mildiez
Madmaxista
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Cinco de la tarde. Barrio Salamanca, en Madrid. Froilán y tres amigos de la 'pandilla' se dirigen a una reputada joyería entre gritos y malas maneras. Imagínense la escena. ¿Cuál es su problema? Un Rolex (se desconoce su procedencia) del que el hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar estaba convencido de que era verdadero.
El reloj dorado fue depositado en el mostrador por el 'cabecilla' del grupo (Froilán) que no dijo ni hola al entrar y se limitó a imponer su opinión ante sus amigos, que con esta bonita frase: "Anda tío, que no tienes ni astuta idea", llevaban la contraria al sobrino mayor del rey Felipe VI. Pero Froilán seguía en sus trece pese a la confirmación de la joyería de que no era auténtico. "Que este Rolex no es falso, que es bueno", insistía.
Los allí presentes, según Vanitatis, no daban crédito de lo que estaba sucediendo, ni de la actitud 'macarra' del clan de los chicos de alta alcurnia. "¿Es verdadero?", preguntó Felipe Juan Froilán al dependiente de la joyería. Tras pasar unos minutos en la zona de taller, el profesional acudió con el 'objeto del delito' anunciando que desgraciadamente era falso. "Pues vaya hez", espetó el más rebelde de la Casa Real. "Tío, hemos hecho el ridículo", balbuceaba otro de los jóvenes. Sin decir adiós se fueron tal como entraron por la puerta del comercio, sin ninguna educación.
Froilán la lía por un Rolex falso . El Correo
El reloj dorado fue depositado en el mostrador por el 'cabecilla' del grupo (Froilán) que no dijo ni hola al entrar y se limitó a imponer su opinión ante sus amigos, que con esta bonita frase: "Anda tío, que no tienes ni astuta idea", llevaban la contraria al sobrino mayor del rey Felipe VI. Pero Froilán seguía en sus trece pese a la confirmación de la joyería de que no era auténtico. "Que este Rolex no es falso, que es bueno", insistía.
Los allí presentes, según Vanitatis, no daban crédito de lo que estaba sucediendo, ni de la actitud 'macarra' del clan de los chicos de alta alcurnia. "¿Es verdadero?", preguntó Felipe Juan Froilán al dependiente de la joyería. Tras pasar unos minutos en la zona de taller, el profesional acudió con el 'objeto del delito' anunciando que desgraciadamente era falso. "Pues vaya hez", espetó el más rebelde de la Casa Real. "Tío, hemos hecho el ridículo", balbuceaba otro de los jóvenes. Sin decir adiós se fueron tal como entraron por la puerta del comercio, sin ninguna educación.
Froilán la lía por un Rolex falso . El Correo