De acuerdo, incluso los actuales chilangos probablemente tengan mas linaje tlaxcalteca que mexhica
Los purepechas tuvieron que ser una bofetada moral para el mexhica al comparar su brutal y sanguinaria religion con la del purepecha. No hay otra explicacion para el sadismo azteca, mas que una completa psicopatia esquizoide institucionalizada...
Hasta la segunda mas grande cadena televisiva se llama TV Azteca
Llevan casi 2 siglos haciendo creer a todos los que habitamos en este pais que nuestros ascendientes eran los antropófagos mexhicas
Como lo mencione, probablemente esto de traer a cuento el difunto imperio azteca durante los moivmientos independentistas fue visto como un simbolo de "resistencia" ante España y los españoles peninsulares...una especie de proto marxismo de su epoca
Considero que el mejor ejemplo de lo último que mencionas es Agustín de Iturbide, que también se apellidaba Arámburu. Él era un criollo hijo de padre vasco y de madre criolla pero de ascendencia vasca. Para él era un orgullo ser “vasco por los cuatro costados”. Sin embargo, a la Nueva España que independizó decidió llamarla Imperio Mexicano, porque consideraba que había una continuidad entre el difunto imperio azteca o mexica y el país que acababa de alcanzar su independencia. Dicha continuidad se había roto con la Conquista y el periodo virreinal, pero como España ya no gobernaba más, pensó en revivir en el siglo XIX aquel antiguo imperio caído en el XVI.
Esto es más notorio cuando se analiza el nombre
Imperio Mexicano, pues en aquella época la palabra
mexicano no denominaba a todos los habitantes de la Nueva España, sino a los nacidos en la Ciudad de México y territorios circundantes y a quienes hablaban náhuatl. O sea que alguien de Yucatán, Jalisco, Durango, Sonora o Texas no era mexicano (ni novohispano, porque este término es del siglo XX). En esta decisión de
mexicanizar todo el país influyó mucho el centralismo aún existente, que amplía todo lo mexicano a territorios que nunca fueron parte de la Triple Alianza (imperio azteca). Las Californias, Texas, Sonora, Chihuahua, Nuevo León, Sinaloa y Jalisco, entre otros, pasaron a ser
mexicanos sin considerar sus características locales y sus propias historias de conquista. Así, el mito fundacional mexica (el águila y el nopal) vino a plasmarse en nuestra bandera y la caída de Tenochtitlan el 13 de agosto de 1521 se convirtió en tragedia nacional, incluso en zonas de donde salieron las huestes indígenas de Cortés que destruyeron esa ciudad.
Esa mexicanización total ha sido nociva. Han echado a todos los pobladores de este país en un mismo saco, el de ser indios todos, sin considerar a los criollos, mestizos y castizos, tampoco a los descendientes de jovenlandeses, asiáticos y europeos no españoles que no tienen la menor mezcla. Desafortunadamente no faltan los acomplejados que se sienten indios sin serlo, sólo porque su piel es morena. Han dicho que Cuauhtémoc era “nuestro joven abuelo” sin que muchos, incluido indígenas, tengamos nada que ver con él. Dicen que México es el “país azteca” sin tomar en cuenta que los aztecas ya no existen y que hay numerosas etnias indígenas aún vivas. Han reducido toda la conquista del México actual a Cortés y la caída de Tenochtitlan, olvidando así la conquista de Yucatán, de Chiapas, de Michoacán, de Jalisco, de Querétaro, de Sinaloa, de Sonora, de Baja California y demás, que fueron posteriores a la caída de Tenochtitlan, algunas tan posteriores que se dieron después de la muerte de Cortés y se prolongaron hasta el siglo XVIII. Los mexicanos que no vivimos en los territorios de la antigua Triple Alianza y que tampoco nos identificamos con ese pasado, no tenemos por qué lamentar lo sucedido el 13 de agosto de 1521. Eso es cosa de chilangos. Ciudades capitales como Mérida, Puebla, Morelia (antes Valladolid), Guadalajara y Monterrey fueron fundadas por españoles después de 1521, así que no son ciudades aztecas.
Adjunto esta imagen para mostrar lo que abarcaba la Triple Alianza, un territorio considerablemente pequeño comparado con el México de hoy, ya no digamos el de 1821.