Una civilizacion es una cultura que ha logrado acumular excedentes, excedentes que le permiten aumentar su poblacion, crear ciudades e iniciar una division del trabajo cada vez más compleja y el surgimiento de una élite política e intelectual. Eso es así en Creta, en Yucatán y en las junglas de Camboya.
El norte de Europa, en toda esta época y hasta bien entrada la Edad Media, hizo el papel de periferia colonial, fuente de materias primas y mercado para los excedentes mediterraneos. Eran tribus al borde de la subsistencia, sin ciudades ni apenas comunicaciones, carentes de una cultura escrita y por tanto, de historia y de filosofía. Eran los jovenlandeses de la Edad del Hierro, y como los jovenlandeses del XIX estas tribus recibían e iban adoptando la tecnología que les llegaba del Mediterráneo. Por eso te encuentras grabados rupestres en Suecia con barcos micénicos... y no al revés.
Anda, que ya debieron de flipar los pobres ubermenschen cuando vieron llegar la gran canoa llegada del sur.
Por eso la agricultura se difundio desde el Creciente Fertil hacia Anatolia y de alli a Europa. Por eso los noruegos escriben en alfabeto latino y hacen cuentas con guarismos arabes. Por eso los grandes filosofos alemanes se empapaban en los autores griegos. Por eso la religión del norte de Europa es una rama del judaísmo, traducida al gusto de los griegos e impuesta por un emperador romano, Teodosio. Por eso el festival de teatro romano de Merida se celebra en un teatro imponente, de dos mil años, mientras los daneses cuando quieran hacer un festival de teatro vikingo tendrán que sentarse en el suelo, entre cuatro varas de avellano, y recitar escaldas.
Hasta el siglo XIV, al menos, la hegemonia demografica, tecnologica y cultural basculó según las épocas entre Egipto - Mesopotamia - Levante - Anatolia y, como mucho, Grecia e Italia.
Lo inexplicable es encontrarte un flipado que se apellida González, vive en Albacete y está empeñado en la cruzada de los germanos para superar su milenario complejo de inferioridad con delirios de superioridad racial. Ya hace falta ser pelota.