La bola de cristal sustituyó a Sabadabadá, que era lo que nos gustaba a los niños. Era tipo el Kiosco, con la fórmula de adultos que bajaban al nivel de los niños.
Lo presentaban Torrebruno y Sonia Martínez, uno cliente y la otra yonki, pero que no ejercían como tales en la pantalla, sino que vendían simpatía y entretenimiento.
Cambiar eso por la hez la bola, con gente comportándose como drojadictos de la calle, donde nadie entendía nada y que se sostenía por Los Monster y Alfalfa, una auténtica hez propia de orates para los que los niños eran un objetivo ideológico.
Estaría bien saber a cambio de qué le dieron al PCE ese programa.