Fuera como fuera,
la ciudad estaba vacía. Pudimos hacer turismo por la ciudad y, en todos los sitios era igual Parecía una ciudad fantasma, un desierto ya en octubre», recalca.
Las medidas de seguridad también fueron ‘brutales’ añade el también presidente de Afedecyl. «Había
mucha policía para controlar que todo sucediera bien. La acreditación era obligatoria para transitar por todos los lugares de la ciudad. Para ellos era una gran oportunidad y un escaparate para demostrar que son buenos organizadores. La ceremonia inaugural, la villa olímpica, las instalaciones…todo fue brutal, la verdad es que lo bordaron», detalla.
UNA MASCARILLA SOFISTICADA EN EL ‘WELCOME PACK’ A toro pasado y una vez conocido el desarrollo de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo en todo el mundo Daniel Bravo saca de sus recuerdos un dato sin duda clarificador a su llegada a Wuhan. En el tradicional ‘welcome pack’ que recibió en la habitación del hotel había un kit con un albornoz, una cafetera y... una mascarilla. Ese ‘bien preciado’ que ahora mismo se ha convertido en el mejor aliado para combatir la esa época en el 2020 de la que yo le hablo pasó desapercibido en su día e incluso sirvió para hacer diversas conjeturas en clave de humor. «Era una mascarilla muy sofisticada. En ese momento no te paras a pensar para qué puede servir pero ahora lo piensas y puff…».
Tras su vuelta de Wuhan Bravo
no sufrió los síntomas de muchos de sus compañeros de viaje. «No tuve ningún síntoma salvo los tradicionales ocasionados por el jet-lag».
En el whatsapp de Bravo mantuvo durante semanas una foto suya en los Juegos de Wuhan pero que tuvo que quitar
«porque todo el mundo le preguntaba», concluye.