Al final las tías esas y los forchaneros son las 2 caras de una misma moneda.
Las unas rodeadas de gatos, los otros rodeados de bolsas de Doritos.
Las unas adictas al Tinder, los otros adictos a internet y a los foros.
Ellas soñando con el príncipe azul rico y modelo que nunca llega. Ellos soñando con la esposa tradicional y dulce 30 años más joven que nunca llega.
Y todos ellos muriendo solos sin hijos y sin formar familias, con sus cadáveres descomponiéndose en la soledad de sus apartamentos, el de ellas devorado por los gatos, y el de ellos por los insectos de sus platos acumulados con restos de pizza.