Es verdad que las niñas de Alcàsser estuvieron 75 días desaparecidas.
Es verdad que las circunstancias de su desaparición no resultan seguras al 100%.
Es verdad que los cuerpos que aparecen en la fosa de La Romana son de ellas.
Es verdad que fueron violadas, torturadas y asesinadas.
Es verdad que la diligencia de levantamiento de cuerpos tuvo varias deficiencias.
Es verdad que el día del hallazgo de los cuerpos hubieron varias "casualidades" que levantan sospechas a muchos.
Es verdad que se hallaron varios trozos de papel que fue la pista decisiva para acudir al domicilio de Catarroja de la familia Anglés.
Es verdad que se detuvo en el mismo días del hallazgo a varias personas en casa de la familia Anglés.
Es verdad que Miguel Ricart realizó varias declaraciones, a cuál más creíble o increíble.
Es verdad que se sospecha de Antonio Anglés a partir de las declaraciones de Ricart, pero la ausencia de pruebas materiales hace dudar.
Es verdad que Miguel Ricart realizó declaraciones que coincidieron en el tiempo con la realización de las autopsias, corrigiendo las anteriores.
Es verdad que durante las autopsias la policía realizó grabaciones de las mismas.
Es verdad que durante las autopsias se realizaron prácticas que fueron criticadas por el responsable de las segundas autopsias.
Es verdad que nunca se realizó una reconstrucción de los hechos que confirmara o refutara la o las versiones de Miguel Ricart.
Es verdad que el juicio oral contra Miguel Ricart se realizó con todas las garantías judiciales, a falta eso sí de algunas pruebas que se negaron.
Es verdad que Miguel Ricart se prestó voluntariamente a realizar análisis de pelos y de sangre para cotejar con el ADN mitocondrial encontrado.
Es verdad que, por ahora, no hay pruebas materiales, biológicas u otras de la participación de Miguel Ricart, aún así se le condenó a 170 años.
Es verdad que Miguel Ricart salió de prisión a finales de 2013, al cabo de unos 20 años de prisión, por la aplicacion de la doctrina Parot.
Es verdad que se sospechó que Antonio Anglés embarcó como polizón en Lisboa, pero la ausencia de pruebas materiales hace dudar.
Es verdad que este caso tiene una singularidad: hoy por hoy no permite cerrar conclusiones, ni para los partidarios de la versión oficial (que no tienen pruebas materiales contra Ricart ni de la presencia de Anglés en el City of Plymouth) ni para sus detractores (que no tienen pruebas materiales que señalen a otros sospechosos, más allá de perfiles de ADN que no se sabe, por ahora, a quien pertenecen).
Tal vez esa falta de cierre de conclusiones es lo que permite que el caso siga abierto y enquistado hasta que las pruebas materiales confirmen o refuten la versión oficial, sin que eso signifique que exista una verdad alternativa, que sería ignota en tanto en cuanto no se obtuvieran pruebas materiales sobre la misma. Por tanto, las pruebas materiales son y deben ser "la vara de medir" la verdad en este caso.
PD. Si alguien quiere seguir aportando datos objetivos para validar lo que sabemos que es materialmente real y no relato imaginario, adelante.