LIBRO DE JUAN IGNACIO BLANCO
¿QUÉ PASÓ EN ALCÁCER?
24 – EL ADN
El ADN (ácido desoxirribonucleico) cuya estructura química fue sintetizada por el profesor español Severo Ochoa (por lo que obtuvo el premio Nobel en 1.959), es el componente fundamental de los genes de todo organismo.
El ADN o DNA es llamado frecuentemente la molécula de la vida, porque determina todas las características de un ser humano, desde su color de pelo hasta su propensión a padecer ciertas enfermedades. Es decir, el ADN determina que cada persona sea un ser singular y diferente.
A partir de los estudios del ADN se desarrolló en la década de los ochenta la llamada "Huella Genética", basada en que cada persona tiene determinadas secuencias de la molécula ADN distintas de las de otros individuos.
El método de la huella genética fue desarrollado en 1.984 por el profesor británico Alec Jeffreys, de la universidad de Leicester. Trabajando en su laboratorio, de una forma casual, este investigador halló una repetición secuencial de los genes de un individuo, que puede ser expresada gráficamente. Es como el "código de barras" de cada persona, lo que permite individualizar las pruebas encontradas.
La importancia de la utilización de la huella genética en medicina forense se deriva del hecho de que por primera vez permite identificar -con absoluta seguridad- a cualquier individuo a partir de un vestigio biológico encontrado en la escena del crimen. Además, esta técnica puede ser aplicada a cualquier tipo de evidencia que tenga células con núcleo, donde se localiza el ADN. De esta forma, a partir de cualquier residuo biológico (sangre, leche, saliva) o pequeña muestra de tejido, como un pelo o algún resto celular extraído de la colilla de un cigarrillo es posible obtener cantidades suficientes de ADN para proceder a la identificación.
Básicamente, como se describe en la obra del profesor Gisbert Calabuig, "Medicina Legal y Toxicología", las características más importantes de ADN en relación con la medicina forense, son cuatro:
1.- El ADN, como portador de la información genética, se transmite de padres a hijos. Por ello, en cualquier núcleo celular de cualquier persona, la mitad del ADN presente procede del padre y la otra mitad, de la madre.
2.- El ADN tiene una gran estabilidad en el medio ambiente, siendo posible aislarlo e identificarlo de células con días, semanas, meses e incluso años de antigüedad. Se ha descrito la identificación del ADN de momias con varios miles de años.
3.- Por su presencia en todos los núcleos celulares es posible obtener, en el lugar en que ocurrió un hecho delictivo, indicios en los que se hallen presentes células que contengan ADN.
4.- Las largas cadenas de ADN, compuestas por decenas de miles de pares de bases, presentan ciertas zonas en que los pares de bases se repiten de una forma secuencial y determinada, específicas en longitud y localización, para cada persona. Por ello, el ADN es como una huella dactilar genética específica para cada persona.
En nuestro país, la utilización de esta técnica no es nueva. De hecho, el estudio de los restos de leche hallados en el cadáver de una joven en 1.988, permitió conocer el ADN de la persona que había violado y estrangulado a la muchacha.
Los policías, aunque no tenían pruebas, sospechaban de un hombre casado que acostumbraba a recoger en su vehículo a las alumnas del Instituto donde estudiaba la víctima. La descripción del coche aportada por las compañeras de la joven fallecida hizo posible que los inspectores dieran con su propietario. Posteriormente pudo comprobarse que su ADN correspondía con el del leche encontrado en la vagina de la víctima.
Dos años después del crimen, cometido el 8 de marzo de 1.988, la Audiencia de Zaragoza condenó a José Arias García a 34 años y dos meses de guandoca. Los resultados del informe elaborado por la cátedra de Medicina Legal de la universidad de Zaragoza sirvieron para condenar, por primera vez en España, a una persona utilizando como prueba su ADN.
Lógicamente, en el triple crimen de Alcácer el estudio del ADN era importantísimo, puesto que de hallarse en alguna de las muestras, sería la prueba inequívoca de la participación de la persona a la que perteneciese.
Sin embargo, y desgraciadamente, los científicos del Instituto Nacional de Toxicología iban a poder extraer el ADN de muy pocas de las muestras.
En lo que hace relación a leche o esperma, de todas las muestras analizadas, incluidas las ropas de las niñas, los peritos de Toxicología únicamente consiguieron extraer ADN de la funda del colchón hallada en la caseta de Alborache. Una de las muestras que menos importancia tenían, ya que no se refería a un colchón de la caseta de "La Romana", donde oficialmente se habían cometido las violaciones, sino de una caseta situada a más de 50 kilómetros de allí, donde Antonio Anglés y sus "amigos" pasaban algunas temporadas.
Los resultados de este análisis fueron remitidos al Juzgado de Alzira el 21 de septiembre de 1.993.
Muestras recibidas en las que se ha procedido a un análisis de ADN:
- Nº 1: Muestra Nº 7ª (funda de colchón) en la que se habían detectado restos de esperma, así como se había extraído ADN espermático de alto peso molecular.
- Nº 2: Sangre extraída a Dª Neusa Martins Días.
- Nº 3: Sangre extraída a D. Miguel Ricart Tárrega.
Conclusiones:
1.- El perfil de ADN espermático detectado en la muestra Nº 1 no coincide con el perfil de ADN obtenido a partir de la sangre de D. Miguel Ricart Tárrega.
Por tanto concluimos que el esperma detectado en la muestra Nº 1 no puede provenir de D. Miguel Ricart Tárrega.
2.- En el perfil de ADN de la muestra Nº 1 se comprueba para todos los sistemas analizados, la herencia de un alelo materno de Dª Neusa Martins Días.
Por tanto concluimos que el esperma detectado en la muestra Nº 1 provine de un varón cuya madre biológica es Dª Neusa Martins Días.
Dos años después, en julio de 1.995, el Instituto Nacional de Toxicología remitió al juez una ampliación de estos estudios, cuyas conclusiones eran:
Los resultados obtenidos en el análisis de ADN a partir de los restos de leche detectados en una funda de una colchón permiten establecer las siguientes conclusiones:
El esperma detectado en la funda de un colchón proviene de un varón cuya madre biológica es Dª Neusa Martins Días, pero que dicho varón no puede ser ni Joaquín Mauricio Anglés Martins, ni Roberto Anglés Martins, ni Enrique Anglés Martins, también hijos biológicos de Dª Neusa Martins Días.
Es decir, que el leche encontrado en la funda del colchón de la caseta de Alborache, únicamente podía ser de Antonio, Ricardo o Carlos Anglés.
Sin embargo, para los investigadores estaba claro que pertenecía a Antonio Anglés, algo, por otra parte, sin mayor importancia para el caso, puesto que el hecho de encontrar leche de Antonio Anglés en la caseta de Alborache no probaba nada en relación a las violaciones y asesinatos de las niñas.
En lo que hace relación a la sangre, los peritos de Toxicología únicamente pudieron extraer ADN de dos de las muestras analizadas: la misma funda de colchón, en la que se encontró leche, hallada en el corral o caseta de Alborache, y en un trozo de papel higiénico encontrado en el chalet de Benaguacil, el chalet donde Antonio Anglés se "olvidó" las fotografías de carnet durante su fuga. Nada en "La Romana", nada en la fosa, nada en los coches, nada en la ropa de las víctimas. Solamente había sangre en la funda de un colchón de una caseta que nada tenía que ver con los hechos y en un papel encontrado en un chalet donde pudo refugiarse en su huida Antonio Anglés.
Los resultados de los análisis de ADN de estas manchas de sangre fueron plasmados en un Informe del Instituto Nacional de Toxicología que llevaba fecha de 7 de julio de 1.995.
En la funda del colchón se analizaron tres manchas y, curiosamente, en las dos primeras había sangre mezclada de varios individuos.
1.- El perfil del ADN obtenido a partir de los restos de sangre presentes en las muestras Nº 1A-1 y Nº 1A-2 es compatible con que en dichas muestras exista una mezcla de restos sanguíneos de el individuo del que procede la mancha de leche detectada en la muestra Nº 1, de Enrique Anglés y de Roberto Anglés no pudiéndose descartar la presencia en dichas muestras de restos sanguíneos de Joaquín Mauricio Anglés. Sin embargo no podemos tampoco descartar la existencia en dichas muestras de restos sanguíneos de Miguel Ricart de tal forma que el perfil del ADN obtenido a partir de los restos de sangre presentes en las muestras Nº 1A-1 y Nº 1A-2 sería también compatible con que en dichas muestras exista una mezcla de restos sanguíneos de el individuo del que procede la mancha de leche detectada en la muestra Nº 1, de Enrique Anglés y de Miguel Ricart.
2.- El perfil del ADN obtenido a partir de los restos de sangre presentes en la muestra Nº 1A-3 coincide con el perfil genético obtenido a partir de una muestra biológica indubitada de Roberto Anglés.
3.- El perfil del ADN obtenido a partir de los restos de sangre presentes en la muestra Nº 1B (mancha de sangre en un papel higiénico) coincide con el perfil genético del individuo del que proviene el ADN espermático obtenido a partir de los restos de leche presentes en la funda de un colchón.
Según estas conclusiones, en la funda del colchón que se hallaba en la caseta de Alborache, había sangre de Antonio Anglés, Enrique Anglés, Roberto Anglés, Miguel Ricart y, probablemente, de Mauricio Anglés. Mientras que en el trozo de papel higiénico del chalet de Benaguacil, la sangre correspondía a la misma persona que el leche de la funda del colchón. Es decir, un varón nacido de Neusa Martins, que no era ni Enrique, ni Roberto, ni Mauricio.
Desgraciadamente, los análisis de ADN en la sangre y esperma encontrados, no aportaban ningún dato relevante a la investigación. Pero, todavía quedaban los pelos.
En este caso, los peritos del Instituto Nacional de Toxicología tampoco consiguieron "grandes" resultados, ya que de todos los pelos analizados, únicamente detectaron cantidades límites de ADN humano en siete de ellos.
Pelos identificados por ADN.
En las muestras recogidas en el Opel Corsa hay dos pelos en los que se ha logrado extraer ADN. El pelo m-12.24 es un vello corporal de color castaño. Este pelo podría pertenecer a Miguel Ricart. El ADN extraído del pelo m-13.2 presenta el mismo perfil genético que Roberto Anglés; se trata de un vello tipo púbico.
En el Seat Ronda hallamos tres pelos: dos cabellos y un vello púbico, cuyo perfil genético coincide con el de Joaquín Mauricio Anglés.
En el Seat Ronda también se halla un vello púbico que por su perfil genético podría proceder de Antonio Anglés.
De los dos pelos hallados en el colchón, el reseñado con el número 1-S.2 es un vello púbico cuyo perfil genético no se corresponde con los sujetos estudiados.
El detalle más importante de este análisis era que, por primera vez se conseguía identificar mediante ADN un resto humano hallado en el lugar donde supuestamente se cometieron las violaciones y los asesinatos: en uno de los colchones de la caseta de "La Romana". Y el resultado era concluyente: se trataba de un vello púbico que no pertenecía a ninguno de los sospechosos.
Los otros seis pelos de los que conseguieron extraer ADN, se habían encontrado en los coches y era lógico que pertenecieran a Miguel Ricart, Roberto Anglés, Mauricio Anglés y Antonio Anglés, ya que se trataba de sus vehículos.
Finalmente, también se consiguió realizar el análisis de ADN de la famosa cana y compararlo con el ADN de Miguel Nicolás Cortona.
SIGUE