Primero que nada, los ingleses tenían buques más rápidos y maniobreros. Eran menos resistentes y con menos cañones pero mucho más ágiles, marinos muy veteranos que sabían sacarle partido a los barcos y oficiales agresivos que además tenían buena preparación.
En el lado franco español los problemas eran varios:
1) Indudablemente los mandos españoles eran tan o más capaces que los ingleses. Gravina, Cayetano, Churruca y compañía eran tipos cuyo profesionalismo y capacidad era reconocido incluso por la Royal Navy. Sin embargo el mando de la flota lo tenía Villenueve, un completo inepto... Lo que era peor es que la revolución de 1789 había despojado a la marina francesa de todos sus mandos competentes, despojándola de todo valor militar. En resumen los que debían estar a la cabeza porque eran los que sabían de guerra naval (los españoles) no lo estaban.
2) Una brutal epidemia de fiebre amarilla en 1802 había dado de baja de la suscripción de la vita a la mayoría de los marineros españoles, la armada española se vio forzada a reclutar literalmente cualquier cosa para poder sustituir esa merma. El resultado eran marineros mal entrenados y carentes de experiencia... En el lado francés no andaban mejor. Debido al bloqueo inglés la flota francesa apenas salía del puerto, por tanto los tripulantes no tenían experiencia maniobrando los barcos...
3) Barcos anticuados, mal dotados o simplemente mal mantenidos. Este problema afectaba sobre todo a la armada española la cual debido a problemas financieros no había podido renovar sus navíos, ni reparar los que ya tenía. A eso súmale que los navíos españoles eran en general navíos grandes, pesados, muy artillados... Y por tanto difíciles de maniobrar para marinos inexpertos como los que tenía la flota aliada.