Si me permitís una digresión... En Facebook un aficionado al baloncesto se ha montado una lista de los mejores jugadores españoles de la Historia. Por las reacciones y comentarios se nota mucho que están muy idolatrados Epi, Corbalan, Fernando Martín y toda esa generación.
Da para estudio psicológico y sociológico:
1) Sesgo psicológico de que lo que paso en mi infancia es mitológico y todo lo posterior es una degeneración.
2) Fenómeno sociológico: Los jugadores más idolatrados no fueron los mejores ni los más exitosos sino los que vivieron una época de mucho baloncesto televisado en abierto, sin internet, con pocos canales de televisión, mercado cautivo.
No sabía en qué hilo comentar esto.
Corbalán estaba uno o dos escalones por debajo de un jugador muy similar que era su inmediato predecesor, Carmelo Cabrera. Se apreciaba en Corbalán su talante responsable y capitanil, en la cancha y en el banquillo, tanto en el Madrid como en la selección, y su capacidad para elegir los momentos. Pero no era un gran atacante, no era un gran defensor y cuando las cosas se ponían realmente mal, en esos momentos en los que se la tiene que jugar el base, aunque elegía bien el momento, muchas veces le faltaba precisión.
Cabrera en 1983-1989, la época dorada del baloncesto español en la TV, estaba casi retirado en Canarias y salía poco en la tele. Las veces que lo vi me seguía pareciendo superior a Corbalán, aunque hay que reconocer que Corbalán era, en conjunto, superior a los otros grandes bases de los 80, Solozábal, Jofresa, Creus. La explosión de Creus fue tardía.
Epi era un jugador muy bien adaptado al baloncesto de 1978. Tenía una rutina de amago, penetración y tiro desde 4,5 metros efectiva y difícil de parar si lo estaba defendiendo un tío de 1,90 raspado, que era lo más normal entonces, y muy poco más. No era un gran tirador de 6 metros, no era un gran defensor. No era un pasador. Era una medianía polivalente. En el baloncesto actual sería lento y torpe.
Yo creo que Martín habría dado para jugador histórico FIBA. Se estaba planteando irse a Italia a jugar "de americano" en un equipo de allí y que la prensa lo dejara un poco en paz. Le habría ido estupendamente.Tenía sus limitaciones jugando de 4 pero en Europa un cinco bestia parda de 2,04 era perfectamente factible.
Uno que empezó muy prometedor y se quedó en nada fue López Iturriaga. Con 1,97, experiencia jugando de pívot y mucha velocidad era un arma muy efectiva en los esquemas de Lolo y de Díaz Miguel, aquellos míticos contraataques, pero lo mismo: poco tiro, insuficiente defensa, poca concentración.
El baloncesto español daba para lo que daba. En los 1960, 1970, iba, competía, echaba ganas y seriedad y solía quedar quinto o sexto en Europa y séptimo u octavo en Mundiales (o no iba) pero en los 1980 hubo una ventana temporal en que equipos clásicos como Francia, Checoslovaquia, incluso Polonia, dieron un bajón, y Grecia aún no había dado una hornada competitiva. Así que con sólo cuatro equipos importantes en Europa, URSS, Yugoslavia, Italia y España, la posibilidad de pillar medalla en un europeo era alta y la de pillar medalla en un mundial empezaba a existir (a un mundial solían ir entre tres y cuatro equipos europeos). Y eso es lo que pasó. Se empezó a pillar medalla en mundiales (1982) y el público y los medios se volcaron con el baloncesto para en parte enjugar la decepción del Mundial de fútbol.
Veo posible también ingeniería social sociata. El fútbol era un búnker del régimen anterior, Porta, Plaza, los presidentes, y la quiniela no era un juego tan rentable para el PSOE como la Primitiva y la ONCE, así que convenía rebajar la presencia del fútbol en la cultura popular. El baloncesto era ideal para eso.