Salvador Freixedo sobre el deporte organizado (Mundiales de fútbol, Olimpiadas...) y por qué es tan

AYN RANDiano2

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Estoy viendo el vergonzoso espectáculo sobre Madrid 2020, triunfalista para fulastres, con el que nos tortura TVE:

* Autobombo a tutiplén,
* Presentadores oligofrénicos riéndose como en un especial Disney.
* Escenografías en Madrid propias de función escolar en colegio de niños demorados mentales.
* Guión que me hace rechinar los dientes cuando mi cerebro decodifica la inacabable catarata de imbecilidades autocomplaciente.
* Plúmbeas conexiones con Buenos Aires con miembros del COI dando pesadísimos discursos estilo soviético en "Lengua de madera" propia un congreso del PCUS circa 1977.​

Es DE VERGÜENZA AJENA. TVE nos trata como a fulastres. El "especial Madrid 2020" es lo más idiotizante que he visto en TV en mucho tiempo.

Sufriendo esta cosa he recordado lo que dice Salvador Freixedo sobre por qué el "inexplicable" hecho de que un país quebrado pretenda endeudarse aún más para algo tan supérfluo.

El Sr. Freixedo afirma que las entidades (los "dioses") que de verdad gobiernan este mundo tienen un interés en idiotizarnos y en ponernos a todos juntitos en un estadio sintiendo todos los mismo (lo mismo que es más rentable al granjero tener a todas sus gallinas ponedoras encerradas en una granja concentradas en poner bemoles).

Cito "Defendámonos de los Dioses":

defendamonos-de-los-dioses-freixedo.jpg

Deportes

Fijémonos ahora en otro fenómeno universal que contraste grandemente con el que acabamos
de analizar: los deportes. La organización internacional de los deportes conlleva una enorme
cantidad de dificultades, precisamente por ser todo el tema competitivo en sí mismo. Pues bien,
nos encontramos con que los deportes tienen una organización internacional que ya quisieran para
si las mismas Naciones Unidas. Las directrices y órdenes emanadas del Comité Olímpico
Internacional o de la FIFA, por poner sólo dos ejemplos, son obedecidas mucho más
cuidadosamente que las condenaciones, embargos o resoluciones emitidas por las Naciones
Unidas, que con mucha frecuencia son rechazados por los países contra los que van dirigidos. La
enorme cantidad de preparativos y de gastos que conllevan unos Juegos Olímpicos, podría hacer
pensar que serían un obstáculo insalvable para su celebración. Y sin embargo, vemos con qué
regularidad cada cuatro años, todas las naciones del orbe, a pesar de estar enzarzadas en
innumerables disputas y hasta guerras, se dan cita en un lugar para competir en un sinnúmero de
deportes
.

Pero se me podrá preguntar ¿qué relación tienen los deportes con los dioses? o ¿en qué se
benefician éstos de su buena organización?

Recuerde de nuevo el lector lo que habíamos dicho que los dioses pretendían en primer lugar,
para lograr así lo que en último término buscan. Pretenden juntar a la gente y excitarla de alguna
manera para así obtener de una manera unificada la energía que emana de sus cerebros
. Imagine
ahora el lector un estadio un domingo a las tres o cuatro de la tarde, repleto de gente vociferando y
gritando hasta enronquecer, presos de la angustia o de la ira, si su equipo está perdiendo, y
exultantes de júbilo si su equipo gana. Y piense que a cuarenta o cincuenta kilómetros de distancia,
en la ciudad más próxima se está repitiendo el mismo espectáculo; y si pudiese remontarse hasta
14 Le recomiendo al lector, que lea o repase la larga Nota al pie de página, que se encuentra en el capítulo «La
Biblia, ¿palabra de Dios o inventos de los hombres?» de mi libro «Por qué agoniza el cristianismo». En ella encontrará
datos fidedignos que nos dicen que en la Era Secundaria ya había hombres como nosotros en el planeta; y si hemos de
ser consecuentes con lo que hemos hallado, probablemente antes, por mucho que la ciencia oficial se escandalice.

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una gran altura y tener una vista de águila, vería que en toda la nación, en ese mismo momento,
hay cientos de campos de deportes y de estadios repletos de gente vociferando con el mismo
entusiasmo. Y si se eleva aún más, verá que no sólo en su nación, sino en toda Europa hay miles de
campos llenos de gente exultante o aullante.
Lo mismo que las abejas o los abejorros se suspenden en el aire encima de la flor, masajeando el
néctar que ésta destila, nos imaginamos a estos invisibles seres meciéndose encima de los estadios,
con su característico balanceo, mientras «chupan» las sutilísimas radiaciones que en aquellos
momentos emanan de los excitados cerebros de toda aquella masa humana
. Y esto, domingo tras
domingo y año tras año, por encima y al margen de todas las crisis económicas, sociales o
políticas; y hasta por encima de las dificultades climatológicas ya que es cosa bastante frecuente,
que los partidos se celebren en días ventosos y con temperaturas bajo cero, o con los campos
encharcados y aun con nieve, como sucede en el fútbol norteamericano.

Cruzar los telones de acero y las complicadas aduanas que nos separan de los países
comunistas, no es cosa fácil; sin embargo, para el deporte no existen semejantes trabas, y lo que no
logran comisiones de comercio o culturales y grupos turísticos, lo logran con toda facilidad
equipos enteros de deportistas
, tanto en una dirección como en otra. Puede ser que el gran
confrontamiento bélico Rusia-Estados Unidos, estalle mientras se está celebrando una gran final de
baloncesto entre ambos países, en el Madison Square Garden; pero en ambas circunstancias, los
grandes beneficiados serán los dioses; y los ingenuos mortales, no haremos que seguir las normas
de conducta que ellos nos han trazado.

Piense por un momento el lector en la llamada «fiesta nacional» (y que conste que no soy un
enemigo de ella, sin ser tampoco un aficionado). ¡Qué estrategia genial de algún dios ibérico para
conseguir precisamente lo que todos ellos quieren!
Un coso abarrotado de seres humanos, apiñados y vociferantes, enardecidos por un lado por las
bravas embestidas del toro, y angustiados por otro, ante la posibilidad de una cogida mortal Cada
grácil quiebro del diestro genera una onda psíquica, gigante y rítmica, que sale de la plaza y se
eleva invisible hacia las alturas Y para rematar la gran faena que los dioses nos hacen, en el medio
del ruedo —como en un altar imponente— un hermoso toro! (¡exactamente igual al que los dioses
demandaban de sus adoradores de antaño!), soltando chorros de sangre caliente y entregando
violentamente en segundos toda su pujante vida al filo del estoque.
Los hombres jugando con el animal, y los dioses jugando con el hombre. Pero el hombre no se
da cuenta.

Para terminar este tema, insistiré en que practicar el deporte, es una cosa completamente
natural en los seres humanos; pero una tal organización tan perfecta y tan eficiente (en un mundo
tan desorganizado y en el que tantas grandes instituciones funcionan tan mal), que logra llenar
semana tras semana, infinidad de estadios, de seres humanos excitados, es algo que lo llena a uno
de muchas sospechas
.

WordPress.com

Cito de memoria algo que dijo más recientemente en un vídeo:

Lo único que funciona en todo el mundo es el deporte organizado. Un mundo azotado por las guerras, donde nadie se entiende con nadie es capaz de montar competiciones deportivas internacionales carísimas todos los años.

Una ciudad puede no tener agua corriente, pero un estadio jamás falta, y tanto las olimpiadas como el fútbol funcionan como un reloj, no importa que la gente pase hambre.

Quizás alguien pueda encontrar el vídeo en el que dice estas cosas: Está en Youtube. Uno para empezar:

[YOUTUBE]WHrCPl1PUJ0[/YOUTUBE]

Mi otro hilo sobre Salvador Freixedo:


Mis otros hilos sobre cosas olímpicas:


Randiano:

Tú pareces estar convencido (y además desde hace tiempo) que la humanidad es propiedad de seres sobrenaturales con intenciones perversas. Somos suyos y no podemos hacer nada.

La pregunta es ¿y cómo vives sabiendo eso?

Convencido, lo que se dice convencido no lo estoy al 100%.

Simplemente la teoría Arcóntica me parece altamente verosímil. Una "Hipótesis de Trabajo" que se revela más y más robusta según voy quemando décadas de mi existencia terrena.

La pregunta es ¿y cómo vives sabiendo eso?

Pues vivo...muy bien. Muy feliz y disfruto enormemente de la vida.

Ya lo expliqué en mis hilos sobre el OBOSC.

El primer requisito del humano racional es aceptar la realidad como es.

Y si la realidad es que somos animales de granja para los arcontes, pues hay que aceptarlo.

Por otro lado no puedo quejarme como animal de granja hipotético que soy: Me he ido zafando de muy diversas trampas y -pasado el ecuador de mi vida terrena- no me ha sucedido ninguna desgracia de esas que puedas evitar (atentado, guerra, asalto, expolio, miseria...)

Digamos que me considero un jabalí un poco más espabilado que los demás que ha descubierto el juego de los bípedos con escopetas y su rehala de cuadrúpedos ladradores, y que va eludiendo cacería tras cacería porque ha aprendido a leer las señales de que hay cacería:

1388783376_054319_1388785266_noticia_normal.jpg


Llevo varios años tratando de advertir (con muy limitado éxito) a otros jabalís, y aún no han venido los Hombres de neցro a matarme.

Y aún si viniesen...A es A, así es el mundo. Lucharía contra ellos y que ganase el más fuerte.
 
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