La violencia "de baja intensidad", verbal y de la otra, de los pacientes hacia el personal sanitario en el Reino Unido es una de esas lacras extendidas que todo el mundo sabe pero nadie trata. El otro día se abrió un hilo sobre la aprobación de un protocolo en no recuerdo qué parte de las Midlands de "tarjeta amarilla-roja-fuera" para cortar los tratamientos de continuación a los pacientes más recalcitrantes (y yo visualizaba al típico viejuno british obtuso, desconfiado, faltón y manos largas), pero la peña del foro lo derivó hacia "el exterminio del varón blanco europeo por una conspiración judía" y esas cosas.
Todo el personal sanitario que ha trabajado en el R.U. habla de estas cosas y, sinceramente, no me imagino que haya un problema comparable en Alemania, donde los viejunos también son unos racistas y unos me gusta la fruta, pero hay otros valores.