perdona si te he ofendido , no era mi intención (o si , pero en realidad te aprecio y retiro lo dicho).
Aceptadísimas
. Y que siga la fiesta, que la verdad es que estamos unos cuantos con ideas bastante distintas y (al menos para mi...) es enriquecedor.
mi intención era señalar que el paralelismo que haces entre buscar negociar, desde una posición de dominio, precios y condiciones con tus proveedores, empleados y distribuidores con ánimo de acumular títulos de propiedad mobiliaria e inmoboiliaria a tu nombre (capitalismo) no tiene nada que ver con negociar con tus hijos los horarios de llegada a casa. Es decir , el ejemplo no es aplicable.
tengo que salir, luego te leo
Pero...¿por qué posición de dominio? Es más, ¿qué significa posición de dominio? ¿Acaso no tiene un padre posición de dominio con sus hijos?
Creo que en general en España tenemos unas bases absolutamente ideologizadas de cómo funcionan las cosas. En tu caso, me permito intuir que seguramente no has tenido la experiencia de tener que hacer eso: negociar precios, condiciones, proveedores, compras, empleados...
Tienes la premisa de que hay uno que lo decide todo porque puede, y ya. Y no, las cosas no son así. Y te puedo decir que a mi me ha tocado negociar mucho mucho. Y modestia aparte, no se me da mal
Cualquier ingeniero estaría deseoso de trabajar en Google. Y sin embargo, Google paga extraordinariamente bien, un ingeniero medio puede estar ganando $150.000, y uno con responsabilidad el doble. ¿Cómo puede pasar eso? ¿Cómo puede ser que Mercadona pague mucho mejor que otras empresas?
Porque las negociaciones son muy poliédricas, tienen muchísimas vertientes. Si tu proveedor no gana dinero contigo, no te servirá bien. Si al empleado le pagas lo mínimo y lo tratas mal, en cuanto encuentre otra cosa mejor se irá, o cuando menos trabajará a disgutos. Hay otros valores que entran en la ecuación. Y la estabilidad, por ejemplo, es algo muy apreciable en una empresa. O la implicación, no se parece en nada un trabajador con la intención de trabajar duro que otro que a lo más quiere pasar desapercibido.
Y sí, sobre el papel (que luego no es así!) el mejor trato es aquel donde más ganas. En tu idioma, en el que uno 'abusa' más de los demás. Pero ojo, porque esos tratos tienen las patas muy cortas, y antes o después te dejan vendido y lo pagarás muy muy caro. No hay mejor trato que aquel en el que ambas partes ganan y se genera confianza.
Incluso con alguien que jerárquicamente esté por debajo tuyo es mil veces más funcional negociar cualquier aspecto del trabajo que imponerlo. Porque sí, se puede imponer cuando tienes esa posibilidad, pero TODO tiene consecuencias. La diferencia entre que alguien que tiene que estar alineado contigo lo esté a muerte, o te haga la cama a la mínima de cambio.
Pero claro, es siempre un quid pro quo; no esperes que un trabajador se lo curre, si no tiene posibilidades de ganar un sueldo digno o posibilidades de mejorar en su trabajo. Y no esperes tener una empresa exitosa con gente que va a pasar la tarde.
Y una frase de una película que no recuerdo el nombre, pero que se me quedó grabada: no se llega a ningún sitio haciendo enemigos. Si eres un empresario Paco que paga lo mínimo posible y maltrata a sus empleados, tendrás una rotación terrible y eso hará que tu empresa se descapitalice totalmente de know how y lo pagarás carísimo. Si maltratas a tus proveedores, te dejarán tirado cuando más los necesites. Si exprimes a tus clientes porque estás en posición dominante, en cuanto encuentren una alternativa te dejarán tirado.
Eso es lo maravilloso de la libertad, que puedas elegir tu estilo de hacer las cosas. Y si tienes un bar y te decides por la empleada vaga y gruñona que gruñe a los clientes, por ahorrarte los 300€ que te costaba de más la anterior que era dinámica y a la que adoraban los clientes, por supuesto que lo pagarás muy caro. Porque esa libertad es la que permite que las personas, las cosas y las empresas encuentren su valor real.
También en muchos casos las empresas, por ser pequeñas o por ser muy nuevas, simplemente no tienen posibilidad de pagar más. Ahí está la habilidad para atraer trabajadores o proveedores, asegurando de alguna forma un proyecto interesante y una capacidad de mejora cuando las cosas vayan mejor. Y he dicho 'asegurando', no prometiendo. Aunque esto hoy en día está muy muy difícil con la legislación actual.
Lo de la 'posición dominante' en el fondo es un cajón desastre donde proyectamos nuestras fobias. Y sí, claro que es lo mismo que cuando pasa con familia, pareja, amigos. Aunque en un momento puntual tengas que negociar algo con tu pareja, como no quieres jorobar la relación a largo plazo, lo vas a hacer con cuidado. Si te interesa, querrás ganar la negociación pero en ningún caso machacar a la otra parte. Igual que con tus hijos adolescentes, sabes que es ley de vida que quieran tirar de la cuerda, y aunque te pudieras negar en redondo, vas cediendo.
Todo eso parte de los axiomas de siempre. Empresario=malo, trabajador=bueno. Ricos malísimos, pobres buenísimos. Oprimidos y opresores. Y eso es una perspectiva de organización ideológica, no una realidad que sea efectiva en algo que tengas que hacer en tu trabajo el próximo miércoles.