Shanchito
Himbersor
- Desde
- 21 Abr 2014
- Mensajes
- 2.444
- Reputación
- 5.404
Parto del supuesto de que la mayoría de la gente cuando compra un objeto es por algo. Ese algo era mi duda.Lo que dices es incompatible por definición. Si no te contentas con fotos mediocres, no puede ser que las fotos de tu movil sean de una calidad más que suficiente, porque por definición las fotos del móvil son muy mediocres.
Si sabes algo de fotografía - entiendo que sí -, lo deberías tener claro. Hay dos problema irresolubles en los móviles que afectan a la calidad de la fotografía: el tamaño del sensor y el tamaño de la óptica.
Sólo por tener el sensor más pequeño, las fotos son peores y con más ruido, por muchos millones de megapixeles que tenga. Y la miniaturización de la óptica afecta a su calidad, evidentemente no se puede tratar igual una lente de tamaño normal que una de 2mm de diámetro.
Como ya te han dicho, el móvil hace unas fotos aceptables en unas condiciones buenas de luz, y si no pretendes nada mínimamente sofisticado, como desenfocar el fondo, o cosas así.
Para mi gusto, las fotos del móvil son planas y excesivamente saturadas (por los ajustes del fabricante), pero en muchas ocasiones sacan de un apuro. Eso sí, de ahí a defender su calidad, hay un abismo.
---------- Post added 13-ago-2014 at 11:48 ----------
Es verdad pero cada vez valoro más llevar solo un artilugio pequeño y cómodo y que me sirva de todo: teléfono, despertador, reloj, navegador, buscador y reservista de hoteles, mapa, gps, guía turística, (restaurantes, monumentos, etc), agenda, notas, (ya ni uso bolígrafos), cámara, video, etc. Evidente con no calidad máxima, pero para mis necesidades más que suficiente.El teléfono móvil es para hablar por teléfono. Las cámaras de fotos son para hacer fotos. Los ordenadores personales para navegar por internet. Las cámaras de video para tomar videos.
Si haces todo eso con el móvil y lo pierdes o se joroba, te quedas sin llamar, sin hacer fotos, sin navegar por internet, sin hacer videos, etc.
Y no me roban: bolsillo delantero del vaquero con la mano en las proximidades y mi físico de matón, hasta hoy mano de santo.