Yo acuñé la frase de que la abogacía no es un oficio, es un estilo de vida.
Con un volumen bajo de asuntos te quemas porque la profesión exije mucho y te ves malviviendo con los 800€. Pones la tele y eso se lo pagan a cualquier matao que cobre el ingreso mínimo vital, o cualquier orate cobra un smi de 1.100 con responsabilidad cero.
Con un volumen alto de asunto ganas algo más, sí, pero vives con la mandíbula desencajada y enganchado a pastillas, alcohol, tabaco o cualquier cosa que uses para apiolar el estrés. Echas las 12-15 horas al día largas. Duermes mal...
Y si... En cualquiera de los dos casos, todo el mundo cree que cagas billetes y que eres una deidad. Cuando una cajera del Mercadona tiene más calidad de vida que tú (y si me apuras, sueldo).
Los que se lo montan bien son compañeros como tú. Que tienen un negocio (inmobiliaria etc) o una placita de secretario de ayuntamiento. Se calzan sus 4.000 en 14 pagas y compaginan con la abogacía, aceptando solo asuntos que les molan o les dejan cuartos sin matarse. Por supuesto insensateces las justas, al primer signo de pesadez por parte del cliente sale echando chispas.
Tienes toda la razón. Leyendo tu post me doy cuenta de que creo que no me he equivocado en como he enfocado mi vida. Mi problema es que tengo idealizado el mundillo de los abogados de cierto nivel, al que probablemente me hubiera costado mucho llegar.
Cuando de higos a brevas he tenido que pisar un juzgado , me da cierta envidia como se mueven con soltura los compañeros con sus togas y carteras de cuero, mientras yo, despistado por naturaleza , tengo que ir preguntando y viendo caras de ardor de estomago en los funcionarios.
Esta idealización también se da en sentido inverso; un compañero de carrera, acabó siendo director jurídico de una empresa multinacional muy importante, y un buen día decide que lo deja todo y se monta una casita rural en el norte de España. Después de unos años se quema y decide regresar a su vida anterior, pero cerca de los 50 tacos ya todo es más estropeado y nunca conseguirá un puesto como el que dejó, y tendrá que seguir tragándose pardoes que ni le van ni le vienen. Me cuesta mucho entender todavía porqué dejó esa seguridad por algo nuevo e incierto, pero el caso es que lo hizo.
Otra ventaja del ejercicio que idealizo es que con cualquier asunto puedes minutar una cantidad decente y más si hay recursos , etc , aunque nadie te garantiza el cobro desde luego. Yo he cobrado buenos honorarios en algún asunto pero al cabo de varios años , pues nunca he presionado a mis defendidos a que me adelantasen mucho dinero hasta obtener resultados. Pero veo que compañero que para cualquier tontería pide una provisión de fondos de 2.000 euros y ni se inmuta.
Yo excepto cuando terminé la carrera he sido autónomo, a veces he tenido pasta y otras ni para gasolina , pero al llegar a la cincuentena pegué un pelotazo merecido , me compré una finca , vendí mi piso de Mandril y alquilo en un parque natural suites de calidad a guiris sobre todo, en medio del campo . He invertido mucha pasta, pero ahí esta, tangible y fijo mis tarifas . El resto de mi tiempo a la agricultura orgánica , me saco un buen sueldo y aunque no es fácil ahorrar debido al mantenimiento y gastos , también lo disfruto yo.
Pues eso, en resumen, tengo el título para adornar una pared y les seguiré pagando a la mafia colegial por la falsa sensación de seguridad de un carnet de ejerciente. Sí, me podeis llamar iluso.
Doy gracias a Dios todos los días y solo aspiro a vivir tranquilo .Pago a gusto un buen seguro médico , alimentos de primera calidad y me la pela el coche ultimo modelo y los viajes exóticos. Vivo día a día, como Rambo.