Son muchas cosas juntas.
Primero, los españoles no se cotizan fuera. Poca gente quiere contratarlos. Y no tienen nivel competitivo. Primero por el pésimo nivel de idiomas, segundo por el pésimo nivel cultural, intelectual y profesional y tercero por ser los peores trabajadores que hay. Son mejores trabajadores todos, los nórdicos, los portugueses, los griegos, los rumanos, hasta los italianos son mejores trabajadores. La mala fama de los españoles (vagos, cutres, ignorantes, ruidosos, molestos, attentionwhores, informales, impuntuales, mentirosos, drojatas, problemáticos en general) son totalmente justificados.
Como mano de obra nadie quiere españoles habiendo tanta oferta, y en puestos medios lo mismo. Yo no tengo la menor duda de que los españoles son sarama y que te van a jorobar y te la van a liar sin aportarte el rendimiento y beneficios de otras muchas nacionalidades de gente más inteligente, madura, honrada, competente, etc.
Contratar españoles es de ser estulto, y eso es lo que se ve, que pocos, poquísimos españoles consiguen ganarse la vida fuera. Pasan años y no aprendemos el idioma cuando un neցro, jovenlandés, rumano te habla cinco idiomas y aprende uno nuevo en un mes. Son más espabilados todos,y mucho más dispuestos a trabajar y ser estables y ambiciosos. El español es flojo, el mundo entero lo sabe y la fama es justa y merecida.
En esas condiciones no suele florecer ningún arraigo, con puestos de trabajo de perfil bajo, sueldo psché, las nativas no quieren liarse con españoles y solo las españolas se lian con nativos pero españolas emigrantas hay muy pocas de verdad. Suelen ser universitarias que van a movidas a tiro hecho desde España con enchufe y novio local pagafantas instantáneo de apoyo donde vayan. No son representativas. España está llena de latinitas trabajando, pero las españolas antes muertas que sirviendo a guiris.
En esa vida de precariedad y mediocridad, los españoles no son felices fuera, y aparte de eso la mayoría no soporta la soledad y el no conectar con los nativos nunca por no hablar del todo el idioma. No se soporta la soledad unida a los bajos estímulos económicos y profesionales. Al final la gente se vuelve por todo eso.