Te voy a contar algo. Hace unos años, no muchos, el sátrapa jovenlandés nos pisó el callo, a España, tomando un islote de nuestra soberanía. Amén de soportar a los traidores patrios de turno (vascuences recogenueces, catalúficos supremacistas y rojerío subvencionado nuncatrabajador) tuvimos que ver cómo la OTAN se lavó las manos, cual Pilatos, y siguió callada, cual fruta. Nos dejaron solitos y el Aznar tuvo que lamerle el platanón al neցro que tenía de lugarteniente el Busch para que llamara al susodicho sátrapa y no nos la liara parda. Podríamos haberlo fostiado a base de bien nosotros sólos, pero la guano pacifista y rojista habría incendiado el país desde dentro. Así que, en resumen, fíate de la OTAN y no corras. Como te vean débil y el asunto se la refanflinfle al yanqui, te darán por el ojo ciego sin piedad.