Ahí el problema es que los propios políticos están atrapados, si se generarse una expansión urbana enorme y rápida en Madrid, por ejemplo, se hundiría el valor de las periferias más próximas al centro y eso hay poderosos intereses que no quieren que ocurra, desde grandes propietarios societarios a la propia banca, que tiembla siempre ante la perspectiva de caídas en las valoraciones.
De hecho estamos viendo la bajísima velocidad a la que se ejecuta toda la expansión en el SE y E de la ciudad y eso es para mantener tenso el mercado e ir vendiendo con buenos márgenes.
Dado el atraso en creación de parque residencial que tienen tres o cuatro zonas concretas del país, quizá sólo la promoción pública masiva, o con avales públicos a cambio de precios definidos a largo plazo, podría lograr algo (modelo Viena).