Estuve en Teruel hace años, visitando Dinópolis con mi hijo. Me pareció una ciudad bonita e interesante, limpia, aire puro, no vi gente y pocos extranjeros (por lo menos por donde anduve, y me recorrí buena parte de la ciudad andando)... en el lado negativo, no me gustó el trato de los paisanos (trato correcto, pero áspero, parece que estaban a la defensiva siempre), el clima (nos cayó un pedrisco impresionante en pleno mes de julio, cerraron Dinópolis, echándonos (con su habitual trato tosco) a los que estabamos dentro por culpa de la tormenta, y no fueron capaces de devolvernos la entrada, nos dieron una nueva entrada a gastar antes de fin de año... y lo peor, el agua corriente. Jamás he bebido un agua de grifo más mala en mi vida, sabía incluso ácida. Pues con ese agua, te hacen el chocolate, los cafés, etc, obviamente asquerosos.
Desde el punto de vista de la hostelería y el turismo, no me pareció muy cuidado, tanto el trato como el servicio, y es una pena, porque creo que podría tener un gran potencial turístico, como tienen ciudades similares en población y recursos, que explotan magníficamente el turismo, como son Cuenca, Aranjuez, etc.
A todo esto, es sólo mi opinión personal basada en una corta estancia, que quede claro.