Miss Marple
Más allá de la burbuja
...o más bien, de perspectiva.
Primero, lo obvio: estamos otra vez en la misma situación que en 2008, solo que esta vez en vez de bancos las quiebras inminentes en cadena son de países. Vamos a tener un otoño e invierno lleno de sobresaltos.
Segundo, las "buenas" noticias: al igual que en 2008, no se va a hundir el mundo, ni va a quebrar el sistema financiero global. En 2008, cuando el sistema financiero estaba al borde del abismo, los gobernantes y bancos centrales estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellos y no dudaron en dar un paso adelante . Esta vez será igual, y saldremos de esta, como salimos entonces.
(No hace falta decir que la "acción decisiva" que se tomó entonces no fue sino un patadón hacia adelante para ganar tiempo a costa de hacer el problema mayor. Por eso estamos aquí otra vez. Pero eso son minucias.)
El deber del burbujista observador, una vez satisfechas las invocaciones rituales a tochovista ("¡será en octubre!"), es intentar ver a través de los pánicos y euforias con que políticos y medios desinformativos intentan obnubilar a la población.
Como he escrito en el hilo de ir-, hay una batalla en curso entre "austeros" y "pródigos". Los austeros (generalmente de países norteños) aceptan que hay una crisis de deuda (que afecta a los bancos acreedores, generalmente de países norteños), y para salvar el sistema (y a sus bancos) están despuestos a medidas excepcionales (robar a sus ciudadanos a través de eurobonos y monetización del déficit público, o sea, darle a la impresora de papelitos). Pero insisten en que eso no permita financiar gasto sin control a los pródigos (los GIPSI, de momento). Para ello están dispuestos a llevar a Europa al borde del abismo, para que los pródigos acepten renunciar a la soberanía fiscal y apretones de cinturón escalofriantes. Los pródigos por su parte intentan apresurar la crisis para que se dé caña a la impresora antes de que esos mecanismos de control de gasto estén instituidos, a ver si cuela, consiguen evadir los compromisos, y engañan a los austeros unos años más, siguiendo gastando alegremente para "promover el crecimiento" (de sus carteras y las de sus amigos), ganar elecciones y repartir poltronas.
Veamos donde estamos: Grecia
El gobierno griego finalmente le está viendo las orejas al lobo, y está metiendo el hacha con vigor para intentar evitar el desastre inmediato ("¡será en octubre!"). Han comprendido que la UE realmente está dispuesta a dejarles caer (el apoyo público de Merkel y Sarkozy a Papandreou, como el apoyo incondicional a un entrenador de futbol, fue el beso de la muerte). Pero la batalla real se libra en España e Italia. ¿Hasta que punto se les puede obligar a recorrer el via crucis de Grecia? Son demasiado grandes para dejarlas caer sin tumbar al euro; y ellas lo saben. Lo cual no quiere decir que sus gobiernos no estén acongojados viendo a Grecia, viendo sus propios problemas para financiar sus déficits, e intentando diferenciarse lo más posible con sus propios recortes (saltando antes de que les empujen). Pero el tema no es de recortes, sino de control sobre el gasto futuro.
¿Hasta donde se puede empujar a los gobiernos español e italiano? Yo creo que había toda la intención de forzar a España a aceptar la cesión de soberanía a través de un acuerdo de rescate, como Por/Ir/Gre, pero el "sorpasso" italiano ha complicado las cosas. ¿Como nos obligarán a aceptar los recortes espectaculares de funcionarios, pensiones etc que se ven en Grecia? ¿Aguantarán nuestros gobiernos tanto sin revolverse? ¿Lograran arrancar concesiones que conviertan los ajustes en papel mojado y permitan absorber de la berza de los eurobonos a cambio de ajustes cosméticos y buenas palabras?
En cualquier caso, mantengan la perspectiva para saber que esto no es el fin del mundo, ni del euro, sino un espectáculo que acabará, sí o sí, con más integración fiscal, cierto grado de cesión de soberanía fiscal, impresión masiva de euros, y calma durante unos años, hasta que se vean las consecuencias. Otro patadón hacia delante.
Primero, lo obvio: estamos otra vez en la misma situación que en 2008, solo que esta vez en vez de bancos las quiebras inminentes en cadena son de países. Vamos a tener un otoño e invierno lleno de sobresaltos.
Segundo, las "buenas" noticias: al igual que en 2008, no se va a hundir el mundo, ni va a quebrar el sistema financiero global. En 2008, cuando el sistema financiero estaba al borde del abismo, los gobernantes y bancos centrales estuvieron a la altura de lo que se esperaba de ellos y no dudaron en dar un paso adelante . Esta vez será igual, y saldremos de esta, como salimos entonces.
(No hace falta decir que la "acción decisiva" que se tomó entonces no fue sino un patadón hacia adelante para ganar tiempo a costa de hacer el problema mayor. Por eso estamos aquí otra vez. Pero eso son minucias.)
El deber del burbujista observador, una vez satisfechas las invocaciones rituales a tochovista ("¡será en octubre!"), es intentar ver a través de los pánicos y euforias con que políticos y medios desinformativos intentan obnubilar a la población.
Como he escrito en el hilo de ir-, hay una batalla en curso entre "austeros" y "pródigos". Los austeros (generalmente de países norteños) aceptan que hay una crisis de deuda (que afecta a los bancos acreedores, generalmente de países norteños), y para salvar el sistema (y a sus bancos) están despuestos a medidas excepcionales (robar a sus ciudadanos a través de eurobonos y monetización del déficit público, o sea, darle a la impresora de papelitos). Pero insisten en que eso no permita financiar gasto sin control a los pródigos (los GIPSI, de momento). Para ello están dispuestos a llevar a Europa al borde del abismo, para que los pródigos acepten renunciar a la soberanía fiscal y apretones de cinturón escalofriantes. Los pródigos por su parte intentan apresurar la crisis para que se dé caña a la impresora antes de que esos mecanismos de control de gasto estén instituidos, a ver si cuela, consiguen evadir los compromisos, y engañan a los austeros unos años más, siguiendo gastando alegremente para "promover el crecimiento" (de sus carteras y las de sus amigos), ganar elecciones y repartir poltronas.
Veamos donde estamos: Grecia
Grecia tiene una deuda que no puede pagar, y un déficit público que hace que sus ingresos no cubran sus gastos. Ha sido "rescatada", o sea, la UE y el FMI le dan dinero para pagar las nóminas (y los intereses de la deuda), a condición de que reduzca su déficit público a un ritmo marcado. Grecia no logra las reducciones previstas porque las previsiones tanto de recorte de gastos como de aumento de ingresos eran muy optimistas y no tenían en cuenta a) el efecto del recorte de gasto público sobre los ingresos en una economía a la que se ha dejado sin otras alternativas; a) el efecto de la falta de confianza y por tanto falta de financiación y fuga de capitales; c) la dificultad de recortar gastos en una economía que se ha acostumbrado a vivir a crédito y donde una gran proporción de gente vive del sector público y se deben muchos favores políticos; d) la falta de voluntad política de recortar y privatizar, ya que el gobierno pensó que bastaría, como de costumbre, con promesas de recortes y un poco de contabilidad creativa. Al fallar Grecia en sus compromisos, la UE tiene dos opciones: más planes de salvamento (lo cual refuerza el riesgo moral que tanto temen los austeros: manda el mensaje de que no hace falta esforzarse para cumplir compromisos; sigamos haciendo trampas y escondiendo deuda, que al final los simples de la UE siempre pagan); o dejarla sin dinero, como escarmiento para que aprendan los otros "pródigos".
Dejar de dar dinero a Grecia fuerza una suspensión de pagos. Eso implica un corralito inmediato para evitar una fuga brusca de capitales, aunque no conlleva necesariamente un abandono del euro (depende de si el gobierno griego, tras dejar de pagar sus deudas, y ajustar brusca y dolorosisimamente sus gastos a la fuerza, puede recaudar lo suficiente para pagar a los antidisturbios y los militares y mantener el orden social). En cualquier caso, al hacer un simpa unilateral a los bancos de sus socios, imagino que perdería la mayoría de sus derechos en la UE. Dado que el objeto de dejar caer a Grecia sería "pour encourager les autres", podemos estar seguros de que la UE haría sufrir a Grecia de manera muy visible.
Dejar de dar dinero a Grecia fuerza una suspensión de pagos. Eso implica un corralito inmediato para evitar una fuga brusca de capitales, aunque no conlleva necesariamente un abandono del euro (depende de si el gobierno griego, tras dejar de pagar sus deudas, y ajustar brusca y dolorosisimamente sus gastos a la fuerza, puede recaudar lo suficiente para pagar a los antidisturbios y los militares y mantener el orden social). En cualquier caso, al hacer un simpa unilateral a los bancos de sus socios, imagino que perdería la mayoría de sus derechos en la UE. Dado que el objeto de dejar caer a Grecia sería "pour encourager les autres", podemos estar seguros de que la UE haría sufrir a Grecia de manera muy visible.
El gobierno griego finalmente le está viendo las orejas al lobo, y está metiendo el hacha con vigor para intentar evitar el desastre inmediato ("¡será en octubre!"). Han comprendido que la UE realmente está dispuesta a dejarles caer (el apoyo público de Merkel y Sarkozy a Papandreou, como el apoyo incondicional a un entrenador de futbol, fue el beso de la muerte). Pero la batalla real se libra en España e Italia. ¿Hasta que punto se les puede obligar a recorrer el via crucis de Grecia? Son demasiado grandes para dejarlas caer sin tumbar al euro; y ellas lo saben. Lo cual no quiere decir que sus gobiernos no estén acongojados viendo a Grecia, viendo sus propios problemas para financiar sus déficits, e intentando diferenciarse lo más posible con sus propios recortes (saltando antes de que les empujen). Pero el tema no es de recortes, sino de control sobre el gasto futuro.
¿Hasta donde se puede empujar a los gobiernos español e italiano? Yo creo que había toda la intención de forzar a España a aceptar la cesión de soberanía a través de un acuerdo de rescate, como Por/Ir/Gre, pero el "sorpasso" italiano ha complicado las cosas. ¿Como nos obligarán a aceptar los recortes espectaculares de funcionarios, pensiones etc que se ven en Grecia? ¿Aguantarán nuestros gobiernos tanto sin revolverse? ¿Lograran arrancar concesiones que conviertan los ajustes en papel mojado y permitan absorber de la berza de los eurobonos a cambio de ajustes cosméticos y buenas palabras?
En cualquier caso, mantengan la perspectiva para saber que esto no es el fin del mundo, ni del euro, sino un espectáculo que acabará, sí o sí, con más integración fiscal, cierto grado de cesión de soberanía fiscal, impresión masiva de euros, y calma durante unos años, hasta que se vean las consecuencias. Otro patadón hacia delante.